Los grupos de laicos
Con agosto ha terminado el Meeting de Rimini con más de setecientas mil personas. En el comunicado de conclusión aseguran que el encuentro ha sido el intento de responder, de forma positiva, a la pregunta que se hacia el poeta Eliot: ¿Es la Iglesia la que ha abandonado a la humanidad, o la humanidad la que ha abandonado a la Iglesia?. Todo ha estado organizado por personas vinculadas a Comunión y Liberación.
Durante los dias agosteños, en Cazorla y en Loyola, el movimiento de los Focolares ha celebrado sendas Mariápolis, donde tambien han acudido muchas personas. El lema central ha sido: Una ciudad para todos.
La Iglesia actual goza de varios grupos eclesiales que han dado mucha vitalidad a la inmensa fuerza del laicado, que es mayoritario en el seno de la comunidad de los hijos de Dios. El Papa Juan Pablo II el Grande alentó la vida jurídica, espiritual y pastoral de estos movimientos nacidos en el siglo XX.
La libre adscripción de los laicos a la vertiente que más le llene su espiritu apostólico nace de la propia libertad de los hijos de Dios, nacida con el sacramento del bautismo que hemos recibido.
Y la creación de estos y otros movimientos que puedan nacer está en la base de la presencia del Espíritu Santo, que guia a la Iglesia, Madre y Maestra.
Es verdad que algunos grupos, que todos conocemos en las páginas de la actualidad eclesial, se han perdido en alguna curva del camino, y la Iglesia ha tenido que enviar una autoridad episcopal, de modo especial, para poner en orden la situación y no se termine por hacer mangas y capirotes en el seno de esa institución.
Y es que no debemos perder de vista que una cosa es la autonomía jurídica de cada movimiento apostólico, y otra que la Iglesia, Madre y Maestra, haga dejación de sus funciones de gobierno pastoral sobre las ovejas que el Señor le encomedó a Pedro y sus sucesores en la sede de Roma.
Tomás de la Torre Lendínez