¿Se entera usted de la homilía dominical?
En mi etapa de acólito, en un domingo, en la Eucaristía, el sacerdote
celebrante estaba en la homiía. En la primera fila de bancos había un
señor mayor, que estaba dando cabezadas. Se caía de sueño. En un
momento determinado la cabeza se le vino casi al pecho y se quedó
completamente dormido.
En ese momento, el cura me miró, me hizo señas para que fuera a
despertar al dormido. Me levanté del sitio y me acerqué a aquel fiel
caido en un profundo sueño. Le dí en el hombro, al momento levantó la
cabeza y dijo: ¿Que pasa?. Toda la iglesia, casi llena de gente, miró
el asunto. El celebrante habia interrumpido la homilía. Tras todo este
suceso, acabó aquella predicación como pudo, casi de porrazo.
Llegados a la sacristía me dijo el sacerdote: !Es que esto lo debemos
hacer entre todos, yo los duermo y tú los despiertas¡.
Aquella situación no se me ha borrrado de la memoria. Me acuerdo de
ella cuando tengo que prepararme la homilia del domingo, que es una
tarea que en mi horario personal tiene su sitio preferente, desde el
lunes al viernes de cada semana. Siempre procuro darme cuenta que el
mejor medio de comunicación que tenemos en la Iglesia es la homilía. Es
el primer medio de comunicación de la enseñanza del Señor Jesús.
Acabo de leer el libro Homilías más eficaces, de Chino Biscontin, editado por la Conferencia Episcopal Española.
Es una obra muy interesante. Presenta muchas luces
que animan a prepararse lo mejor posible. Esta lección la aprendí
del profesor de Homilética que tuve en la Facultad de Teología, quien
como ejercicio práctico nos sugirió que hicieramos una encuesta sobre
las homilias que se predicaron en la ciudad de Granada en un domingo
del Tiempo Ordinario de la mitad del curso. Los alumnos nos dividimos
por grupos y nos distribuimos por el mapa urbano granadino. Estuvimos
en varios lugares, a diferentes horas. Fuimos con un bloc y un
boligrafo. Tomamos nota de lo escuchado. Todo resultó sin ninguna
incidencia.
Aquella semana en la clase, fuimos analizando con el profesor los
varios aspectos que teniamos recogidos en el bloc de notas. Entre todas
las conclusiones sacamos una importante: la preparación de la homilía
es básica para poder dirigirnos a los fieles en la Eucaristía. Cuando
se nota la preparación previa siempre se sabe empezar y acabar. Se nota
cómo se conoce el contenido de los textos y cómo hacerles un buen
comentario. Se demuestra que la homilía siempre debe iluminar la vida
de las personas que están delante del celebrante. Y se debe sacar un
par de ideas claras como alimento de la fe de los fieles.
Más tarde, cuando fui ordenado sacerdote, comencé a reconocer cómo
una cosa es la teoria y otra la práctica. Ahora, teniendo una
preparación, durante la semana llego al sábado y procuro comunicar a la
comunidad lo que he ido descubriendo, con la ayuda del Señor, los
mensajes necesarios para mantener en alto su fe, esperanza y amor al
Señor y su Iglesia.
Desde El Olivo propongo hoy que hagamos un examen a las homilias que
oimos. Sugiero al lector y visitante que nos cuenten su experiencia de
las homilias que escuchan en sus templos, y cómo extraen la mejor
enseñanza posible para sus vidas cristianas. Quien desee escribir algo,
hágalo con entera libertad.
Tomás de la Torre Lendínez
16 comentarios
Buena reflexión: evidentemente la preparación se nota en una homilía.
El cura habla y habla y después cada uno a su casa.
En la Iglesia hace mucho frío. Cuando viene el darse la paz, es cuando más frío siento yo.
Se deberían abrir las puertas y ventanas para que entrara el calor de Dios.
La homilías importan poco si después no se practican y deberían ser los curas los que inviten a hacerlo, con casos prácticos, en los que puedan colaborar los fieles, con su disponibilidad, con sus consejos, sus confesiones, su acercamiento, que hubiera un sitio para hablar de Dios y que la misa del domingo durase toda la semana.
En fin, se nos debería notar que somos cristianos.
Preparación y rezar al Espíritu para que ilumine. Es el Espíritu quien cambia los corazones, el ESPíRITU.
¿Homilética?, San Pedro no necesitó de ningún Master en Homilías.
He llegado a llorar con sus palabras.
No recuerdo otras.
Si se suman las horas, es mucho más que un mitin político.
To importante es tomar una idea de la liturgia, poner dos ejemplos al respecto, aclarar un punto doctrinal al respecto y al final una proposición para la semana: "con el ejemplo de Jesús les invito a que hagamos...". Creo en un solo Dios...
Todo lo demás es dar vueltas, pero a la gente no se le queda nada.
Si consciente o inconscientemente los cristianos que vamos a misa esperamos que el anuncio del Evangelio nos sirva, sobre todo, para hacerlo vida son de agradecer aquellas homilias en las que el sacerdote deje el protagonismo a la palabra de Dios con dos o tres "ideas fuerza" que faciliten "el aterrizaje" en la vida cotidiana.
No pretendamos desde el punto de vista humano, elevar la eficacia de la homilia de los domingos a cotas muy altas; lo que verdaderamente necesitamos los laicos y una mayoría de comunidades parroquiales son acompañamientos en la vida de fé, catequesis de adultos y otras cosas más esenciales y que, por salirme del tema, espero que Vd.pueda comentar en su blog otro dia.
Más tarde comentamos el asunto con un importante cardenal muy próximo al ahora Romano Pontífice. Le pareció estupendo. Como decía Ortega: Cuando alguien habla o hace literatura, o hace precisión o se calla uno. Si no hace ninguna de las tres cosas, o cuando la homilía nada tiene que ver con el anuncio de la Alegre Noticia, hay que tomar medidas.
cuando el cura pone ejemplos me entero mejor , en mi parroquia la mayoria es gente mayor el 80% y luego tb edades intermedis tb y jovenes de 1 ,2, 3,
la gente la mayoria pasa de la homilia quieren queacabe pronto, no quieren royos l amisa en mi parroquia dura 45 m
en los funerales se llena atope y el cura aveces senfada , pues ve mucha gente y el domingo poca
Es tremenda la distancia entre la palabra de Dios y el fiel. Y los sacerdotes no acortan la distancia, no bajan a saludar y conocer a los fieles, no se implican en la formación cristiana y al final se contentan con una homilia buenista que es similar a un mitin de pepiño blanco o zerolo... igualdad, solidaridad... ¡he tenido que escuchar que Cristo vino al mundo para instaurar la solidaridad!
Ayer sin ir mas lejos nos tocó en la misa de mi catedral una homilia recaudatoria por aquello del día de la pobreza... lo de manos unidas... me alegro de que la colecta fuera para ayudar a los proyectos de manos unidas pero la homilia se centró en enumerar números y cifras, que si 3500 proyectos educativos, que si 4000 proyectos sanitarios, que si 50 años de historia... y al final la gente terminada la eucaristía tiene por delante una semana de combate contra el demonio y casi ninguna ayuda espiritual...
A ver si empezamos a ser un poquito mas cercanos, necesitamos buenos pastores y no mitineros.
Dios quiso que el hombre se salvara a través de la estulticia de la predicación.
¿Cómo preparo la misa dominical? Leo los textos en casa durante la semana, trato de verme reflejado en ellos, que me interpelen, leo alguna homilía online (por ejemplo, en www.betania.es), de camino a la iglesia voy tranquilo, sin prisas, rezando, pensando en lo que voy a celebrar, procuro estar atento de principio a fin, concentrado. Llego con tiempo, luego no me marcho en cuanto desaparece el cura... Y no soy un santurrón ni nada parecido, pero como cristiano me deleito con la misa dominical y procuro vivirla a tope.
En definitiva, procuro irme enamorando cada vez un poco más de la celebración de la Eucaristía.
Y la homilía, debe ser corta (5 minutos si se quiere mantener captada la atención), que motive a la acción y a la reflexión, no a darnos palmaditas en la espalda, debe ser alegre, que entusiasme, que clarifique doctrina, ...
Rara vez se habla de los pecados mortales más extendidos hoy (aborto, anticonceptivos, corrupción, falta de fe, etc.)
En definitiva, un sentimentalismo ñoño, desgajado de toda racionalidad, que no mueve a nadie a nada.
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