En el Seminario tuve varios sacerdotes, como profesores, que durante los veranos hacían cursos sobre Doctrina Social de la Iglesia en el centro de estudios del Valle de los Caídos. Nunca hablaban del significado político de aquel lugar, sino del gran agradecimiento que daban a las personas que les impartían sus enseñanzas.
Ahora, toda aquella misión docente de la Iglesia se ha cortado. Ahora no pueden ni ir los visitantes de la Basílica de la Abadía, donde reside una comunidad de padres benedictinos desde hace cuarenta años. He encontrado en la web oficial de la Basílica la siguiente información:
“AVISO IMPORTANTE
Desde el 23 de noviembre de 2009 Patrimonio Nacional ha cerrado a la visita pública la Basílica del Valle de los Caídos por “obras de conservación", permaneciendo únicamente abierto el recinto y el Primer Vestíbulo de la Basílica (espacio de tienda-librería). Durante el periodo de cierre la entrada será gratuita (para el recinto y el Primer Vestíbulo).
Más información en los teléfonos 918905611 y 918901398.
A fecha de ahora mismo (Febrero 2010) no tienen pensado anunciar la reapertura, apesar de que esas supuestas obras de conservación han finalizado (de hecho finalizaron antes de empezar).
Quien, en estos días, quiera visitar el Valle de los Caídos, tan sólo podrá acceder a la Basilica entre las 10.30h y las 12.00h durante la celebración de la Misa de las 11.00. Avisamos que esta visita a la Basilica no puede ser completa, ya que el acceso al crucero está prohibido.
Al finalizar la Misa deberán abandonar la Basilica".
Leyendo el blog del historiador Pío Moa, situado en Libertad Digital, he dado con un manifiesto para los historiadores que dice así:
PROPUESTA DE MANIFIESTO PARA HISTORIADORES EN TORNO AL VALLE DE LOS CAÍDOS
“Propongo a los historiadores este manifiesto (la redacción puede tener cambios) frente al continuo hostigamiento que sufre el Valle de los Caídos por parte del gobierno y los partidos que colaboran en esa campaña u otorgan con su silencio:
Queremos señalar ante la opinión pública:
1.Es completa y documentadamente falsa la leyenda promovida por diversas asociaciones ligadas al gobierno y a la llamada “memoria histórica", de que el monumento fue construido por 20.000 presos políticos en condiciones de esclavitud o trabajos forzados y pésimas condiciones de trabajo. A lo largo de seis años y en tandas, nunca más de 500 a un tiempo, trabajaron en el Valle de los Caídos de 2.000 a 2.500 reclusos, entre comunes y procedentes del Frente Popular, con predominio de los primeros desde 1946. La gran mayoría de los obreros que allí trabajaron eran libres, y está documentado que los presos eran pagados y voluntarios, ya que los frentepopulistas redimían hasta seis días de condena por cada uno trabajado.
La evidente falsedad de los datos ofrecidos muy ampliamente a la opinión pública solo puede considerarse un pretexto para desvirtuar el carácter del monumento o incluso destruirlo o procurar su ruina. Diversos personajes han expresado incluso su deseo de dinamitarlo, y algunos han colocado bombas en él.
2. El monumento recuerda una guerra civil y es un símbolo de reconciliación nacional y advertencia contra quienes Zugazagotia llamó “jugadores de la política", que suelen impulsar odios en la sociedad por medio de lo que Julián Besteiro llamó “Himalayas de mentiras", distorsiones de la verdad como la citada más arriba, destinadas a crear falsas indignaciones y justificar cualquier tropelía.
3.El Valle de los Caídos, justamente famoso en el mundo y uno de los lugares españoles más visitados, constituye uno de los monumentos más grandiosos, armónicos e integrados en el medio ambiente que se hayan construido en el siglo XX en cualquier país del mundo.
4.El monumento, como tantos otros testimonios de nuestra historia, como el cercano monasterio de El Escorial, es patrimonio de todos los españoles. Con motivo de la guerra civil, el patrimonio artístico-histórico nacional, así como los bienes de numerosos ciudadanos particulares, sufrieron tremendos daños y saqueos. El hostigamiento que hoy sufre el Valle de los Caídos, unido a campañas de desvirtuaciones de su realidad, solo puede entenderse en una desdichada tradición de ataques del estilo de los perpetrados durante la Guerra Civil.
5.Por todo ello, los historiadores abajo firmantes elevamos nuestra protesta y condena radical a la actitud del gobierno y organismos o partidos afines hacia el Valle de los Caídos, y alertamos a la sociedad ante lo que podría ser un nuevo y gravísimo atentado a la historia y al patrimonio común.
Propongo que este manifiesto circule en los medios académicos y extraacadémicos de historiadores, y, reunidas suficientes firmas, se publique en los principales medios de prensa.”
Dejo estos dos testimonios aquí, como prueba del acoso que el gobierno zapaterista está dando a la Cruz, esa gran Cruz de la Reconciliación de la Abadía del Valle de los Caídos, donde cuando los benedictinos se cansen de vivir en una semiprisión conventual, tomarán sus bártulos y se irán a otras comunidades de su orden de San Benito, dejando que aquel inmenso edificio sea volado por algún pirado, o terrorista de turno, o se caiga arruinado por el paso del tiempo y se pierda para siempre un monumento, que ha sido el más visitado de España.
Ojalá no tengamos que asistir a la acción demencial que hicieron los talibanes de Afganistán con aquellas inmensas imágenes levantadas hace siglos: volarlas.
Esperemos que todo vuelva a su cauce, Dios lo quiera.
Tomás de la Torre Lendinez