Carmelita descalza rechaza la clausura monacal
El sábado lo pasé impartiendo un día retiro espiritual en un monasterio de religiosas contemplativas de clausura en Granada. Compartimos el Oficio Divino, celebramos la Eucaristía, y la reflexión en la oración ante el Santísimo Sacramento colocado en la Sagrada Custodia. Fue una digna preparación de la comunidad para vivir intensamente la Jornada Pro Orantibus, que tuvo lugar ayer domingo.
En el correo electrónico me encuentro un enlace hacia Rd, Ruedo Destructor, donde encuentro una entrevista a una religiosa carmelita descalza, llamada Gema Juan, quien se expresa de esta manera ante una pregunta:
“¿No han pasado de moda las monjas de clausura?
No sé si alguna vez han estado de moda las “monjas de clausura", si ahora no lo están me parece positivo… porque, en todo caso, somos monjas contemplativas, no nos define la clausura sino la experiencia contemplativa y eso no tiene fecha de caducidad ni depende de las modas.”
Más adelante, tras citar a Gustavo Gutiérrez, sigue afirmando ante otra interrogación:
“¿Tiene futuro la clausura española o el relevo hay que buscarlo fuera, en África, Asia o Latinoamérica?
Una vez más, quiero insistir en la necesidad de abandonar la palabra clausura para definir la vida contemplativa.”
¿Es posible que una hija de Santa Teresa de Jesús rechace la clausura?
Pues mal que le pese a la hermana carmelita descalza, la clausura es un valor en la tradición monástica de la Iglesia Católica. Está en todo el magisterio de los Papas, de los obispos y de las Conferencias Episcopales.
La propia Iglesia ha legislado sobre la clausura como un gran valor para la contemplación y la propia santificación consagrada en los votos religiosos de pobreza, castidad y obediencia.
La recuerdo a la hermana Gema que repase éstos consejos del Código de Derecho Canónico, del año 1983, donde en el canon 667 y otros más se habla de la clausura así:
“667
§ 1. En todas las casas se observará la clausura, adaptada al carácter y misión del instituto, según determine el derecho propio, debiendo quedar siempre reservada exclusivamente a los miembros una parte de la casa religiosa.
§ 2. Ha de observarse una disciplina más estricta de la clausura en los monasterios de vida contemplativa.
§ 3. Los monasterios de monjas de vida íntegramente contemplativa deben observar la clausura papal, es decir, según las normas dadas por la Sede Apostólica. Los demás monasterios de monjas vivirán la clausura adaptada a su carácter propio y determinada en las constituciones.
§ 4. El Obispo diocesano goza de la facultad de entrar con causa justa en la clausura de los monasterios de monjas que se encuentren en su diócesis, y de permitir, con causa grave, y consentimiento de la Abadesa, que otras personas sean admitidas en la clausura, y que las monjas salgan fuera de la misma durante el tiempo verdaderamente necesario.”
En la entrevista citada en Rd, se anuncia que la hermana Gema ha fichado por incorporarse al portal más alejado del sentido católico de toda la Red. Le recuerdo a la hermana lo que el mismo Código dice sobre las religiosas y los medios de comunicación social:
“666. Debe observarse la necesaria discreción en el uso de los medios de comunicación social, y se evitará lo que pueda ser nocivo para la propia vocación o peligroso para la castidad de una persona consagrada.”
Conclusión
Espero que esta legislación, a lo mejor desconocida por la hermana Gema, le ayude a disponer de motivos para cambiar de opinión sobre las religiosas contemplativas y de clausura, que son la comunidad orante más fuerte con que cuenta la Iglesia del Señor.
Fuentes
La entrevista a la hermana Gema se puede leer aquí.
La página Web del monasterio de la hermana Gema está aquí.
Tomás de la Torre Lendínez
20 comentarios
Debe ser moda eso de entrar en una institución que tiene unas características que a uno no le gustan, solo para pretender cambiarlas; es algo tan estúpido como hacerse socio de un club de fumadores para una vez dentro pedir que se prohiba fumar en el club. "Regardé la gilipolluá" que decía Tip.
El hecho de que se haga entrevistar, ya lo dice todo.
Conviene recordar también el documento publicado, con la aprobación del Bto. Juan Pablo II, por la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (13-V-1999), VERBI SPONSA, "Instrucción sobre la clausura de las Monjas".
Nada que objetar a la frase: "Hay que abandonar la palabra clausura para definir la vida contemplativa". Nada que objetar a esa 'frase angelical'... ¡Ni a todo su comentario adicional!
Quien a tal afirmación pone alguna objeción, ni conoce la vida espiritual, ni sabe qué cosa sea, ni de sus fundamentos tiene la mínima idea.
Hermano, demos gracias a Dios por vocaciones como la de la hermana Gema. Personas como ellas conforman la 'verdadera iglesia'; la que vive en el amor, la que ha arrojado -de sus entrañas- 'todo tipo de error'.
Hermanas, hermanos, amemos profundamente -en verdad, mansedumbre, misericordia y paz- a Dios, porque «Dios es Amor».
He conocido a alguna comunidad de clausura de esas que dan un ejemplo de vida cristiana para quitarse el sombrero,con hermanas que tenían carrera universitaria y también otras hermanas que todo lo aprendido había sido en esa clausura y ninguna de ellas tenía problemas al enunciarlo como vida contemplativa en clausura.
No me parece que sea signo de otros tiempos sino actuales totalmente.
Pidamos por todos ellos.
Un abrazo,don Tomás.
Cuando se habla de la vida contemplativa se suele cargar las tintas en la clausura, especialmente los medios de comunicación generalistas,obviando que ésta, por sí misma, no significa nada, pues se ordena en referencia a la contemplación del Misterio.
En ese sentido, la vida monástica no se define por el hecho de la clausura en sí, sino por el de la contemplación. La primera está subordinada a la segunda, porque la esencia del monaquismo es la contemplación y ésta a su vez da sentido a la clausura.
A mi juicio, esto es lo que ha hecho la hermana, no negarla, sino poner el acento donde debe ponerse.
Un saludo.
Muchos tonsurados y eclesiásticas pican ante un "micro" como pajaritos a la vista de un granillo de lo que sea. Y mucho plumilla --¡ah "sagaces reporteros"!-- se ensañan ante la ingenuidad espontánea.
Ante ello, en el capítulo o en alguna de esas reuniones inútiles de muchas monjas, ¿nadie ha pedido el uso de la palabra para explicar que lo propio de las contemplativas de clausura no es salir en los papeles; que sus declaraciones no aportsan nada; y que, por el contrario, a veces lo lían todo?
Y dice además que se puede ser llamado por Dios a Su contemplación sin clausura. No es la clausura lo que define ni es el origen de la contemplación. Hay órdenes contemplativas sin estar en clausura. La Madre Teresa decía que su orden era contemplativa sin ir más lejos.
Y hay quienes piensan que el Santo Espíritu, Quien es el que concede la gracia de la contemplación, en estos tiempos la está expandiendo también entre los laicos en medio del mundo más que en otros tiempos.
Le dejo un ejemplo de un monje cisterciense:
http://wwwespiritualidadcisterciense.blogspot.com.ar/2009/12/el-carisma-cisterciense-laico-por.html
Pero hay otros ejemplos entre otros grupos católicos. No se trata de una contemplación ocasional sino de una llamado a vivir las 24 horas del días los 365 días del año de toda la vida en el silencio interior la presencia de Dios en medio del mundo.
Eso no significa menospreciar la clausura o pensar que pasó de moda. No hay modas en el Reino de Dios, hay diversidad de carismas y dones pero todos son otorgados por el Santo Espíritu para Gloria de Dios y la edificación de la Iglesia.
Bendiciones en el Amor de los Dos Corazones.
Cuando digo las 24 horas son las 24 horas, uno puede estar durmiendo y el Espíritu Santo reza en uno o puede ser despertado en medio de la noche a la contemplación y al acompañamiento de Jesús. Y ser un laico, un seglar, ir a trabajar como todos los días, o hacer las tareas de la casa y estar siempre en contemplación.
No es la clausura la que define la vida contemplativa, eso dice la religiosa.
Bendiciones.
Cambia la forma de hablar en las personas y cambiaras su forma de pensar.
Ejem. aborto = salud reproductiva. etc.
Cambiar un nombre puede ser bueno y puede ser malo. Desde la reforma litúrgica, por ejemplo, se ha difundido el nombre de Unción de Enfermos para el sacramento que antes se llamaba Extremaunción. Se hizo para resaltar ciertos aspectos de este sacramento.
Igualmente puede esta monja querer resaltar ciertos aspectos, lo que no significa que eso sea malo.
Creo que la monja tiene razón, lo que define a la vida consagrada no es el claustro sino la CONTEMPLACION.
El claustro- en todo caso, sirve para favorecer el encuentro con Dios y el claustro no es el único medio. La vida es CONTEMPLATIVA, no claustral
RD coge el rábano por las hojas y con tal de sacar un titular aísla el comentario sobre la clausura.
Si lee lo que usted mismo ha transcrito, verá que no se rechaza en ningún momento la clausura, sino que la vida contemplativa sea definida por el medio ( clausura) y no por el fin (contemplación).
Ruego por caridad y apelando a su bonhomia que reflexione sobre lo que le digo y exprese su opinión al respecto. Gracias y buen día.
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