La Iglesia y sus medios de comunicacion (1)
Los medios de comunicación son unas plataformas imprescindibles en la sociedad actual. Todas las instituciones: sindicatos, partidos políticos, movimientos cívicos, asociaciones vecinales, entidades deporivas…..necesitan usar como altavoeces a los medios informativos para vender sus productos y convencer a la opinión pública de la bondad de sus mensajes.
Por lo tanto, la relación, en el momento presente, de toda corporación con los medios de comunicación es absolutamente necesaria, aunque algunas veces se pase del amor al odio, o viceversa, en menos que canta un gallo. Estos son los precios de los valores entendidos entre la empresa editora y la comunidad que desea pregonar sus valores o conquistas.
Desde la mitad del siglo XIX, la Iglesia, como institución religiosa insertada en la sociedad, comenzó a disponer de medios propios. Comenzaron a publicarse los Boletínes Oficiales de los Obispados, como vehículo de comunicación oficial entre las Curias y los sacerdotes, donde aparecían las cartas del obispo, los edictos, las normas canónicas, las crónicas de sucesos, los nombramientos de sacerdotes y hasta los decretos gubernamentales que tuvieran relación con la vida eclesial. Y así continúa hasta el momento presente en todas las diocesis españolas.
Con motivo, a principios del siglo XX, de la celebración, en Madrid, del Congreso Eucarístico Internacional, el comité organizador fue recibido en audiencia por el Papa San Pío X. Entre los asistentes estaba un hombre de convicciones profundas: don Angel Herrera Oria. Su Santidad sugirió a los comisionados que fundaran un periódico católico en Madrid. Así nació el Diario El Debate, de cuya escuela fueron saliendo periodistas que se pusieron al frente de cabeceras informativas de gran categoría como el Ideal de Granada, el Sur de Málaga, la Verdad de Murcia, el Hoy de Badajoz, y alguno más por Galicia, Castilla y Aragón.
Se creó una empresa llamada la Editorial Católica, que mantenía el espiritu de estos medios impresos de comunicación social, que se convirtieron en voceros de la vida de la Iglesia y del humanismo cristiano. El diario Ideal pagó con un incendio en sus intalaciones su compromiso social y cristiano en los convulsos años treinta.
Acabada la guerra civil, la Editorial Católica mantuvo sus cabeceras, pero no volvió a sarlir más El Debate, y lo hizo el diario Ya, de Madrid. Durante los largos años del franquismo la sed de prensa católica española era un referente imprescindible para cualquier cristiano que deseara enterarse de la vida española, de la doctrina de la Iglesia y del compromiso social más valiente de aquella época. Todavia viven algunos de las personas firmantes del grupo Tácito, que estampaban su firma en unos valientes articulos en el periódico Ya de Madrid, donde se pedia a voces la llegada de la democracia despues de largos años de la dictadura del general Franco.
El Concilio Vaticano II produjo unas escisiones dentro de la comunidad cristiana que llegan a nuestros dias. Los años de la Transición vieron nacer varias cabeceras de prensa escrita: El País, Diario 16, El Independiente, El Mundo, La Razón……y la desaparición de otras como Informaciones, Madrid, y la venta de las cabeceras pertenecientes a la prensa del Movimiento Nacional que fueron vendidas a empresas cercanas al grupo Prisa.
La prensa de la Editorial Católica entró en un callejón sin salida. Se invirtió poco dinero en la renovacion tecnológica, se descafeinó el sentido profundo del periodísta catolico, educado en la Escuela de Periodismo de la Iglesia, se coló la lucha entre una visión extrema de cómo debía ser la prensa de aquellos años, donde se inició el pensamiento único enemigo feroz de la libertad.
La incompetencia de algunas personas, junto a la miopía de otras, llevó a la Editorial Católica a ser vendida. El diario Ya se quedó solo y fue acumulando deudas y tuvo que cerrar en una operación rara, que supuso la pérdida del último diario católico español.
Tomás de la Torre Lendínez
2 comentarios
Creo que esas "escisiones" no son otra cosa que el reflejo de las dos corrientes teológicas básicas: la agustiniano-escotista fundida con la occamista y que ha absobido las doctrinas del idealismo alemán desde Kant por un lado y la aristotélico-tomista-gilsonina por el otro.
Cuando los Reyes Católicos crearon la Universidad de Alcalá la dotaron de tres cátedras de teologia: scotista, occamista y tomista. Por algo sería.
Los jesuitas antes de su disolución eran tomistas. Después de su refundación dejaron de serlo. Los resultados del cambio están a la vista de todos.
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