Espantada episcopal ante una Confirmación acordada
El Papa Francisco conferirá el sacramento de la Confirmación a 44 jóvenes de todo el mundo que representarán simbólicamente a toda la Iglesia en los cinco continentes.
Supongamos que el Papa no pudiera presidir la ceremonia, no por motivos de salud, sino que mete en su agenda otra ceremonia litúrgica, a la misma hora, en un lugar diverso para rezar, por ejemplo, por todos los enfermos de la dolencia equis del mundo entero.
Mandaría a un cardenal, como delegado suyo, a presidir el acto de la Confirmación y los 44 jóvenes del mundo entero se quedarían con tres palmos de narices. Aunque el cardenal delegado intentara justificar la espantada del Papa, los afectados nunca entenderían la situación, ni tampoco sus familiares.
Esta situación simulada se ha dado realmente en un lugar de España.
No deseo acordarme del lugar, como Don Quijote, pero sí de los ingredientes del guiso:
-Un grupo de 53 jóvenes llevan meses preparándose en la parroquia de cara a la recepción del sacramento de la Confirmación. Oscilan entre los 14 y 16 años.
-Les han dicho que el pastor de la diócesis presidirá la ceremonia tan importante en la vida de los chicos.
-Se baraja una fecha óptima, con meses de anticipo, para los implicados: todos se ajustan como pueden, aunque no podía ser en un fin de semana.
-El día del ensayo general, previo al de la Confirmación, se les comunica que el pastor diocesano no podrá presidir la ceremonia porque tiene que estar en otra actividad eclesial de oración enclavada en el Año de la Fe.
-Llegado el día de la Confirmación, acude a presidir la ceremonia el vicario general de esa diócesis, quien pretende justificar la espantada episcopal, como puede.
-La desilusión es palpable en todos los jóvenes y sus padres y padrinos. En la ceremonia todos están en su correcta compostura. Pero al terminar, ya en la calle, los dicterios surcan los aires de la localidad.
Conclusión
¿Ocurren estos sucesos con frecuencia? Sí.
¿Suelen aparecer delegados de los obispos para la Confirmación? Sí.
¿Tiene validez ese sacramento recibido? Sí.
¿Es una buena táctica pastoral? No.
¿Necesitan muchos obispos imitar a este Papa con alma de párroco cercano? Sí.
Aquí dejo un hecho real. Ojalá que los protagonistas al verse retratados sin foto, no vuelvan a caer en esta situación.
Tomás de la Torre Lendínez
17 comentarios
Por suerte,en diócesis pequeñas esto no suele ocurrir y el obispo se desvive por estar en todos lados,cosa que les honra a ellos más que a nadie.
Un abrazo sabatino,pater.
Y respecto a los desilusionados progenitores A y B, de lo que tendrían que preocuparse es de su falta de cultura católica, y después lo que tendrían que hacer es tomarse en serio el acontecimiento de gracia que significa la recepción del sacramento de la Confirmación por parte de sus hijos.
Creo que las cosas pueden ser más complejas de lo que vd. resalta.
El obispo, y sobre todo en diocesis grandes, no puede estar en todos los fregaos. Otra cosa es que hubiera un compromiso previo.
Los primeros que no se toman en serio el sacramento suelen ser los confirmandos. El paripé de boato, muchas veces, nada tiene que ver con la preparación interior necesaria para la recepción del sacramento. No es de extrañar que ante esto los obispos huyan: yo también huiría: ¿ cuantos de esos jóvenes confirmandos permanecen en su parroquia colaborando y dando testimonio del Señor ? Respuesta: la cifra tiende a cero.
Si al señor obispo se le dijera: "mire, señor obispo, estos jóvenes tienen una preparación exquisita. Han preparado una ágape para después pensando en departir con vd. y están muy ilusionados con tener junto a ellos un sucesor de los apóstoles". Pero quiá, la mayoría de las veces, se "pretende" al obispo porque la figura del obispo realza aún más el paripé y el boato ornamental, casi única razón de ser, para muchos de esa celebración sacramental.
Le habló un catequista de confirmación.
Saludos
Feliz día a todos.
De tal forma que esa práctica, de delegación es válida y comprensible, ya no es necesario que en cada diócesis exista un obispo, y como las ordenaciones sacerdotales escasean...
La verdad es que NO SÉ DE QUÉ PARTE del artículo deduce la falta de cultura católica o que LOS PADRES (gracias a Dios no progenitores A y B)no se lo tomen en serio.
Más bien creo que pone el dedo en la necesidad del buen PASTOR, de aprovechar que todavía haya jóvenes que sientan importante CONFIRMAR SU FE, para conocerlos, felicitarlos y animarlos a colaborar en otros proyectos.
Un cordial saludo,Isabel
"Los primeros que no se toman en serio el sacramento suelen ser los confirmandos. El paripé de boato, muchas veces, nada tiene que ver con la preparación interior necesaria para la recepción del sacramento. No es de extrañar que ante esto los obispos huyan: yo también huiría: ¿ cuantos de esos jóvenes confirmandos permanecen en su parroquia colaborando y dando testimonio del Señor ? Respuesta: la cifra tiende a cero."
Bueno, pues eso lo dirá por usted, a lo mejor no sabe llegarnos a los chicos o es poco buena como catequista, o está amargada.
Tengo 15 años y le digo que en mi cole de frailes me gastan bromas por confirmarme, y aún así he seguido adelante, preparándome y eso. Y no es fácil.
Y me he sentido como cuando te dan un plantón.
Para eso que delegue en cualquier cura de la parroquia, y lo ponemos en sábado y así el padre de Marta no tiene que currar, mi abuelo puede venir de Madrid, y Nacho no tiene examen al día siguiente de mates y Pablo no se pierde la clase de cámara!
Por lo demás ha sido todo muy chulo y la homilia larga pero emocionante, guay.
Ah, y en mi Confirmación el boato ha sido invitar a mis abuelas y tíos a tortilla de patata, chorizo y queso,aceitunas, empanada y chuches para mis primitos y una tarta que ha hecho mi madre.
Y los demás parecido pero todos juntos (mis abuelas no podían estar allí de pies porque no están bien) en la sala donde damos catequesis
Y en la parroquia ayudamos, pero desde luego si como dice usted el obispo huye, yo paso de acercarme a sus actos.
Y gracias al padre Tomás por contar estas cosas.
Servando
Soy de los que toman muy a mal que el obispo manifieste desinterés en conocer a los nuevos "miles christi", que tal cosa son los confirmandos. Y a fe que eso sucede, pues cuando delegan en otros tal función (lo cual suele suceder CASI SIEMPRE), ni se molestan en exponer los "graves" motivos de su ausencia. Y he llegado a la conclusión de que es porque sencillamente, tales "graves" motivos no existen.
El colmo de esa desistencia fue en ocasión de la consagración del templo de mi parroquia, hace ya una punta de años atrás. El párroco ya había hecho colocar una placa de mármol en el atrio, adonde decía la fecha en el el obispo había procedido a consagrar el templo. Pues nones. El día de la consagración se nos apareció, de improviso, un religioso que estaba ocasionalmente de paso por la Mariápolis que hay en nuestra arquidiócesis, y fue él quien presidió la consagración del templo. Jamás supimos los "graves" motivos que hicieron que nuestro pastor delegara su responsabilidad patoral.
Second At, Vd. me está dando la razón con su comentario,
El obispo debe cumplir con su compromiso adquirido.
Por esta razón, planifica la cita con mucha anticipación.
Si ve que hay posibilidades de no cumplirla, entonces no concerte el día.
Esta táctica pastoral sigue el ejemplo del mal administrador del evangelio:
"No quiero decirles que no vendré para evitarles una desilusión que va a durar mucho tiempo y presiones constantes posteriores para que venga.
¿Qué haré? Les voy a decir que sí, y cuando llegue un acontecimiento lo razonablemente importante, por ejemplo, el Año de la Fe o de la Fu, entonces les diré con el mínimo posible de anticipación que no podré venir.
Lo entenderán, no me presionarán y quedarán desilusionados, pero que los rayos los aguante mi delegado, que para eso lo tengo como pararrayos".
¿ No me recuerdas por el nombre ? Yo, con mis hermanos Ananías y Azarías, pasamos por encima de las llamas del horno, y el Señor nos protegió del malvado Nabucodonosor.
Mira, quizá un poco de razón tengas, pero, mi ejemplo era de toda mi parroquia y de las parroquias cercanas y no de mi caso en particular.
Está bien que defiendas a los jóvenes. Yo también los defiendo: son hijos de su tiempo, es difícil romper con eso. Pero eso no obvia la realidad de las cosas, a saber: de los pocos jóvenes que se confirman, una grandísima mayoría abandonan cualquier práctica religiosa al segundo después de ser confirmados, y con suerte, y por horas la retoman el día en que se casen por la Iglesia, los que lo hagan.
Todos tenemos mucho qué hacer. Todos estamos llamados a ser sal para el mundo, ningún cristiano se puede sustraer a esta obligación que adquirimos desde el día de nuestro baustimos, donde fuimos consagrados como profetas, sacerdotes y reyes, y los cargos están para ejercerlos.
Muy cordialmente, recibe un afectuoso saludo.
Creo lo expresa muy bien, el segundo de los comentarios que figuran en el apartado de opiniones.
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