La consejera pide perdón a los obispos
El caótico comienzo del presente curso de Religión y Moral Católicas en Andalucía ha engendrado un clima de incertidumbre y futuro dificil. Los profesores han irrumpido en las oficinas de la delegación educativa de Sevilla, y en todas las capitales andaluzas hubo una concentración de profesores ante las puertas de las correspondientes delegaciones.
Ahora, la señora consejera doña Teresa Jiménez Vílchez ha pedido perdón por todo este estado caótico educativo a don Antonio Dorado, administrador apostólico de Málaga y representante de los obispos andaluces en manteria educativa ante la Junta andaluza.
La nota dada a conocer por la Secretaría Técnica de Enseñanza de los Obispos del Sur de España, afirma: “En el contexto de la polémica producida por la drástica reducción de horas de los profesores de Religión Católica de secundaria en este curso, los representantes de los obispos del Sur presentaron un completo dossier en el que exponían las reinvidicaciones en torno a la asignatura y a los profesores de Religión Católica. Los argumentos se centraban en torno a tres situaciones que están generando un enorme problema social: las relaciones institucionales entre los representantes de los obispos del Sur y la administración educativa, el perjuicio que se está provocando a la asignatura de Religión y el desamparo en que se encuentran los profesores de Religión Católica.
Más adelante, la nota apunta lo siguiente:Los representantes de los obispos del Sur de España hicieron hincapié en la cadena de errores que se han producido en el inicio de este curso con la asignatura de Religión en los centros de sencundaria: retraso en el inicio del curso, drástica pérdida de horas de los profesores, confusión generalizada en la puesta en práctica de las instrucciones de planificación educativa, irregular aplicación de la normativa que regula el desarrollo de la asignatura de Religión…”
Monseñor Dorado Soto dejaba sentado el principio de la obligación por parte de la administración de ofertar a todos, en igualdad de condiciones, la asignatura de Religión, y rogó a la representante de la administración pública que se paliara el grave sufrimiento al que se está infrigiendo a la asignatura y los profesores.
A su vez, doña Teresa Jiménez confirmó su firme voluntad de entablar todos los cauces de diálogo que lo hicieran posible.
El hecho de pedir perdón a los obispos de Andalucía es un gesto. El abrir todos los cauces de diálogo es otro gesto. Pero como decimos por el Sur: !Ya veremos, como dicen los ciegos¡. El futuro lo dirá.
Tomás de la Torre Lendínez