Jesuita soñador, confuso y errado
Los jesuitas están floreciendo con la primavera pasada a verano camino del otoño y sin parar al invierno. Hoy nos encontramos con Víctor Codina, sacerdote jesuita, residente en Bolivia, quien ha publicado un artículo titulado:
¿Un nuevo mayo del 68?
Entre sueños y recuerdos, el padre Codina está confundido de tiempo y espacio.
¿Quién es Víctor Codina?
En una entrevista que le hicieron en la editorial San Pablo, el mismo Codina se presenta de este modo:
“Nací en España hace 71 años y entré en la Compañía de Jesús en 1948, de manera que llevo más de 55 años de jesuita. De mi provincia, que es Cataluña, habían enviado a muchos a Bolivia; incluso tenía un hermano jesuita allí. Entonces, vine en el año 1971 a América Latina. Estuve en Bolivia, en Argentina –invitado por el maestro de novicios de aquella época, Jorge Bergoglio–, en Venezuela, y aprovechaba los veranos de España para venir aquí a dar cursos, allá por 1978, 1979. Pero un hecho importante fue que en el ´80 mataron a Luis Espinal, que era compañero mío, que estaba en Bolivia; un hombre profético, que fue amarrado, fue torturado y fue acribillado a balazos precisamente 3 días antes de monseñor Romero, de manera que la gente unía la figura de Espinal con la figura de Romero. Esto me movió a mí a pedir venir a América Latina para suplir una muerte; no es que yo pudiera hacer lo que hacía él, pero sí como una colaboración para América Latina. Entonces desde 1982 estoy en Bolivia. He estado en Cochabamba, en Oruro, en Santa Cruz y desde noviembre pasado vuelvo a estar en Cochabamba. Mi actividad ha sido variada: por una parte he mantenido contacto con la facultad de Teología donde doy clases, pero también he estado en sectores populares, en barrios, en comunidades de base; en Oruro hicimos un centro de servicio popular con muchas charlas a laicos, a gente comprometida y de estas charlas salieron gran parte de una serie de folletos que tuvieron bastante éxito.”
Sus amigos en España son los que él mismo indica:
“En España hay un grupo de autores muy sensibles a lo latinoamericano. En Granada, Castillo y Sicre; en Madrid, Floristán, Tamayo, Lois; en Cataluña, González Faus, Alegre, Vives. En el País Vasco, Aguirre, Dolores Aleixandre. O sea que ha habido una sensibilidad bastante fuerte. De hecho no es casual que el primer encuentro de teólogos de la liberación se tuviera en El Escorial, en Madrid, ya en 1972. Después se tuvo otro segundo encuentro, en 1992, que fue como una valoración, ya entonces se dio el cambio. Yo lo formulo diciendo que se había pasado del éxodo al exilio, pero también fue una riqueza el constatar esta cercanía que había en España para captar toda la revolución de la teología latinoamericana.”
Ahora ha publicado el artículo citado más arriba. Su confusión llega a decir lo siguiente:
“¿No se esconderá en estas nuevas formas de “mayo del ‘68” un signo de los tiempos al que aludía Juan XXIII? En mayo del ‘68 hubo una gran convulsión social y política que, comenzando por los universitarios de París, se extendió luego por varias universidades europeas, sobre todo alemanas, y por Norteamérica. Cuestionaban no solo el sistema universitario sino el sistema cultural y político; pedían un cambio radical, en la sociedad; “la imaginación al poder”; “prohibido prohibir”; “si no nos dejan soñar, no les dejaremos dormir”. En las mismas fechas en Praga se gestó una revolución anticomunista, la llamada “primavera de Praga”, abortada brutalmente en agosto por los tanques rusos, pero que más tarde dio su fruto. Desde entonces, mayo de ‘68 se ha convertido en un símbolo de cambio social.”
La actualidad la enjuicia desde el 68 de esta forma:
“Hay señales actuales que nos recuerdan el mayo del ‘68: la primavera árabe contra gobiernos despóticos; los indignados de España y de toda Europa contra la falta de democracia y el paro juvenil; los estudiantes chilenos que piden una mejor educación; las protestas en Turquía; ahora los jóvenes de Brasil que, a pesar de las mejoras del país en los últimos años, critican no solo el aumento del precio de los transportes sino la corrupción de los políticos y los enormes gastos del Mundial de fútbol, cuando hay urgencias mayores en educación y salud. La imagen mediática de los brasileños como meros hinchas de fútbol y la de las garotas del carnaval de Río, ahora ha quedado desmentida.”
La conclusión del padre Codina es palmaria:
“Los cristianos podemos iluminar estos hechos con la memoria de aquel joven profeta de Nazaret que, ante el escándalo de sacerdotes, escribas y fariseos, expulsó a los mercaderes del templo, aunque ello le costase la vida. Movidos por la fe creemos que el Espíritu del Señor llena el universo y conduce la historia hacia caminos de justicia, libertad y de paz. Hay que escuchar a los jóvenes, porque no rara vez a través de ellos nos habla Dios (Regla de San Benito). ¿No se esconderá en estas nuevas formas de mayo del ‘68 un signo de los tiempos al que aludía Juan XXIII?”.
Conclusión
El padre Codina, como otros, sueñan despiertos. Soñar es gratis y placentero. Es lo que hace todas las personas mayores: vivir de recuerdos que confunden con deseos convirtiendolos en espejismos.
Sirve esto de algo. Ellos verán. Si son felices así que sigan soñando. Mientras sea solamente eso, sin hacer daño a nadie, allá cada cual con su presente y futuro.
Fuentes
El articulo del padre Codina está haciendo clic aquí.
La entrevista que le hizo la editorial San Pablo se encuentra pulsando aquí.
Tomás de la Torre Lendínez
7 comentarios
Un abrazo.
bromas aparte, viendo los amigos `teologos` que tiene ya se desaredita solo. aumque tenga buenas intenciones... nefasto para la iglesia catolica y la descatolizacion de iberoamerica.
saludos.
Lo que no entiendo es por qué no se le seculariza, y allá él con su conciencia.
Es un escándalo para muchos cristianos, ver que eso ocurra y sigan en sus puestos de pastores de la Iglesia, como si no pasara nada.
Un afectuoso saludo.
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