¿Los niños con los niños y las niñas con las niñas?
En Libertad Digital leo la siguiente noticia:
“La Fundación Instituto de Empresa presentó el miércoles el estudio La experiencia de los docentes vista por ellos mismos: una encuesta a profesores de enseñanza secundaria de la Comunidad de Madrid, elaborado por Víctor Pérez-Díaz (catedrático de Sociología de la Universidad Complutense) y Juan Carlos Rodríguez (profesor asociado de la misma universidad), y financiado por la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid.
El estudio refleja la experiencia docente de los profesores de secundaria de Madrid tal como ellos la perciben y juzgan, en una variedad de aspectos: Trayectoria profesional, recursos culturales, prácticas educativas y compromiso docente, experiencia en el centro, los estudiantes, los resultados escolares y el reparto de responsabilidades educativas.
En términos globales, la encuesta refleja que los docentes suspenden al sistema de enseñanza español, cuya nota no supera el 2,5. En concreto, consideran que el nivel de la enseñanza y el aprendizaje de las Matemáticas y la Lengua española es mediocre (3 y 3,2 en la escala de 1 a 5), y bajo el de Inglés (2,4).
Como consecuencia, su estimación media del fracaso escolar futuro de sus alumnos se sitúa en el 18%, y no son pocos (36%) los que creen que muchos o bastantes alumnos obtienen el título de Graduado sin estar preparados para ello. De hecho, un 40% cree que muchos o bastantes alumnos pasan de curso indebidamente.”
Ante esta situación caótica de la educación existe una corriente que apuesta por la educación diferenciada que se puede definir de la siguiente manera: educación separada por sexos o, menos frecuentemente, educación segregada por sexos o simplemente educación segregada, es un modelo educativo que separa a los alumnos por sexos, a diferencia de la coeducación, el modelo mayoritario en los países occidentales. Argumenta para ello que así se facilitan las mejores oportunidades para cada sexo, tratando específicamente a cada uno. Con frecuencia eso supone la diferenciación por sexos de todas o algunas de las clases, aún manteniéndose un mismo currículum para niños y niñas.
La escuela mixta se generalizó en los países occidentales a partir de 1960 y, en España, desde la Ley General de Educación de 1970.
Los defensores de la educación diferenciada apelan a las diferencias cognitivas y madurativas entre hombres y mujeres. Estas diferencias serían las responsables de los distintos grados de fracaso escolar entre sexos y materias. La educación diferenciada permitiría atender de forma mejor a cada sexo en las áreas para las que están menos dotados. De esta forma se conseguiría la mejora de la igualdad de oportunidades.
Por otra parte, la educación diferenciada favorecería la mejora del aprendizaje. Según sus defensores, la separación por sexos produce una mayor homogeneidad en la clase y un ambiente más relajado. En secundaria, sus efectos serían incluso mejores, ya que la coeducación produciría una bajada en la concentración.
Sostienen, además, que son los padres quienes tienen el deber (y el derecho) de escoger el tipo de escuela que desean para sus hijos. La posibilidad de optar por la educación separada sería enriquecedora y, al proporcionar varios modelos educativos, más democrática.
Los detractores de la educación diferenciada basan su apoyo a la coeducación en que fomenta “la igualdad efectiva entre hombres y mujeres” (disposición adicional 25ª de la LOE). De esta forma, sostienen que las diferencias cognitivas entre hombres y mujeres no son superiores a las que existen en relación con cualquier otro grupo en una sociedad cada vez más diversa, por lo que la educación separada por sexos sería igual de retrógrada que tener escuelas para inmigrantes, para hijos de familias monoparentales o para discapacitados.
En el mismo sentido, se hace hincapié en otras conclusiones del Informe PISA, como es el hecho de que influya más el nivel educativo que el sexo en las diferencias de rendimiento reflejadas por dicho informe.
Por otra parte, se sostiene que la educación en la heterogeneidad (cualquiera que sea la razón para la diversidad) es beneficiosa, al tratarse de la heterogeneidad que encontrarán en su vida diaria. También se argumenta que la educación separada puede dificultar la naturalidad en las relaciones entre sexos. Finalmente, se afirma que no es la opción preferida por los propios alumnos.
En los últimos años, países como Estados Unidos han experimentado una expansión notable, aunque en niveles muy bajos, de la educación separada en las escuelas públicas (392 escuelas en todo el país para el curso 2008-2009).
Después de años de predominio de la coeducación, existe actualmente un incremento de centros en distintos países que adoptan esta modalidad.
En los Länder alemanes de Berlín y Renania del Norte, por iniciativa de los socialistas y de los “verdes", se iniciaron en 1998 clases diferenciadas en algunas asignaturas. En Estados Unidos y Canadá, el desarrollo de nuevos colegios de enseñanza diferenciada en los últimos años ha sido notable. En Nueva Gales del Sur, el estado más poblado de Australia, las solicitudes de plaza en las escuelas públicas mixtas se redujeron un 50% en 2001, a favor de las escuelas diferenciadas.
La parlamentaria del liberal-conservador Partido Moderado Chris Heister, presidenta de la Comisión para el Estudio de la Educación en Suecia, sostenía en su informe de julio de 2004 que la educación actual fracasaba porque desprecia las diferencias entre los sexos. Y recomendaba que se organicen clases diferenciadas para chicas y para chicos, porque no era lícito imponer idénticas conductas y modelos educativos a los alumnos de ambos sexos.
Actualmente, en España, existe una gran vertiente de colegios privados donde se imparte la enseñanza difrenciada. Esto está generando una fuerte tensión entre las dos tendencias.
Y hoy en El Olivo, le preguntamos: ¿Usted que opina sobre el asunto? ,¿elige educación mixta o diferenciada?, ¿què experiencia saca de sus propios hijos?, ¿qué puede aportar de su propia trayectoria biográfica cuando estudió?. Deje escrito aquí lo que desee. Muchas gracias a todos los lectores y comentaristas.
Tomás de la Torre Lendínez
4 comentarios
No quiero ni saber cómo serían las aulas masculinas de un centro segregado en una zona deprimida. Sin la presencia un tanto estabilizadora de los miembros del otro sexo, sin el coqueteo, la violencia, francamente, aumentaría. Y no están los profesores en condiciones legales de atajarla, precisamente. No es lo mismo un aula con 25 chicos que un aula con 12 chicos y 12 chicas.
Por otra parte, creo que es bueno que, a partir de los 16 años, chicos y chicas se relacionen y aprendan a entenderse. Las relaciones que empiezan con una amistad, si no se rompen y están fundadas en una buena educación moral (obtenida en casa, claro), suelen ser duraderas.
Por eso los centros segregados, como los de Fomento, fomentan tantas convivencias no segregadas. Pero donde no se puedan hacer esas convivencias, la segregación a esas edades no me parece especialmente positiva.
Lo único que le veo de bueno, allí donde se pueda fomentar la convivencia no diferenciada fuera del horario lectivo, como en el caso de los centros de Fomento, es que permite a las chichas ser niñas unos años más. Les permite "medirse" entre ellas más por sus aptitudes académicas que por su éxito con los chicos.
Por otra parte, los chicos se quedan sin unas formidables competidoras académicas que tantas veces les dan sopas con hondas. Aunque quizá eso se pueda remediar en "olimpiadas" académicas durante las convivencias mixtas.
ADVENIAT REGNVM TVVM
la ayuda de la familia a los hijos y a los educadores. Y que
éstos tenga vocación de pedagogos, nunca de funcionarios frios
y esquemáticos.
La encontrarán en la revista "Nuestro Tiempo" de junio de 2005, pags 17-31. Recomiendo que la lean.
Desde mi experiencia de alumno, padre y profesor de ambas, me quedo con la educación diferenciada, sin lugar a dudas.
Y, en cuanlquier caso, y con el dinero de mis impuestos, me quedo con la posibilidad de elegir libremente el tipo de educación que quiero para mis hijos.
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