Cerremos todas las televisiones públicas imitando a Grecia
Recortes y más recortes estamos viendo durante el largo periodo de la crisis económica, social y moral que nos aplasta de modo inmisericorde. La sanidad, la educación, las pensiones, las medicinas, las ayudas sociales….todo está llegando a agotarse.
El paro sube como la espuma, los jóvenes emigran fuera de España, donde por salarios de hambre están colocados en puestos que nadie desea, y para lo que no estudiaron en el minifundio universitario español.
Desde Bruselas se recomienda a España que corte gastos públicos absurdos.
Grecia, desde anoche, se ha quedado sin televisión pública y estatal, cuyos casi tres mil funcionarios irán a la calle debidamente indemnizados.
¿Por qué no imitamos a los griegos en esto?
En España sobran televisiones nacionales, regionales, municipales y de comunidades de vecinos. En España tenemos televisiones de sobra que son deficitarias económicamente, aunque sean rentables electoralmente al partido que domine en ese medio de comunicación.
En España deben cerrarse todas las televisiones públicas, cuyos trabajadores, si están dispuestos a quedarse como cooperativistas que lo hagan, pero sin subvenciones, sin sopas bobas, sin pegar tiros con pólvora real.
En España deben privatizarse todas las televisiones públicas. Se puede vivir sin ellas, porque son máquinas de adoctrinamiento político, lingüístico, social y moralizante.
En España deben desaparecer las cadenas públicas de radio y televisión, porque son abrevaderos y pesebres de amigos y familiares, donde la influencia clientelar es tan visible que da asco mental y moral ver un informativo o las superproducciones de contar la historia siempre con los ribetes de un sectarismo imposible de defender desde el punto de vista de la sana ciencia y conciencia profesional.
El valor de los griegos ha sido contundente. Con el paso de los días se alegrarán de que no los manipulen los paniaguados de siempre.
Ahora, en Grecia, cuna de Pericles y patria de la primera democracia histórica, existe más libertad para los usuarios de la televisión. Ahora tendrán solamente que entretenerse con la televisión privada y nada más.
El gobierno del partido popular, más cobarde no lo he conocido, no dará ese paso adelante para cerrar todos los canales públicos de televisión. Si todavía no ha abolido todo el entramado de la ingeniería social que dejó el nefasto septenato zapaterino, menos le meterá la podadera al inmenso pulpo televisivo público que por desgracia pierde dinero a chorros que pagamos usted, amigo lector, y un servidor.
Sirva resaltar el ejemplo de Grecia, ya sin televisión pública, para que se recuerde el refrán que cuando las barbas del vecino veas afeitar, pon las tuyas a remojar.
Para saber más hagan clic aquí.
Recomiendo leer la novela:
El hombre que nunca votó
Prologada por don Juan Manuel de Prada
http://marianojv.awardspace.com/novela.html
Tomás de la Torre Lendínez
11 comentarios
Los políticos de España,que dudo sean españoles de bien,no van a para de trincar hasta cargársela. Lo ideal sería echarlos a ellos al río.
(Ya voy por la mitad de su libro,don Tomás)
Un abrazo.
Las necesitan para el adoctrinamiento de las masas y para procurar soma a los seres delta (vulgo, borregada) en que han convertido a grandes sectores de la población, para mejor perpetuarse en el poder.
La fórmula ya la inventaron los romanos: "panem et circensis", aunque como el panem está fallando, sospecho que va a terminar cayéndoseles la jaima encima.
- Telecinco: máximo exponente de la zafiedad y el chismoseo. Donde los famosos de medio pelo van a contar sus miserias por cuatro duros. Programas del corazón, como Sálvame, Mujeres y Hombres y Viceversa junto con reality shows de lo más cutre y chabacano.
-La Sexta/Intereconomía: manipulación política en estado puro, donde lo único que importa es el ataque al adversario político, unos por el lado izquierdo y los otros por el derecho.
- La Cuatro: salvando su retransmisión de deportes y algunos programas, parecido a la sexta.
- Antena 3: la más respetable dentro de las privadas, aunque últimamente también tiene programas y series como para tirarse de los pelos.
La TV pública en España es una Santa al lado de estas cadenas.
pues yo opino lo mismo que de la uno, la dos y las autonómicas: que no las veo. Con una diferencia: ¡por esas no pago un duro!
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