Conversación laicista en el tren

Me desplazo ahora, bastante, en tren de cercanías y metro. El rato es largo. Los ruidos de los móviles son constantes. A unos les sale su idioma nativo, son inmigrantes. A otros, les aflora alguna polémica. Y otros, como esta misma mañana, sostienen un diario que dirige uno que está en edad escolar, que comentan con fruición.

Son dos conversos laicistas, que bailan contentos por el mensaje que hoy transmite ese diario, atacando a la Iglesia de modo directo, excluyente y con cifras adaptadas al forro de sus caprichos por el laicismo militante.

Los interlocutores son dos señores maduros, que frisan la ciencuentena. Uno tiene pelo blanco, el otro está calvo. El primero aduce contento: “Menos mal que nos estamos librando de la tiranía religiosa de la iglesia, ya nos hemos cargado el sentido navideño de estas fiestas". El segundo responde: “Llevas razón, cuando en nuestro periódico habla el profesor Mandianes sobre la apropiación de símbolos religiosos por parte de la iglesia, lo mismo que hizo la Coca-Cola, está claro que veremos caer dentro de poco a los cristianos por los suelos".

El señor de pelo blanco sigue, con evidente alegría, exponiendo esta rotunda cuenta: “Mira, con la magnifica encuesta que publica nuestro diario queda muy claro que los sentimientos religiosos han quedado en manos de una minoría muy fanatizada, pero que la gran mayoría está en contra de todo lo cristiano que puedan tener las fiestas de estos días. Sin ir más lejos, en mi casa nos juntamos, comimos bien, bebimos a gusto, y luego nos pusimos la pelicula de Los girasoles ciegos, donde la iglesia queda reflejada en lo que ha sido y es: un máquina de poder, sexo y dinero".

El diálogo prosigue. El señor calvo se frota las manos, por el frío que entra cada vez que el tren para en una estación. Y coge la hebra del hilo coloquial para sentenciar: “Nuestro periódico tiene un clarisimo mensaje, pues el carácter religioso de las fiestas se ha perdido en nuestro país, si se mide por el cumplimiento de los ritos religiosos, solamente tres de cada diez encuestados afirma que asiste a un oficio religioso navideño. Esto supone que los laicistas somos el setenta por ciento de los españoles. Toda una victoria sobre una iglesia armatoste de la historia y digna de desaparecer".

En este momento miran el reloj, y por el altavoz interior del tren se anuncia la próxima parada. Llegamos, se detiene, y estos cincuentones se bajan, por los cristales de la ventanilla los veo alejarse enzarzados en su monotemática conversación.

Mientras el tren prosigue su marcha, pienso muchas cosas. Una, serena mi alma: la historia milenaria de la Iglesia del Señor está llena de laicistas atacantes que nunca han ganado. En la fiesta de San Esteban, protomartir, que es hoy, creo que ahí comenzó a derramarse la sangre por defender la fe en Cristo y en su Iglesia. Y nunca se terminará, porque lo que hicieron con la Vid, también lo harán con los sarmientos.

Dejo esta conversación laicista bajo la sombra de El Olivo. Ahora, como siempre, los paseantes, visitadores, lectores y comentaristas tienen la palabra sobre este asunto, que hoy es primera página de un aprendiz de diario, que está aún en edad escolar.

Tomás de la Torre Lendínez

11 comentarios

  
Blanca Guerrero
Pues por lo que yo he visto estos días, y lo que se prevé en los venideros, lo de ese diario es en efecto un deseo que podría cumplirse, como el 1984 de Orwell. No obstante, al vestir a los niños de pastores, poner el nacimiento cada vez más artístico, cantar villancicos o escuchar conciertos de navidad, pedir o recibir los regalos de los Magos Reyes, la gracia recibida por niños, grandes y viejos creo que nos va a seguir tocando la gracia del Niño Jesús y de los pobres y humildes que le adoran ayer, hoy y siempre. El diario caerá, y volverá ese Niño, en gloria y majestad. Que a ellos les pille "confesaos".
26/12/08 1:08 PM
  
Madrileño
Creo que en la parte en la que hablan de la fiesta de Navidad y de como se ha perdido el sentido "Navideño" de la Navidad, tienen bastante razón. Para el españolito medio, la navidad es una ocasión para reunirse con la familia, hacer y recibir regalos y ya está.

En lo demás, la verdad que no coincido en absoluto, quizás tengan razón en que cada vez somos menos, pero tenemos que recordar que somos lo que Dios quiere que seamos. Afortunadamente, y para algunos la Navidad nos sirve para eso, para recordar que Dios sigue siendo Dios, y Dios sigue en su trono, y mañana Dios seguirá siendo Dios, esa es nuestra esperanza. El futuro, sólo Dios lo sabe.

Yo en cuanto por los derroteros por los que va este país, creo que los cristianos vamos a ser perseguidos con más saña, quizás a no mucho tardar, a los cristianos a lo mejor nos den menos ayudas (como becas, subvenciones a apertura de negocios...), y la cosa continúe hasta a saber donde llegará... pero aquí estaremos los cristianos a los que Dios nos ha dado el regalo de fe, soportando estas cosas y dando testimonio como otros lo hicieron antes que nosotros.
26/12/08 1:28 PM
  
andaluz
Debo ser muy optimista pero yo no veo las cosas tan mal. Hablan y hablan pero Dios se encargará de llevarlos a su terreno.
¿Que podemos tener dificultades? Ya sabemos que no es fácil ser cristianos.
26/12/08 2:53 PM
  
Ana
A veces gablan y hablan de que si somos cuatro gatos mal contados, que si no va nadie, etc...puede que sean comeduras de tarro para que acabemos creyéndolo. Hay de todo, católicos practicantes, que practican a veces, creyentes no practicantes, cistianos de otras confesiones, creyentes de otras religiones, agnósticos, ateos etc. El que haya grupos que chillen más no significa que arrasen, vease sino en el espectro político, los que m´´as chillan son partidos que tiene muy poca representación parlamentaria. También por supuesto hay gente comodona.También se ven conversiones no sólo de famosos, sino de gente de a a pie
26/12/08 7:42 PM
  
Luis Fernando
Es muy probable que esos elementos acaben pidiendo la asistencia de un cura cuando se encuentren al borde de la muerte. Y la gracia de Dios les salvará si tienen el alma dispuesta.

La Iglesia sabrá adaptarse a las nuevas circunstancias sociales por las que le toque vivir. Pero lo que nunca hará, o al menos nunca debe de hacerlo, es cambiar su mensaje. Y ese mensaje tiene vigencia para toda época, moda o lugar.
26/12/08 8:01 PM
  
Allavamos
Yo no soy cristiano, al menos no soy catolico. No soy practicante, quiero decir, pero tampoco soy creyente ya. Pero eso no significa que sea anticrisitano. No soy laicisita, como esos dos señores cincuentones (pero no esta bien escuchar las conversaciones de otros, señor de la Torre, no debio pegar la hebra), no tengo absolutamente nada en contra de los catolicos practicantes. Lo que pasa es que muchos de ustedes tienen mal perder, y se molestan constantemente cuando otros sacan a relucir su laicismo. Ellos tienen derecho a opinar, simplemente no les escuche cuando hablan. Pongase el MP3 en los oidos.
26/12/08 10:00 PM
  
Inukai
Vera, señor de la Torre, esa conversacion que usted narra, parece una conversacion a tres bandas, siendo una de las partes muda. Usted estaba presente en esa convrersacion, de la peor forma que se puede estar: escuchando sin haber sido invitado. Eso de por si causa malestar, y es lo que parece indicar su articulo: un tremendo malestar y frustracion. No escuche lo que hablan los demas, esa es la conclusion que yo saco
26/12/08 10:23 PM
  
Luis Fernando
Si uno está en un tren sentado al lado de dos señores que hablan de esa manera, no veo forma de no oír la conversación. No hace falta que te inviten. No te vas a poner un tapón en los oídos.
26/12/08 11:14 PM
  
Inukai
Puede oirse como quien oye llover. Y si es preciso, uno puede cambiarse de sitio. O ponerse el MP3 que dice Allavamos.
27/12/08 9:14 AM
  
Foix
Para mí una conversación como la que describe lo que pone de relieve es el nivel mental - y moral- de los conversadores; inquietante, desde luego.

Más que una pareja de prejubilados recuerda un diálogo entre camaradas en una salita de la sede del partido. Camaradas, todo sea dicho, dispuestos a ajustar las cuentas a los que no piensan como ellos. Seguro que la conversación continuaría recordando la "limpia" de clérigos que sus abuelos hicieron en el 36...
27/12/08 4:37 PM
  
Luis Fernando
Y puede oírse y luego contarse en un blog sin faltar al respeto a nadie, ya que ni tan siquiera se dice la hora y el destino del tren.

Vamos, es que yo no he visto cosa igual: quejarse de que se cuente una conversación oída de forma natural en la calle o en un medio de transporte público. Lo de ustedes es "pa mear y no echar gota".
27/12/08 6:17 PM

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