Lenta muerte de las clases de Religión
La gran cortina a partir de hoy es la elección del nuevo Papa. Las apuestas son tan peregrinas como utópicas. Con razón es el primer Cónclave con las redes sociales en ebullición, donde soltar nombres sale gratis, y quien diga la sandez más grande obtiene el mejor galardón de ser más comentado, seguido y rettwitteado. Esta es la grandeza y la miseria de la comunicación instantánea de la Red.
Ayer se hizo público en España el resultado de otra elección: la de los alumnos que durante este curso están matriculados en Religión y Moral Católica en los centros públicos y privados.
El resultado es realmente negativo: cada año baja más el número de padres y alumnos que voluntariamente piden Religión Católica al hacer la matricula. Este curso ha bajado el 5 por ciento en toda España en la enseñanza pública.
No ocurre así en los centros privados o canónicos. La Conferencia Episcopal apunta que en ellos ha aumentado este curso en 2 puntos porcentuales (del 97,2 al 99,2%) y en 1,7 (del 69,6 al 71,3%) el número de matriculados en religión. Es lógico en centros confesionales.
¿Por qué baja el número de alumnos en Religión en los centros públicos?
Existen motivos de índole general: el materialismo reinante y atosigante, donde los valores espirituales son anulados; el laicismo impuesto en la sociedad donde se trata de reducir las convicciones religiosas al ámbito puramente individual; la crisis económica, social y moral que obliga a las familias a pensar primero en trabajar y comer y después en educar religiosamente a sus hijo; la desaparición lenta de las familias católicas por un modelo de familia partida, a causa de divorcios express; la generalización de las parejas en cohabitación sin papeles ni civiles ni religiosos.
Existen motivos de índole sectorial: el profesorado que imparte Religión en los centros públicos en España se han convertido en “puros funcionarios” del sistema, donde se ha perdido el concepto de profesor amigo y pastor, por el repelente “profesor de clase de primera” que asusta a los alumnos y los dispara hacia la inexistente, por ahora, alternativa, que es una hora de estudio asistido perdido.
Mientras el profesor no “venda” su producto a los alumnos, se gane la confianza, y la matriculación en Religión, las horas de esta asignatura caerán en picado camino de la desaparición, como está ocurriendo en zonas concretas de España, como Cataluña y País Vasco.
Existen otras tierras de España donde se mantiene un nivel alto de matriculación en Religión. Invito a leer una entrevista que se ha realizado al delegado diocesano de enseñanza de la diócesis de Albacete, donde, aún no ha llegado la secularización en exceso, y los resultados por hoy son muy positivos.
¿Cómo invitar a los padres que elijan Religión?
Cuando vean a un profesor amigo y pastor, los padres pedirán la asignatura. Si encuentra a un tipo amargado y repelente, las clases de Religión tienen los años contados.
El paro que se va a producir entre los profesores de Religión va a ser numérico y abultado. Ellos tienen la solución que esto no suceda. Por el camino que llevan acabarán faltándoles, como ahora mismo ocurre, horas y cobrarán un puñado de moscas. Ellos verán, es su futuro, son sus habichuelas como decimos en Andalucía.
En esta situación, ni los sindicatos servirán de nada. La Religión no la echaran a la calle la legislación laicista, sino la estulticia de los mismos profesores. Toda una pena.
Los datos ofrecidos por la Conferencia Episcopal están aquí.
La entrevista al delegado de Albacete se encuentra aquí.
Tomás de la Torre Lendínez
10 comentarios
Los de mi época no sufrimos ningún trauma(eso que ahora corre de voca en voca)por ello y además,algo aprendimos.
Pido por esos jóvenes. Demos ejemplo para que sea atractiva ese aprendizaje.
Buen día de Cónclave.
Yo ya soy bastante mayor, pero en mis épocas de estudiante en la Transición los temarios de Religión Católica estaban pactados con el poder y no había por dande cogerlos (se veía a dos leguas). Es una vergüenza (para los que tengan) que todo lo que no es "autodidactismo" en Religión Católica sirve de poco.
El problema es de prioridades. En este mundo es "obligatorio" hacer sumas y restas, pero ser bueno se considera "optativo". No es un asunto exclusivo de la escuela, más bien, es propio de la sociedad. Si el niño no se lava las orejas, el mundo se cae en pedazos, si no reza sus oraciones, no pasa nada, "ya lo hará cuando le nazca". Y se lavará las orejas cuando le nazca un nabo, también.
las familias, me jor formacion de profesores catequistas,
trabajar mejor las parroquias
de todas formas no esfacil
esperemos haber el nuevo papa
Tal vez una actividad apostólica de la parroquia en la escuela ayude a algo. Convidar a los padres de alumnos de religión cada trimestre a una comida o excursión que propicie el acercamiento, la unidad, la amistad.
Según el artículo parece ser que las escuelas también se han convertido en tierra de misión.
Por desgracia, había obispados que estaban enterados de todo esto por protestas de los padres, pero a los curas, incluidos algunos obispos, les daba igual.
Y estoy de acuerdo con lo que dice Mariner de los temarios y los libros. Aparte del chalaneo, era todo muy 'soft': ser cristiano es amar a los demás, ser solidario, cogerse de la mano, cantar y tocar la guitarra...
Padre Tomás, desde la transición la jerarquía ha pactado con el Poder (sobre todo con el PSOE y con PNV y CiU) a cambio de conciertos y subvencions, y eso lo sabemos los fieles. Ahora recogemos la siembra hecha por los Tarancón, Yanes, Buxarrais, Gabinos, Uriartes y compañía.
Por otro lado, hay que plantearse que no basta con la clase de religión en los colegios públicos, concertados y privados para catequizar a los niños y jóvenes. En EEUU no hay clases de religión en los colegios públicos y el cristianismo es mucho más vivo que en España. ¿Por qué?
Mucha gente me habla de tremendo, pero os propongo una idea, la Junta de Andalucía te ayuda a arreglar el patrimonio inmobiliario de la Iglesia, pero ¿qué pide a cambio?
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