Forcano, enamorado; Aradillas, enfadado
El abanico, pieza imprescindible en pleno verano, tiene equis varitas cogidas por un tornillo produciendo un elemento para aminorar los calores agosteños. Todas las varillas deben ser iguales de anchas, altas y gruesas. Es una obra uniforme.
En la Iglesia Católica, un gran abanico familiar y coral la uniformidad no existe. Puede darse el caso de un Forcano, enamoradísimo del Papa; o un Aradillas muy enfadado con el sucesor de Pedro.
Forcano está alabando los discursos del Papa en Brasil. Aradillas disiente del Papa por su intransigencia y negativa a ordenar a las mujeres de curas.
Veamos cómo se produce estas dobles posturas opuestas ante la misma persona.
Forcano ha escrito un artículo titulado:
El Papa Francisco y la dignidad de todas las criaturas
Va haciendo una selección de textos de los variados discursos del Papa Francisco durante la pasada JMJ brasileña, cuyo hilo conductor es destacar la dignidad de todas las criaturas.
Lean, amigos lectores, el grado de adhesión inquebrantable al Papa, cuando escribe:
“Francisco, ese papa descompuesto, descuidado, antiprotocolario, nada ritualista, libre de tantas cadenas puestas al sucesor del Pedro, ha declarado obrar con sencillez, libertad y coherencia. Y ha hecho añicos la pompa, las liturgias solemnes desconectadas de la vida, de la justicia y del amor, ha relativizado normas y más normas que tergiversan, oscurecen y traicionan el Evangelio, normas secundarias, sacralizadas y que olvidan que “El sábado está hecho para el hombre y no el hombre para el sábado”, y que “Justicia y misericordia es lo que quiero y no sacrificio”.
Del incienso pasamos al desacuerdo de Aradillas, quien ha titulado su escrito así:
En desacuerdo con el Papa
Parte de las declaraciones del Papa a los periodistas en el avión de vuelta a Italia, donde afirmó la negativa a la ordenación femenina. Aradillas le dice a Su Santidad:
“Sin necesidad de pedir disculpas por pensar de manera distinta, pero siempre con humildad y respeto, creo legítimamente cristiano manifestar mi desacuerdo, coincidente en este caso con el de tantos miembros de la Iglesia, con inclusión de teólogos, biblistas y pastoralistas”.
Prosigue con su extrañeza con el Papa cuando afirma:
“Extraña de modo inefable que, tan sensibilizado el Papa Francisco con las aspiraciones del pueblo más pueblo y más marginado, como es el colectivo femenino, no haya ya roto esquemas añejos que imposibilitan el rejuvenecimiento de la Iglesia, al ausentara a las mujeres de los órganos de dirección en la institución eclesiástica. Repudiar a la mujer de la religión equivale a anquilosar esta a perpetuidad. Establecer alianza con ella, le aporta dosis de incuestionable perennidad. La mujer, por mujer, es siempre, y en todo, más joven que el hombre, por hombre.”
Le clava, ahora al Papa, un futuro negro en el campo ecuménico con estas palabras:
“No es pastoralmente rentable olvidar que todo intento de programar y poner en práctica el ecumenismo, pasará necesariamente por el asentimiento y promoción del sacerdocio de la mujer, haciendo uso consagrado de los términos “pastoras” y “obispas". Así lo demandan las demás Iglesias cristianas, con excepción de las consideradas fervorosa e intransigentemente conservadoras.”
Conclusión
En el mundo taurino esto se llama división de opiniones. Palmas y pitos al cincuenta por ciento. O un clamoroso silencio con algunas tímidas palmas en el tendido.
Fuentes
El artículo de Forcano está haciendo clic aquí.
El trabajo de Aradillas está pulsando aquí.
Tomás de la Torre Lendínez
5 comentarios
Creo que los apóstoles y primeros cristianos nunca pondrían en duda la primacía de Pedro,pero claro,todo cambia...(ironía)
Un abrazo,don Tomás. Y sigamos pidiendo al Señor luz interior.Cada día me convenzo más que ahí está la cuestión.
Pues no es poco recorte en el ecumenismo el que propone Aradillas. Para ese viaje no hacen falta alforjas.
Saludos.
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