La Iglesia en Google
Estoy perplejo. Un colega de la Universidad granadina me llama al teléfono. Su obispo lo ha cambiado de parroquia. Llega el día de la toma de posesión. Todo se desenvuelve en la normalidad. El pasado sábado el nuevo cura se reune con el Consejo de pastoral parroquial del pueblo para cononer los trabajos anteriores y proyectar el presente curso en la comunidad. Un miembro del Consejo, de unos cuarenta sños, le dice: “Sabemos que usted tiene un amplio bagaje de conocimientos teológicos y pastorales, pero he metido su nombre y apellidos en Google, y usted no aparece, por lo tanto es un cura de poca categoría.”
Mi amigo se queda helado. Responde como puede y el resto de la reunión se convirtió en un tira y afloja sobre Google. El curso no se pudo planificar. A las 14 horas de hoy, desde Madrid, un funcionario de un ministerio muy importante y necesario en estas fechas me llama para decirme que Religión en Libertad está vedada en el ordenador que él maneja para su trabajo. Le pregunto sobre Religión digital, la censura permanente del director de La Mañana de Cope, y me responde que ahí puede entrar perfectamente.
Se cumple ahora diez años de la creación de Google. Es el mejor buscador existente en la red, pero elevar esta empresa a ser la conciencia evaluadora de la personalidad de un sacerdote, me parece una locura. Y saber que mi amigo el funcionario no puede leer Religión en Libertad me recuerda los negros años de la censura nazi y soviética.
Por lo tanto, esperemos que la Iglesia se espabile y nos meta a todos en Google. Será como estar en la antesala de la santidad. Y reflexionemos sobre la democracia dictatorial que nos desgobierna que está pendiente de lo que se puede o no leer. Y todo esto es por miedo a la libertad.
Tomás de la Torre Lendínez
6 comentarios
Se puede leer ReL desde un ordenador detrás de un proxi "departamental" que permita el acceso a Google, haciéndola pasar a través del módulo traductor de Google. Le irá un poco más lento, pero no falla y es gratis. Sólo hay que teclear esto:
http://www.google.com/translate?langpair=en|es&u=http://religionenlibertad.com
A no ser que se le haya notificado por escrito la prohibición de acceder a la página, o que el funcionario no tenga por qué acceder a ella para el cumplimiento de sus tareas profesionales, no existe ningún obstáculo legal al uso de este sistema para evitar la limitación del proxi "departamental".
2)
Si tan interesado está ese feligrés ¿por qué no reclama a su obispo o, mejor aún, por qué no crea él mismo una página-e para la parroquia? Ya puestos, hasta le podría abrir un blog al nuevo párroco.
Así seguro que aparecería el nombre del párroco en una búsqueda de Google. Aunque no creo que aparezca los más de 42 millones de veces que aparece la palabra "satan".
Claro que, igual preferiría a "satan" como parroco.
¡Danos santa paciencia, Señor...!
Lástima que estemos convirtiendo los consejos pastorales en lo que ya son muchos en EEUU, o algunos países de centro-Europa, comisiones de laicos con mucho tiempo libre que ansían controlar la parroquia, en lugar hacer visible la parábola del pastor: El párroco es el pastor del rebaño, los laicos del consejo deben ser los perros que le ayudan a reunir el rebaño. No que no le aconsejen, sí que no le intenten controlar.
Yo tengo como buscador por defecto "Buigle-Buscador católico", que se usa el motor de búsqueda que Google cede a terceros, y los resultados son exactamente los mismos:
http://www.buigle.com/
El enlace con las instrucciones para ponerlo como buscador por defecto en nuestro navagador se encuentra al final de la página.
Los ingresos que recibe Buigle por la publicidad van destinados a la Iglesia
Católica.
Si alguien quiere saber de qué va:
http://www.buigle.com/dudas.htm
Como en internet, en apariencia, no hay jerarquía de verdades, ni ningún criterio de discernimiento de la verdad (véanse como ejemplo más claro los "hoax"), muchos pueden estar tentados de hacer pasar por bueno o verdadero lo que no es, abusando de la prácticamente irrestricta libertad de expresión del medio, y de que la verdad y la mentira en internet son prácticamente indiscernibles.
Por otro lado, la libertad en internet es una quimera, mientras no se garantice que todos tengan iguales posibilidades de hacerse oír. Medítese que un criterio de selección en la web es la llamada "sabiduría de las masas" (bueno y verdadero es lo que aprueban las mayorías, por ejemplo por el "número de visitas" de una página).
Desde este punto de vista, los que buscamos la Verdad y el Bien sin respetos humanos, tenemos muy coartada la libertad, aunque la facilidad de acceso a internet, y la "participación" (por ejemplo, haciendo comentarios), nos produzca la ilusión de lo contrario.
Sirva de ejemplo la prestigiosa agencia católica de noticias: ACIPRENSA.
En las pantallas que se perciben en este hemisferio (no en todas), enorme cantidad de veces, artículos excelentes, reciben como culminación una propaganda de GOOGLE, totalmente en las antípodas de lo que propone en el escrito que se acaba de leer.
Casos concretos: se habla de la homosxualidad como una anomalía de la naturaleza y comparecen enseguida avisos de "Hoteles - gay", "Videos - Gay" y otras maravillas.
Muchos hemos protestado, pero siguen ostinadamente con semejante sarcasmo e irrisión entrometido en el medio mismo de una empresa tan eficaz, como ACIPRENSA, pero a la que, lamentablemente, se la está tomando a la chacota.
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