La ministra de la píldora

Cuando estamos a las puertas del verano, como se prevé un descenso de turistas por España, al gobierno de España se le ocurre la feliz idea de vender en las farmacias la “pildora del día después", como si fuera un puñado de caramelos. Hasta ahora se vende con receta médica en varias comunidades españolas.

A partir del verano, cuando los escolares tienen más tiempo libre, cuando las piscinas estén abiertas, cuando los lugares de botellones se llenen de jóvenes, cuando el calor aprieta, el gobierno de España que siempre piensa en dar y permitir el placer, si es el de la entrepierna mejor, manda a las oficinas de farmacia que vendan la citada píldora.

La señora ministra justifica la medida en una serie de razones que no se tienen en pie. Ninguna está apoyada en la castidad que cualquier joven cristiano debe guardar hasta llegar al matrimonio. Este mensaje de la moral de la Iglesia Católica es tan antiguo que nadie lo menciona ni en clase, ni en la familia, ni en ninguna parte. Hemos llegado a fabricar una sociedad pansexualista, donde el único valor es conseguir el máximo placer lo más barato posible.

A la ministra de sanidad le preocupa que algún dueño de la oficina de farmacia saque a relucir su objección de conciencia para dispensar tal píldora. Y espera que todos entren de coz y hoz por el mismo agujero de sumisión al poder constituido. Y que la conciencia la tiren a la basura cualquier noche cuando vayan al contendor a depositar los residuos sólidos humanos.

Lo importante es que los nativos y los turistas se pasen un buen verano haciendo de su vida sexual un ídolo ante el que deben presentarse como súbditos fieles y les entreguen su cuerpo que es lo que más interesa.

Entretanto, esta sociedad española no pensará en levantarse contra la ineficacia de un gobierno que en materia económica nos tiene al borde de la bancarrota. Esto no tiene importancia. Lo importante es buscar el máximo placer extraido de la entrepierna. El “padre” gobierno vela en dar a todos un subsidio monetario para que nadie viva mal.

Y, ¿los puestos de trabajo?. Esto que los creen otros. Nosotros vivimos en la Arcadia feliz.

Tomás de la Torre Lendínez

6 comentarios

  
Óscar
Lo peor es pensar en como se van a destrozar el útero a base de hormonas, megamenstruaciones y contracciones dolorosisimas en muchos casos las niñas "mujeres" de 14, 16, 18, 20...
Lástima las madres de tanto malnacido no se hubiesen tomado un coctel de pildoras a tiempo...
11/05/09 9:24 PM
  
Flavia
No te preocupes, Óscar, que luego las consecuencias seguro que las trata la seguridad social con nuestro dinero. Ahora, vete tú mañana a una farmacia y pide unos antibióticos, que como no lleves receta no te dan ni uno. Es que nos quieren mucho y se desviven por cuidarnos...
11/05/09 10:32 PM
  
Francisco José Delgado
Buen comentario, Tomás.
Si alguien conoce algún folleto informativo claro sobre las contraindicaciones médicas de la PDD, que por lo visto las hay, que argumente ante un farmacéutico la conveniencia de no dispensar ese producto homicida, estaría bien que lo difundiera, para que podamos hacer una campaña de concienciación a pie de calle nosotros mismos.
11/05/09 11:20 PM
  
ugl1820
La Píldora del día después es un método contraceptivo que usa los mismos anticonceptivos que una píldora normal pero en mayor dosis y durante un día. Se debe tomar en las primeras 72 horas tras un coito sin protección o tras una rotura de preservativo. En ningún caso debe usarse como método anticonceptivo habitual. Debe ser controlado por un médico ya que tiene efectos secundarios. Sólo el médico de familia, el ginecólogo o en el centro de orientación familiar pueden facilitárla.

Las contraindicaciones son: el embarazo previo, el haber tenido otros coitos sin protección en el mismo ciclo y tener antecedentes de tromboembolismos.

Además el médico deberá valorar cada caso en particular tal y como si fuera a iniciar un método de anticoncepción oral.
12/05/09 9:06 AM
  
Ramón
La ministra Trinidad Jiménez es licenciada en Derecho. Lo que diga con respecto a las propiedades de éste o aquel producto farmacético no vale nada. Que sea ministra no la convierte de repente en médico ni en farmacéutica. Su palabra sobre asuntos de Medicina no vale nada. Por lo que es ella la que tiene que demostrar que la píldora del día siguiente (por favor no repitamos ese horrendo anglicismo del "día después" que es una burrada en español) no tiene ningún efecto pernicioso para la mujer.
12/05/09 9:15 AM
  
Ana
Para disimular el estado de la nación, salen con esto,dan un poco de circo ya que no pueden dar pan. Asi en una misma familia a la perrita el anticonceptivo es bajo prescripción y vigilancia del veterinario, a la madre con el clinaterio se le dan las hormonas con vigilancia porque hay riesgo, la niña de doce años :barra libre y sin permiso de los padres. ¿Si pasa algo quien responde?¿Para que van a servir los padres?Una menor de dieciseis años pude abortar sóla y si pasa algo? Cada vez`pintan menos los padres.
En fin dirán que los ultracatólicos les queremos aguar la fiesta
12/05/09 6:47 PM

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