El humor en la Iglesia
Un grupo de amigos me envía un correo electrónico. Me hablan de varias cosas. De ellas destacan una: el buen humor en el interior de la Iglesia. Apuntan que nos ven excesivamente tristes. No se andan por las ramas y me emplazan a que opine sobre el humor en la comunidad cristiana.
Es verdad que no les falta razón. El cristiano actual se levanta por la mañana con una cara de perros, que lleva puesta hasta que llega al trabajo, donde encuentra a otros con la misma mala cara y mal humor. Cualquiera podemos hacer el esfuerzo de observar en la forma en que se dicen los: !Buenos dias¡. Y cuando se dicen, porque a veces se hace un gruñido propio de una cara de perro malhumorado. Algunos les dura todo el dia y varios dias. Otros de modo constante.
El buen humor del cristiano nace de saberse participe de la alegría de Cristo resucitado de entre los muertos para nuestra salvación. La historia de la Iglesia nos presenta a muchas personas llenas de buen humor y de felicidad: San Francisco de Asís, por ejemplo. El mismo Papa Benedicto XVI acaba de conquistar el corazón de los franceses por su sencillez, humildad y sentido cristiano de un comportamiento sereno y pacífico que transmite la alegría del hijo de Dios que se reconoce así mismo como es. Ha sido un estadista con los gobernantes. Un intelectual con los intelectuales. Un enfermo con los enfermos. Sin hacer teatro. Le ha nacido del corazón.
Este es el comienzo para aprender a tener buen humor cristiano: no considerarse un superman. Se debe ser un ser normal, que se toma en serio el humor, ya que es una de las principales fortalezas del ser humano. La risa y el buen humor meceren un importante protagonismo dentro de la persona y producen una de las sensaciones más placenteras de la experiencia humana.
Junto a una persona con buen humor se siente uno más seguro. En una sociedad donde el Dios del bien va siendo escondido, el malhumor está aflorando de forma evidente. El Papa ha mirado a la Reina de la Alegría, la Virgen María, le ha rezado, le ha implorado y ha puesto en sus manos a toda la humanidad.
Mis amigos me ponen la prueba del algodón: navegar por ciertas páginas y los comentarios correspondientes de internet son la muestra del malhumor, del pesimismo, de horizontes oscuros, de la falta de esperanza.
Tomás de la Torre Lendínez
5 comentarios
la gente dice que cada uno alo suyo
muy buen lo de lalegria cristiana se nota en algunos casos
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