Las visitas de los obispos
Desde el Concilio de Trento los obispos tienen una sagrada obligación: realizar la visita pastoral a todo el territorio diocesano cuantas más veces mejor. Fruto de esta norma nacieron en los archivos parroquiales los autos de visita del obispo, que los dejaba estampados en los diversos libros sacramentales. Otro aspecto fundamental que observaba el obispo eran los utensilios litúrgicos y las propiedades arquitectónicas, como la iglesia y la casa parroquial y las propiedades rurales.
Este sistema más bien inspectorial de las visitas pastorales de los obispos llegó hasta las puertas del Concilio Vaticano II. Posteriormente, las visitas pastorales han tomado el contenido de su propia definición: resaltar el aspecto pastoral, sin olvidar el administrativo.
Ahora mismo las visitas pastorales no son como decían los párrocos antiguos: “Hemos soportado la visita pastoral de su excelencia el Sr. Obispo". Pues cuando acababa todo la comunidad parroquial se quedaba sin una presencia “molesta", que alguna vez se tradujo en un traslado del párroco de modo inesperado más hacia abajo, que hacia arriba.
Las actuales visitas pastorales constan de tres partes esenciales:
- La preparación de la visita, que consiste en informar y catequizar al pueblo cristiano sobre lo que es la visita del obispo diocesano. Se destaca el papel teológico y pastoral de la figura del obispo, como sucesor de los apóstoles.
- La visita en sí misma. Esta parte lleva consigo las entrevistas que el obispo hace a empresas, sindicatos, partidos políticos, colegios, institutos, hospitales, asociaciones de vecinos….Además de encontrarse con los diversos grupos parroquiales existentes en la comunidad y con el mismo sacerdote.
- La última parte consiste en profundizar sobre las orientaciones pastorales que el obispo haya ido dando a lo largo de las fechas que haya durado la visita pastoral.
El centro de la visita pastoral al pueblo consiste en la Eucaristía que el obispo preside impartiendo el sacramento de la Confirmación a tales o cuales personas catequizadas previamente.
El aspecto de inspección de archivos y de patrimonio artístico lo resuelve un sacerdote, que es el secretario de la visita pastoral del obispo, quien se encarga de preparar una carpeta con todos los aspectos de la visita a la localidad equis para que sea guardada en el archivo diocesano.
Quien haya conocido de cerca una visita pastoral del obispo a su parroquia sabrá el beneficio que supone para la feligresía y cómo las orientaciones pastorales pueden culminar en unas directrices pastorales asumidas por el resto de parroquias que componen el arciprestazgo.
Sabiamente elaborada, la visita pastoral es una herramienta buena para que los fieles conozca a su pastor diocesano y éste se baje de su pedestal hasta el pueblo más sencillo: como los niños, los enfermos y los más necesitados del consuelo del Señor.
Tomás de la Torre Lendínez
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