Los premios !Bravo¡
Por diferentes motivos he conocido de cerca la cocina de los premios !Bravo¡ a la comunicación, que anualmente concede la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social. Siempre me ha parecido bien que la Iglesia ensalce la misión de personas u organismos, que hayan colaborado en la difusion de los valores cristianos a través de los diversos medios de comunicación.
Algunas veces no me ha gustado equis de los nominados de los galardones, por motivos de excesivo personalismo, o de haber conocido la influencia de fuerzas oscuras detrás de los elegidos.
Creo que faltan varias condiciones claves para que estos premios de la Iglesia tengan más publicidad y fomenten los valores cristianos en los medios de comunicación social.
La primera, sería darles un inicio de convocatoria, como todos los premios en general. Es decir, la Comisión Episcopal debería poner una fecha de inicio y otra de cierre, para que los posibles candidatos tuvieran la oportunidad de presentarse a la concesión de los premios. Así se podría convertir en premios más públicos y mejor publicados, evitando las maniobras oscuras posibles.
La segunda, debe pasar por encontrar los valores cristianos en una trayectoria, y no caer en el ocasionalismo aislado, que puede producir una pelicula, un anuncio publicitario, o algo similar. Los premios !Bravo¡ deben observar la trayectoria vital de un director de cine, del conductor de un programa de radio o de televisión, y encontrar en una larga actuación en el tiempo y en el espacio el compromiso de la persona con su obra y los valores cristianos.
La tercera, supodría tener un jurado más plural de lo habitual. O son siempre los mismos, o son de una única tendencia eclesial, o los componentes son tan amigos que los reparten entre sus amigos. Este modo no es el correcto, dentro de una Iglesia, Pueblo de Dios, plural, variado y vivo, donde las iniciativas son numerosas.
Estamos de acuerdo que los premios a la comunicación se concedan, pero deben adaptarse a la Iglesia de hoy en España, donde en los medios informativos existen tantas experiencias como personas, tantas posibilidades como la libertad de los hijos de Dios puedan imaginar. Por esto, se necesita un periodo público de apertura y cierre de candidatos.
En caso contrario, los premios irán disminuyendo sus fuerzas y su interés para la gran masa de los cristianos, que desconocen su existencia.
Tomás de la Torre Lendínez
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