Confesor del Papa escribe una carta exquisita
El sacramento del perdón y de la reconciliación con el mismo confesor produce efectos espirituales muy importantes. Esto lo han escrito y predicado todos los grandes maestros de la espiritualidad que en la historia eclesial han sido.
La dirección espiritual es una consigna constante para los sacerdotes y laicos. Para un jesuita este discernimiento espiritual es una clave en su vida.
Acaba de escribir una carta el confesor del entonces cardenal de Buenos Aires, y actual Papa Francisco, que es una delicia leerla despacio, porque demuestra cual es el conocimiento que tiene de la espiritualidad del Obispo de Roma.
Casualmente, el confesor antiguo es un padre franciscano, Fray Berislao Ostojic, quien anuncia esta futura situación:
“Aunque actualmente los medios de comunicación “cantan loas al nuevo Papa”, los fieles deben “evitar la telaraña de entusiasmos ingenuos”, ya que “la experiencia nos enseña que, con frecuencia, quienes hoy exaltan, mañana, por razones ideológicas, de buenas a primeras se ubican en la vereda opuesta”.
¿Qué más apunta el confesor del anterior arzobispo de Buenos Aires?
El padre franciscano demuestra tener los pies sobre el suelo cuando afirma:
“Basta pensar qué sucederá cuando el Santo Padre reafirme el valor de toda vida humana y pronuncie un claro ‘no’ al aborto, y qué se dirá cuando ratifique el matrimonio entre un varón y una mujer”, y muchas otras cuestiones sensibles. Entonces “muchos entusiastas superficiales cambiarán de vereda, y le harán sentir el peso de la cruz que no se negocia en desmedro de la verdad del Evangelio”.
Descubre un secreto a voces sobre el Papa:
“La capacidad del Papa “de estar frente al Sagrario y abrevar en la intimidad con Cristo las riquezas con las que Jesús llena los corazones que se le abren para que los ilumine y los fortalezca”.
Para argumentar esta intimidad del Papa con Jesús ante el Sagrario, el confesor dice:
“Recordó la homilía del entonces Cardenal Bergoglio cuando ordenó a Mons. Salaberry, jesuita, y abordó las dificultades que se le presentarían al nuevo obispo. El Arzobispo le dijo que “cuando todo parece oscuro”, “aprendé a pelarte las rodillas ante el Sagrario. Él, Jesús, jamás defrauda”.
El Papa, según su viejo confesor, pide a la gente que recen por él, porque:
“Reconoce que contiene su concepto de la autoridad, que es servicio. Y como tiene los pies sobre la tierra y no vive de ilusiones, sabe muy bien que el tentador no duerme y que los tesoros de gracia se llevan en vasos de barro. Esto es puro realismo humano y espiritual”.
Mientras, los inventores de primaveras nostálgicas siguen vendiendo su producto buscando el enfrentamiento interno entre el Papa y los obispos actuales, algo que solamente hacen los lobos rapaces y con dientes afilados en las sierras solitarias donde tienen su camada.
El confesor del anterior cardenal bonaerense corta por lo sano a estos embusteros del chisme y la salsa rosa eclesial.
Recomiendo vivamente que lean, amigos, la carta del padre franciscano. Es un bocado de amistad espiritual y de sensatez en la dirección espiritual de las almas.
La carta completa está pulsando aquí.
Tomás de la Torre Lendínez
6 comentarios
Mucho me temo que si bien el papa Francisco va a hacer mucho bien a la Iglesia aportando muchas cosas de una manera sencilla, de párroco del mundo, a los medios les va a traer todo eso al fresco.
He de reconocer que por mi juventud no he conocido a Juan XXIII, pero leyendo sus escritos, en nada tiene que ver con muchas asociaciones que llevan su nombre, ni en la ideología de muchos que le recuerdan con nostalgia. Si de verdad se tomaran en serio a Juan XXIII, habrían de calificarlo como un carca. Pero no, igual que se inventaron lo del espíritu del Concilio, cuya mayor bondad es que como no dice nada, que prohíbe leer los documentos que surgieron, donde cada cual se proyecta a sí mismo y así concuerda con uno; de la misma forma se inventaron el espíritu de Juan XXIII. Todo esto me recuerda mucho a la estampa del Ché y de otros mitos que se han creado. Mucho me temo que para ellos, en esto se va a quedar el papa Francisco en el futuro. Como una estampa en una camiseta, como un espíritu que dice lo que ellos le hacen decir, al que por supuesto siempre serán fieles, porque esta gente sólo es fiel a sí mismo, y no tiene ninguna instancia por encima: esto es, la cerrazón total al Espíritu de verdad, que es el Espíritu Santo. El que hace a la gente cambiar, pero solo a aquellos con corazón abierto.
Para los medios, lo tienen ya claro. El papa Franscisco es ya un mito: alguien que dice lo que ellos quieren decir y que representa la división en la Iglesia que justifica cualquier posición heterodoxa.
Para aquellos abiertos al Espíritu: todavía está por ver lo que nos depara. De momento un lenguaje y signos sencillos. Signos que no representan contradicción, sino la riqueza de Dios. No hay contradicción entre Apolo y Pablo. Cristo es lo único que cuenta.
Un abrazo,don Tomás.
Los comentarios están cerrados para esta publicación.