Capillas universitarias, ¿para qué?
Con la historia en la mano, la Iglesia Católica fue la creadora de las Universidades en plena Edad Media. En España Salamanca y Alcalá de Henares brillaron con luz propia durante muchos siglos.
Cuando, reinaba Fernando VII, el rey felón, tuvo un ministro llamado Calomarde, quien anuló muchas Universidades repartidas por España, entre ellas cerraron Cervera o Baeza. La puntilla la pegó la desamortización de Mendizábal quien desposeyó las propiedades que sostenían las instituciones universitarias españolas.
En aquellos convulsos años, será el Estado quien se haga cargo de la enseñanza universitaria, echando fuera a la Sagrada Teología. Algo que no hicieron otras universidades europeas.
El plan de estudios del ministro Claudio Moyano, año 1854, y su ley educativa puso la cimentación de las universidades de estilo napoleónico copiadas del país vecino.
La Iglesia en España echada a patadas de las universidades civiles, no tiene más remedio que abrir sus propias facultades de Sagrada Teología, por ejemplo, en Comillas a finales del siglo XIX y la creación del Colegio Español en Roma, donde acudían los clérigos a las universidades romanas a sacar los grados académicos en las ciencias sagradas.
En el siglo XX la Iglesia en España toma conciencia de la necesidad de su presencia entre el mundo universitario civil, motivada por hombres como San Pedro Poveda y la Institución Teresiana al ver la inundación de la Institución Libre de Enseñanza y su daño entre los jóvenes españoles.
¿Cuándo nace la pastoral universitaria?
Durante los años duros de la II República surgen grupos de estudiantes católicos dentro de las aulas universitarias. Bastantes de ellos irían al martirio durante aquella dura persecución que llegó hasta el año 1939.
Entre los agentes de la pastoral universitaria estarán los jesuitas como el padre Ayala, Morales, José María de Llanos, antes de pegar el volantazo en su vida…La clerecía diocesana tardará años hasta meterse sin miedo en la universidad y la pastoral propia con el mundo estudiantil.
Tras el Concilio Vaticano II la vertiente de la pastoral universitaria se amplifica mucho. La creación de las universidades privadas solucionará mucho el sentido cristiano del mundo discente y docente.
En Madrid, por ejemplo, en los años noventa se firma un convenio entre el arzobispado y las autoridades académicas para la pastoral universitaria en los diversos campus existentes en la diócesis. Nacen las capillas universitarias.
Tras el vendaval zapaterino, las capillas se ponen en cuestión, se recogen firmas para evitar su cierre o el traslado a espacios más pequeños.
Hoy, presento, un artículo firmado por el actual delegado diocesano de pastoral universitaria en Madrid, don Feliciano Rodríguez, titulado Capillas universitarias, ¿para qué? El contenido del texto lo comparto de principio al fin. Invito a leerlo con paz y calma. Pulsen aquí amigos lectores.
Tomás de la Torre Lendínez
6 comentarios
Más claro,agua.
Un abrazo,don Tomás.
a) El derecho de la Iglesia a abrir sus propias Universidades, tanto para formar en ciencias sagradas (Universidades eclesiásticas) como para dar enseñanza de materias civiles (Universidades católicas). Todos los ciudadanos, personas jurídicas y físicas, tienen derecho a fundar Universidades, y no hay motivo para negárselo a la Iglesia.
b) El derecho de la Iglesia de atender a sus fieles en los espacios públicos, como las Universidades. La negación de este derecho es una consecuencia de los principos laicistas, que pretende recluir la fe a las sacristías.
No se entiende que UGT o Comisiones Obreras, o el Partido Político X, pueda hacer convocatorias en la Universidad, y a la Iglesia eso se le niegue. Atenta contra el derecho a la igualdad.
Para la difusión, gestión, formación y celebraciones religiosas la iglesia católica posee el mayor número de inmuebles de España.
Creo más que justo y razonable que la educación académica esté en los centros escolares pagados por tod@s ya que es de interés general; y la espiritual esté en los locales pertenecientes a la religión o creencia elegida por cada persona ya que la capilla, de la religión que sea, sólo sirve para sus fieles, que no son tod@s.
No tengo problema alguno en que las distintas confesiones atiendan a sus fieles donde sea, lugares públicos o privados, siempre que se lo paguen ell@s,el coste no salga de las arcas públicas y no insulten ni molesten a los demás. ¿Por qué tendría que pagar un católico una capilla o un docente para la adoración de la diosa Yemanyá en la universidad?.
En cuanto a la educación académica unida a la iglesia católica no creo que sea una buena idea dado el conflicto entre conocimiento y fe; especialmente siendo una religión proselitista. La educación académica ha de basarse en el conocimiento de hechos, y no de creencias.
Los comentarios están cerrados para esta publicación.