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22.08.08

La informática y la Iglesia

Leo en Libertad Digital que la red es ahora más importante para informarse que la televisión para los estadounidenses. Sólo un cuarto, el 27%, compra el periodico un día a la semana. Sin embargo el 37% se informa, de forma regular, a traves de internet, de acuerdo con un estudio elaborado por la consultora america Pew Reseearch Centre.
Estos datos los aplico a la Iglesia en España y la realidad nos desanima, aunque demos pasos cortos. A dia de hoy resta mucho camino por andar.

Aún está en mi experiencia un dia de primavera de 1995, cuando varias personas organizamos un cursillo sobre internet. Teniamos un empresa de informática, sus equipos y su personal a nuestra disposición desinteresadamente. Los participantes, escasos y con cara de clandestinos, aparecieron. Quien tenia que abrir la sesion de trabajo tuvo todo el valor de no presentarse. Solamente puso a otro para que telefónicamente nos mintiera.

A pesar de todo, el cursillo se impartió. Entonces conectabamos por infovia de telefónica, que tenia el monopolio de la conectividad. La gente salió contenta. Yo extraje una lección: la Iglesia tiene miedo al ciberespacio. El tiempo de me ha dado la razón.

Es verdad que con el paso de los años la informatización del mundo eclesial ha llegado lentamente. Todas las diócesis, los institutos religiosos y demás entes eclesiales poseen una página web. Tambien es cierto que muchos poseen correo electronico. Pero existe miedo a los foros, a los chat, a la informatización de la economia y de los archivos parroquiales……

La Iglesia Católica entró más en el mundo impreso. Desde la invención de la imprenta a mitad del siglo XVI la Iglesia ha ido haciendo del papel un medio indispensable para la evangelización de los pueblos. La edición de libros, de folletos, de hojas parroquiales, de revistas religiosas, de publicaciones de cofradias y grupos cristianos es abundante hasta el dia de hoy.

Pero el paso al ciberespacio lo está dando lentamente. Solamente con navegar por las páginas webs de instituciones eclesiales se puede observar el arrinconamiento de las mismas, la falta de actualizacion, la poca animación y casi la nula evolución informática.

La cuestión no es para desanimarse. Todo lo contrario. Para reconocer el largo camino que aún nos queda por delante. Creo que no se debe tener miedo a la libertad que supone toda evolución técnica al servicio de la evangelizacion de esta sociedad.

¡Ah, muchas gracias a todos los blogueros y visitantes que me han aceptado en esta casa de Religión en Libertad!

Tomás de la Torre Lendínez

21.08.08

Una pequeña tarjeta

Era costumbre vieja entregar una tarjeta personal cuando uno deseaba presentarse. En ella aparecía el nombre, la direccón, la profesión y algun dato más. La primera vez que pongo mis dedos en el teclado del ordenador para salir en Religión en Libertad debo afirmar que soy un sacerdote, que sirve a la Iglesia del Señor por las tierras del sur de España, por tierras de olivos.

Por este motivo he titulado el blog: El Olivo. Ese arbol tan silencioso y abudante en la cultura mediterránea y con gran raigambre en la fe cristiana, que desde los inicios eclesiales entró como materia en los sacramentos que recibimos los que seguimos los pasos de Jesús de Nazaret.

A la sombra y al cobijo de este Olivo estaremos observando la actualidad de la Iglesia y de la sociedad, en la que está encarnada desde la fecha de su nacimiento el dia de la Pascua de Pentecostés. Lo hacemos en una fecha posterior al gran accidente de del avión de Barajas, cuando España llora por las victimas y se pregunta los motivos de tan fatal desenlace.

Nosotros, deseamos que esta tarjeta de presentación sirva para comenzar a ser constantes en Religion en Libertad, a quien damos las gracias por su hospitalidad y acogida. De modo singular, a Luis Fernando Pérez Bustamente.

Desde el Olivo, desde aquí, saludamos a todos los internautas que deseen tomar la sombra con nosotros y dialogar sobre lo importante e ilusionante que es ser cristianos en estos tiempos del ciberespacio, donde soplan vientos de todas las fuerzas posibles.

Tomás de la Torre Lendínez