Dos coros y otras divergencias

Pase lo que pase,los mártires serán reconocidos como beatos por la Iglesia Católica,ajenos a las luchas humanas.
Un abrazo.

No nos alarmemos que no hay para tanto... el Gobierno de la Generalitat en el acto de mañana como el Gobierno central no pintan nada. Les va a encantar la escolanía de Montserrat.

Padre, hoy más que halcón negro parece usted lechuzo (o sea, ave de mal agüero). Desde luego, Tarragona no es la opción más fácil (como siempre, Madrid hubiera sido más cómodo), pero precisamente se debe dar testimonio en los sitios donde es más difícil. Parece que, en este caso, la CEE tiene más confianza en Nuestro señor que Ud., con todos mis respetos.

¡Qué pena que la Bandera Nacional, no presidiese el acto, ni siquiera pudiera ser portada por los asistentes! Llevarla no es un acto partidista o sectario, ni un delito, es tan sólo un acto de identidad de los que se consideran españoles. Lo normal en cualquier país del mundo. Lo ocurrido, no e lo imagino, por ejemplo, en Polonia…Tierra de Mártires también.

Han intentado con todos los medios, y lo han conseguido, que los mártires parezca que sean unos seres extraños, de las que no se sabe nada. Ni quien los mató, ni en que país vivían, ni el contexto histórico en el que se desarrollaron los hechos. Silencio absoluto. Las ideologías que los asesinaron se pueden enfadar.

He observado, como casi siempre, un fortísimo complejo de inferioridad ante la izquierda que los asesinó por parte de los responsables de la organización. Las autoridades eclesiásticas actuales no están por el martirio, tienen un miedo cerval a los asesinos de los mártires, que son los enarbolan la superioridad moral, cultural...en España, a la que odian tanto como a la Religión Católica.

Muchos de los libros que han salido, glosando a los mártires, pecan de lo mismo, del llamado “Síndrome de Estocolmo”, incluso, escritos por buenos historiadores, han utilizado por acción u omisión la manipulación de la historia, para no molestar en exceso a los asesinos. Se han contado verdades “recortadas” y se han callado y omitido muchas cosas. Estos historiadores han demostrado ser unos cobardes, e incluso unos oportunistas, como se dice ahora, políticamente correctos.

Por supuesto no han hecho alusión alguna a los miles y miles de jóvenes que, voluntariamente dieron sus vidas por salvar a la Iglesia, de la persecución tan monstruosa a la que fue sometida. Claro, esos desgraciados llevaban un arma y no merecen el más mínimo reconocimiento, ni por supuesto, de quien los dirigía, un ferviente católico que hoy está proscrito, en la Iglesia Española. Así son de agradecidas estas autoridades religiosas que tenemos, desde que cambiaron de sensibilidad, a fines de los años sesenta.