Otras pistas para salir de la depresión
He recibido un nuevo envío de sugerencias para salir de las depresiones. Las coloco en El Olivo, como hice días pasados.
“!Qué fuertes son las personas que tienen tales recursos¡. Pero éstos nunca aparecen cuando se les necesita. Crecen a lo largo de los años; y es una disciplina que debería comenzar en la juventud, con la aceptación de pequeños hecho penosos.
Otro gran recurso es el del amor. Somos, en el sentido más profundo, lo que nuestra relaciones con otros seres humanos hacen de nosotros. Sólo la disciplina de la comprensión humana impide que la vida se vuelva pobre y quebradiza. Si mantenemos vivas nuestra simpatía y nuestra comprensión, sentiremos un vínculo tan cálido con los demás que, en las horas dificiles, nos reconfortaremos sólo con ver los rostros de nuestros prójimos y pensar que compartimos el mismo destino: el humano.
El trabajo es otro recurso, y un gran tratamiento contra el dolor. Cuanto más dificil sea lo que hacemos, tanto mejor, pues es imposible trabajar con ahínco, sin emplear parte de la energía que invertiríamos en compadecernos de nosotros mismos.
Y cuanto más creadora sea nuestra actitud ante el trabajo, mayores serán los beneficios que nos procure. ¿Recuerda la historia de aquellos tres obreros a los que un transeúnte encontró en una calle de París, trabajando con grandes bloques de piedra?:
-¿Qué están haciendo?, les preguntó el transeúnte
-Cortando piedra, dijo uno
-Ganándonos diez francos al día, dijo otro
-Construyendo una catedral, dijo el tercero.
Los que están ocupados construyendo catedrales se ven fortalecidos contra los males de la vida.
También queda el recurso de la fe, del convencimiento de la bondad esencial de la vida. Ésta no siempre es justa. Pero sí está llena de alegrías; lo más valeroso es encontrar esas alegrías en el camino del dolor.
Sería una insensatez negar que la tragedia existe, que hay en la vida experiencias muy difíciles de soportar. Pero la fe cree en el triunfo de la bondad, y apoyan esa creencia tanto psiquiatras como teólogos.
Para los creyentes, la bondad de la vida tiene su fuente en la de la creación. Existe un poder más grande que nosotros, y nos desea el bien; vivimos en un universo en el que el bien es más poderoso que el mal. Esta actitud nos defiende de la amargura.
Lo que hay que recordar es que, tanto en la alegría, como en el dolor, la vida es inapreciable; y tal vez nunca necesitemos perdirle a la existencia más que esto: tener la oportunidad de ser lo que podamos ser, experimentar lo que podamos experimentar; amar lo que podamos amar.”
Es de suponer que estas sugerencias sirvan, como así nos consta, a más personas que se encuentren en alguna depresión, o eviten que otros caigan en ella.
Tomás de la Torre Lendínez
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