Novela firmada por quien suscribe este post
El viejo oficio de escribir ha tenido, a lo largo de la historia, muchos protagonistas, quienes mojando sus plumas de gallo en tinta, a la vera de la luz tenue de una vela, han transmitido el saber antiguo, han ventilado batallas dialécticas sobre filosofía y teología, han dado alas a la imaginación en la poesía mística, han alumbrado obras de ficción para el teatro o la novela, o han resumido sus experiencias vitales en forma de memorias.
Muchas de estas personas han sido clérigos ordenados in sacris, quienes han construido obras imperecederas de la literatura española o universal.
Como las ventas de libros en papel luchan entre la vida y la muerte, el ciberespacio se ha convertido en la tabla de salvación de quienes no disponemos de re monetaria para editar en papel y además deseamos mantener la gratuidad que produce salir en las pantallas de los ordenadores.
Los numerosos lectores de quien firma abajo han llegado gracias a los dos Blogs que comparto: InfoCatólica, donde pronto cumpliré cinco años; Intereconomía donde en noviembre cumpliré veinticuatro meses.
Para todos, hoy presento mi primera novela. ¿Cuál ha sido su gestación?
Es fácil de contar:
El trato con la literatura me la dieron en el Seminario, donde excelentes profesores, todos sacerdotes y uno que es obispo jubilado, me abrieron el apetito por la lectura e incluso por la escritura de las crónicas de la vida interna de la comunidad de alumnos.
Durante el tiempo vacacional las lecturas de libros selectamente elegidos, por el entonces director de la vieja Biblioteca Pública de Jaén, donde mi padre trabajaba, me nutrían de las largas horas estivales de la mejor literatura española y universal.
La afición por la lectura nunca la he perdido. Al contrario, ha ido en aumento con el paso del los años. Diferentes cargos encomendados por dos obispos me tuvieron cerca de la enseñaza y de las publicaciones, campos en los que necesariamente el vicio de leer aumentó a extremos muy altos.
Cuando, ahora, el tiempo de la enseñanza ha cesado, he deseado dar gratis lo que gratis he recibido: la lectura de otros crea el dinamismo personal de escribir algo propio.
Comienzo por una novela titulada:
El hombre que nunca votó.
Es una peripecia vivida junto a un amigo profesor de un instituto de secundaria, quien me contó su biografía. Yo le he dado cuerpo literario y nada más.
Advierto, a todos los amigos lectores, que no es una novela de tipo religioso, ni con temática espiritual, es entrar en el trasfondo vital de un hombre que nunca ha tomado parte en ejercer el derecho a votar en ninguna urna electoral. Como éste hombre existe el treinta por ciento del electorado. Conocerlo es interesante, creo yo.
En esta aventura he contado con la inestimable ayuda de mi amigo, el escritor don Juan Manuel de Prada, quien ha tenido a bien prologar esta primera novela que he escrito. Mi agradecimiento privado, hoy lo hago público en este post.
En el plano técnico e informático he contado con otro amigo: Antonio Muñoz Serrano, profesor de Educación Plástica del Instituto Virgen del Carmen, de Jaén. Mi agradecimiento privado, hoy lo hago público en este post.
Para leer esta primera novelilla basta con pinchar en el siguiente enlace:
http://marianojv.awardspace.com/novela.html
Ahora, espero que la benevolencia de los amigos lectores perdone mis errores escritos, que quizá los tenga, y las críticas sanas y constructivas que hagan servirán para mejorar de cara a otras publicaciones que puedan salir del caletre de este cura aficionado, ahora, también, a la literatura como principiante y novicio.
Muchas gracias a todos, amigos lectores. Pasen un rato bueno leyendo esta novelita.
Tomás de la Torre Lendínez
13 comentarios
Escribir es dar una parte de nosotros y usted dará esa parte buena,agradable y sencilla que tiene.
Un abrazo.
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No Luis Fernando. La presentacion es el post de hoy. Tomas.
Suerte con la novela. Contribuiré a su difusión.
«El Hombre Que Nunca Votó» me ha calado.
Gracias, Tomás, Pater, por esta obra.
Buenas tardes y buenas letras,Don Tomas.
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