Madrid, aclarar. Barcelona, esperar. Orense, clamar al cielo
Ha ocurrido en la isla de Santo Domingo. En otra isla, también, Cuba. Los respectivos cardenales han confirmado de propia voz que el Papa les ha confirmado, tras cumplir los 75 años, la continuidad en su misión pastoral “varios años”.
Esta forma de comunicar tal asunto es singular. Hasta ahora era el silencio pastoral y canónico el que permitía que los cardenales siguieran dos o tres años ejerciendo su ministerio pastoral, hasta que eran nombrados sus sucesores.
La excepción que confirma la regla general estuvo en el cardenal Amigo, arzobispo emérito de Sevilla, a quien le puso el Papa a un arzobispo coadjutor con derecho a sucesión, que es monseñor Asenjo, actual arzobispo titular de la capital del Betis.
Las quinielas están saliendo por muchos rincones de Internet sobre el cardenal Rouco, ya cumplidos los 75 años en el pasado agosto. El silencio sobre su prolongación en la sede madrileña está creando unos rumores poco edificantes en algunos casos, como siempre en el gran amigo que le aconseja que se retire volando que es el director de Religión Digital, quien anuncia, también, con clarividencia de ciego de ambos ojos, el final y la muerte de la Conferencia Episcopal Española.