El Papa en la calle Membrillar 533 de Buenos Aires
“No eres nadie, nadie se acuerda de ti, eres alguien, alguien tienes frente a tí, reza el refranero castellano, tan rico como expresivo.
Había un cardenal en la capital de Argentina, pasaba desapercibido, salvo para el gobierno de la señora presidenta, con quien tuvo sus más y sus menos. Ella ha acudido a Roma, la primera a saludar al Papa Francisco. Nada más salir las cosas han cambiado.
Ahora la municipalidad bonaerese va construir un circuito turístico pisando las huellas desde el nacimiento del primer Papa hispanoamericano hasta su marcha a Roma, donde resultó elegido sucesor de San Pedro.
Todavía se escucha la letra del tango porteño:
Tú no querías, pero has cedido.
Has consentido en mis demandas,
Ahora tú en la lejanía, he decidido
que otros conozcan a la persona
su historia y su propia entraña.
Se oye por las calles esta letra, entra en las emisoras de radio, ya estará en las escaletas de los televisores, mañana por las esquinas del barrio de Flores y en la plaza de Mayo.
Todos piensan que nada como tener un ídolo para ganar unos pesos necesarios en la larga crisis de la tierra argentina. Si esos pesos los pagan turistas deseosos de conocer la vida del nuevo Papa desde su infancia hasta su salida para el Cónclave, pues mejor para todos.
El tour lo están preparando los miembros del consistorio municipal, para algo son los Ministros de la ciudad de Buenos Aires, gente lúcida y capaz, aunque algunos no sean nada más que ateos empedernidos.
Ahora todos del brazo, dicen bien:
Buenos Aires, bien vale un Papa.
El peso es el peso. Un Papa argentino no sale todos los días de una ciudad donde la pobreza reina con total extensión a lo largo y ancho de sus barrios, viejos y nuevos.
Adelante, pues, con la iniciativa. Nunca digan que la Religión es el opio del pueblo, pues esa misma Religión les va a dar pesos en divisas de turistas a las arcas de la municipalidad.”
Hasta aquí llega este artículo enviado a este Blog El Olivo por un amigo lector del mismo, afincado en Buenos Aires.
Me ruega no divulgue su nombre. No se preocupe nadie lo sabrá. Lo que sí sabemos todos es cómo cambian los políticos cuando se trata de crear un ídolo con dinero por medio. Ahora se puede decir aquella frase: En Argentina todos son más papistas que el Papa.
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Tomás de la Torre Lendínez
5 comentarios
Cuando leo citar esa frase de Marx, me gusta aclarar que el sentido con la que el la dijo es opuesto al que se le atribuye. En tiempo de Marx el opio era legal y considerado una medicina, tan común como ahora la aspirina. Según Marx, la religión era "el alivio" del pueblo, oprimido por mil pesares, que encontraba en los templos la igualdad y la liberación que necesitaba.
En ese sentido, no deja de ser providencial el nacimiento de un Papa en tierra pobre. Es un alivio, una esperanza, algo en qué creer, incluso para Marx o para cualquiera de sus ateos seguidores.
Es decir, no supuso mayor cambio para el Gobierno porteño tener esta actitud (tan "light", en esto sí es propio de su modo de presentarse).
Vale para el gobierno porteño, si bien es menos chocante, justamente porque nunca chocó con Bergoglio, lo que dijo un intelectual kirchnerista post marxista (¿post?) respecto de la Pte.:
"Cristina quiere apropiarse del Papa Francisco"
Y los antikirchneristas "de a pié", en los foros no pueden dejar de ver al "Papa argentino" como un triunfo contra el gobierno.
Algo absurdo, por desgracia, acá se vivieron los fervores tipo película tana de los 60/70 con Mastroianni o congénere. Interesante que la Loren declaró su ilusión.
El gobierno porteño también por el turismo logró poner a la ciudad como "gay friendly" (¿qué será?) en el mundo, y cuando fué el primer intento de "matrimonio" homosexual, que se hizo a través de un Recurso de Amparo en los Tribunales de la Ciudad, al contravenirse el Código Civil, los Fiscales públicos (el de turno) debía apelar el fallo que daba el Recurso de Amparo para casarse, dado que no era un fallo "conforme a derecho", por tal vicio de nulidad. La declaración de Macri, el "alcalde", fué, más o menos ¨nosotros no vamos a apelar, puede ser que a uno le parezca extraño, pero (y acá fué sic) "el mundo va para ese lado"¨.
Ahora el mundo "Viva el Papa". Aprovechemos, plinc, caja!
Banalidad de banalidades.
Saludos
Un abrazo,don Tomás.
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