Domund paulino
El Papa Benedicto XVI ha escrito un documento con motivo de la Jornada Misionera Mundial, el conocido Domund, cuyo lema es: Como Pablo, misionero por vocación.
Al comienzo del mensaje, el Santo Padre afirma que la humanidad tiene necesidad de liberación exponiendo la realidad humana y eclesial actual. Y se pregunta. “¿Qué será de la humanidad y de la creación?, ¿hay esperanza para el futuro, o mejor, hay un futuro para la humanidad?, ¿cómo será ese futuro?.
Las respuestas las encuentra el Papa en San Pablo, quien había comprendido muy bien que sólo en Cristo la humanidad puede encontrar redención y esperanza. Por ello entendía, de modo imperativo y urgente, la misión de anunciar la promesa de la vida en Cristo Jesús, nuestra esperanza, para que todas las gentes pudieran beneficiarse de la misma herencia y ser partícipes de la promesa del evangelio. San Pablo era consciente que la humanidad siempre está privada de Cristo, está sin esperanza y sin Dios en el mundo. Efectivamente quien no conoce a Dios, aunque tenga múltiples esperanzas en el fondo está sin esperanza, sin la gran esperanza que sotiene toda la vida.
Más adelante, el San Padre afirma que la misión es cuestión de amor, y que debemos evangelizar siempre. Lo dice muy claro: “Mientras continúa siendo necesaria y urgente la primera evangelización en no pocas regiones del mundo, la escasez de clero y la falta de vocaciones afligen hoy a muchas diócesis y a institutos de vida consagrada. Es necesario insistir en que, aún en medio de dificultades crecientes, el mandato de Cristo de evangelizar a todas las gentes continúa siendo una prioridad".
Una vez más, el Papa vuelve a San Pablo, quien afirma que no es motivo de gloria predicar el evangelio, sino deber y gozo, pues él se sentía prisionero de Cristo para los gentiles, sabiendo que podrá contar, en las dificultades y en las pruebas, con la fuerza que procede de El.
El Papa se dirige a todos afirmando que estamos llamados a tomar parte, de manera cada vez más relevante, en la difusión del evangelio por todo el mundo. Por lo tanto, debemos ser testigos con nuestra vida de que los cristianos pertenecen a una sociedad nueva, hacia la cual están en camino y que es anticipada en su peregrinación.
Casi en la terminación Benedicto XVI indica: “La colecta, que esta Jornada Misionera Mundial se hace en todas las parroquias y comunidades, sea signo de comunión y de solicitud reciproca entre las Iglesias. En fín, intensifíquese cada vez más en el pueblo cristiano la oración, medio espiritual indispensable para difundir entre todos los pueblos la luz de Cristo, luz por antonomasia, que ilumina las tinieblas de la historia".
Tomás de la Torre Lendínez