La historia real
Tal como se están poniendo los estudios y publicaciones de contenido histórico en el campo de la Iglesia, de la Sagrada Escritura y otras materias, lo más razonable es dejar escrito cómo es uno, lo que uno hace, lo que uno piensa, lo que a uno le gusta, lo que a uno le disgusta….Basta con mirar a nuestro alrededor y observar cómo, sin documentos de archivo en la mano y sin testimonios de ninguna clase se califica y se clasifica a las personas de las formas más diversas, que cuando llegan hasta internet entonces se arma la marimorena.
Uno se levantó el otro día aludiendo a no sé que aspectos de la sexualidad de Jesús. Le cayeron sus correspondientes correctivos. Otros insinuan aspectos raros de la vida del cardenal Newuman solamente mirando la inscripción de su lápida sepulcral, cuando la Iglesia desea llevar sus restos a otro lugar. Otros tantos, sueltan que Darwin debe ser rehabilitado por la Iglesia, cuando nunca lo condenó por nada. Otros aducen que Pio XII no hizo nada por salvar a los judios durante la II Guerra Mundial, y es el mismo Benedicto XVI, quien afirma tajante todo lo que hizo en favor de los hijos del pueblo de Israel e invita a que se siga investigando sobre su gran pontificado en medio de los totalitarismos de su época.
Está claro. Debemos dejar una autobiografía junto a nuestra voluntad testamentaria para no ser colgados de la picota cuando cerremos los ojos, porque, de lo contrario, nos sacarán los colores cuando no podamos defendernos, nos clasificarán en tal línea de pensamiento social y moral, y hasta serían capaces de desenterrarnos para apalearnos cuando en vida no pudieron hacerlo.
La historia ya no se busca en los archivos de los que la Iglesia es depositaria y los tiene abiertos para investigar. Ahora son los grandes “grupos de intereses” los que escriben y reescriben la historia quitando a Dios del horizonte. Así se legalizan matrimonios entre personas del mismo sexo, se amplia el aborto a la voluntad de la mujer embarazada, se pide la eutanasia completa, y lo que nos quede por leer, ver, oir y saber si seguimos por este alocado camino, donde quien conduce el autobus de la actualidad son “grupos de presión” dispuestos a imponernos una moral, unas costumbres y unas legislaciones perfectamente diseñadas en sectas secretas, que tratan de sustituir la Religión Católica por una especie de normas conductuales aborregadoras de la actual sociedad.
Ya saben: si queremos que cuenten nuestra historia real, dejemosla escrita antes de irnos al otro mundo. De lo contrario estaremos situados donde les plazca a los “grupos de intereses torvos".
Tomás de la Torre Lendínez
7 comentarios
¿Y por qué "no se busca en los archivos de los que la Iglesia es depositaria y los tiene abiertos para investigar"?
Quizá en la respuesta a esa pregunta se halle también la respuesta a otras preguntas que ni siquiera yo voy a formular aquí y ahora.
No es oportuno.
Se dice así ¿no?
A mi parecer no se busca en los archivos porque la labor investigadora ha perdido calidad, en favor de la cantidad con menos categoría y rigor intelectual. Las mismas Universidades, salvo casos aislados, no inculcan el amor por el silencio y el rastreo de las raíces historicas tanto de la Iglesia, como de cualquier otra institución o acontecimiento histórico.
Y no sólo las universidades. En la Iglesia uno siempre encuentra a ese sacerdote, a esa religiosa o religioso que, con una sonrisa en los labios, dice la "inocente" frase: "Pero, hombre, si eso (ya) no le interesa a nadie..."
El problema es que, además de sonreír, muchos tienen poder de decisión sobre el acceso a la documentación. No suelen negarlo. Simplemente, no se tramita la petición. Queda en el (hipotético) limbo de los infantes nonatos.
Gracias a Dios, eso no suele pasar en los archivos municipales.
Pero, claro, aquí no estamos hablando de los archivos municipales.
En la Iglesia hemos dado pasos de gigante en el servicio de los arvhivos a los investigadores. Desde el archivo vaticano, pasando por los diocesanos, parroquiales....la microfilmación, la informatización, la clasificación, la adecuación funcional, el intercambio con otros archivos....
La investigación histórica actual debe recuperar los valores de antaño. Las fuentes de un archivos sí valen y, con las prisas de hoy, mucho más.
Estuve en una Universidad esta semana de oyente de la defensa de una tesis doctoral sobre un personaje de la historia de la Iglesia. Estuve rumiando todo esto: falta de rigor, falta de precisión, faltas de ortografía, risas inadecuadas tanto entre los miembros del tribunal como el doctorando, silencios sepulcrales como pruebas de que nadie habia leido un tocho de quinientos folios. Una pena. Al final cumplieron el expediente con el cum laude. Y, como dijo el presidente del tribunal: !Señores, vámonos que se calienta la cerveza en la cafeteria¡. Así estamos donde estamos. Salí con mucha pena de ver en que manos estamos.
Ultimamente estamos acostumbrados al principio de hacer cierta una cosa a fuerza de repetirla.
Por tanto cuando alguien se empeñe en sacar una noticia falsa y tenga tribuna para ello conseguirá ahacer cierta la noticia.
Respecto al tema planteado por el Sr. Vázquez Allegue, esperemos que ningún medio, televisión, prensa, etc. lo recoja, pues en ese caso vamos a tener polémica para rato, especilamente por que a determinados poderes les interesa.
Todo eso que describes pasa si el doctorando es de la "cuerda" del tribunal.
Te puedo asegurar que si no es de la "cuerda" del tribunal, el tribunal se tomará muchísimas molestias para criticar, por ejemplo, el formato de refencias bibliográficas, aunque el doctorando use correctamente un sistema normalizado aceptado internacionalmente.
He visto a un tribunal abroncar a un doctorando por su falta de conocimiento de "lenguas".
El único problema es que el doctorando venía de una estancia de 6 meses en Heidelberg, y acababa de obtener una A en el Proficiency de Cambride, amén de leer perfectamente francés, italiano y portugués, tal y como atestiguaba la bibliografía de su tesis.
Bibliografía que el tribunal no consideró oportuno revisar.
Ciudadano, últimamente NO, es cosa de TOA la vida.
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