César y Federico: el pez grande se come al pequeño
El dicho popular es cierto: el pez grande se come al pequeño. Acabo de comprobarlo con la lectura de un libro, prestado por ese pesado amigo de siempre, que desea que haga penitencias como la que he realizado embaulándome las casi cuatrocientas páginas de este volumen, que anoche fue presentado en Madrid en esRadio.
El título del mismo es el siguiente:
La libertad tiene un precio, Conversaciones. Firmado por César Vidal y Federico Jiménez Losantos. Editado por Plaza y Janés, en Barcelona, noviembre de 2012.
A lo largo de mi vida he leído varias obras de memorias personales hechas por el protagonista, por algún “negro” a dictado, o por un familiar o allegado del personaje central de esas memorias, siempre recortadas.
Aquí, ahora, no es así. Son los dos personas quienes se han puesto a conversar y fruto de ese larguísimo coloquio ha nacido el libro con titulo de película del oeste americano, rodada en el desierto almeriense de Tabernas.
¿Qué he encontrado en esta obra?
Lo enumero para ir directo a los ojos del amable lector.
1.- Todo el libro es contar los dos contertulios desde su infancia hasta su futura muerte imaginada. Desfilan por la escena las familias propias, las educaciones recibidas, los estudios realizados, las alegrías y las penas, la salud y la enfermedad, los trabajos individuales y en común, sus opiniones sobre la Iglesia Católica (ellos la escriben con minúscula); sus pareceres sobre la política, la economía, la sociedad, la persona humana, la crisis económica y social, las nuevas tecnologías…..
2.- A lo largo de las páginas de este volumen se demuestra cómo Federico es más espontáneo, locuaz, pormenorizado, detalloso…en afirnaciones, negaciones, y preguntas. César es más taimado, cerrado, exclusivo, silencioso en determinados asuntos de su vida, por ejemplo, sobre las mujeres en su biografía.
3.- Federico expone los motivos de su apartamiento de la fe católica con fecha, número y circunstancias. César se explaya en su conversión del catolicismo al protestantismo, pero sin aportar nada concreto, pura palabrería hueca y cansina.
4.- Federico repite que él tiene una base católica, aunque no practique la fe en estos momentos. No cierra la puerta al futuro, algo que le demanda Luis Herrero.
César en este aspecto suelta sus demonios personales contra la Iglesia Católica contra la que ya sabemos lo que opina, porque lo ha publicado y lo conocemos de sobra. Su monomanía es tediosa y llena de una hojarasca que ya no se cree ni él. Son largas páginas de refritos de corta y pega, como hace con buena parte de sus libros personales.
5.- En el plano económico y político Federico se define un liberal llegado desde el católicismo ácrata de los tiempos de la mal llamada primavera eclesial del posconcilio, que le llevó al comunismo maoista, de donde volvió gracias, entre otros motivos, en su viaje durante un mes a la China de Mao.
César medio afirma que militó en una utópica socialdemocracia, que nunca ha habido en España, pero un viaje a la Nicaragua sandinista le hizo abominar del comunismo y optó por un liberalismo protestante al estilo de las democracias del Norte de Europa.
5.- Aquí vuelve César a remachar los clavos que ya sabemos: España si hubiera sido protestante estaría en el plano económico salvada de la crisis. Aquí discrepa su tertuliante aunque sin que llegue la sangre al río.
Conclusión
El libro no tiene nada que haga perder la cabeza a quien lee. En algunas páginas aburre al lector empedernido como es el que suscribe este post.
Lo que sí veo es que el pez grande, César, se come al pequeño, Federico.
César se explaya en sus ideas viejas, absurdas, que nadie se cree, ni él mismo. Sobre todo su monotema de odio declarado a la Iglesia Católica y a los católicos.
Federico, seguramente más sincero, es comido por César, lo mismo que la ballena se tragó al profeta Jonás en la Sagrada Escritura.
Mi valoración personal: Es un libro prescindible.
Tomás de la Torre Lendínez
17 comentarios
Federico,el turolense,es más corazón,buen cerebro,bastante bueno,peor lengua,pero por honradez.Me cae bien mi paisano aragonés.
Un abrazo,don Tomás. Está usted hoy de noticias estupendas subido a la primera plana,pater.
Federico es mucho más noble y dice siempre la verdad aunque duela.
Me parece mucho más grande FJL que Vidal. Es mi sincera opinión.
Saludos.
César se explaya en su conversión del catolicismo al protestantismo.
César no se convirtió del catolicismo al protestantismo. Se convirtió del catolicismo a los Testigos de Jehová. Y de los Testigos de Jehová al protestantismo.
De hecho, su primer libro, ya descatalogado, fue sobre dicha conversión.
¿Cuenta en el libro su paso por la secta?
-------------------------
No menciona nada.
Tomás de la Torre
Un buen artículo de D. Pío Moa sobre César Vidal y su afán protestante:
http://www.intereconomia.com/blog/presente-y-pasado/cesar-vidal-o-imposibilidad-protestantismo-ideas-lutero-20120119
Saludos
La verdad es que no se como interpretar eso del pez grande y el pez chico: para mi el auténtico grande es D. Federico. El otro va recogiendo las nueces que caen del árbol que mueve el turolense. Pues no lo compraré, porque si he dejado de escuchar al de la noche, no veo por qué tragar sus rollos sempiternos (¡ay si no existiera internet) que además se demuestra que en parte son mentira.
De todos modos, son dos personas muy distintas. Me da la sensación (me puedo equivocar, como en todos los pálpitos), que su corazón, en el fondo, sigue siendo socialdemócrata. Lo que sucede es que su paso al protestantismo le cambió su cosmovisión.
En su último artículo en LibertadDigital dice que los sacerdotes malos, por incultos, predican la Inmaculada amparándose en el texto bíblico de la Anunciación. Me pregunto cómo narices lo sabe. ¿Acude César Vidal habitualmente a misa para comprobarlo? No se me ocurre otra manera...
Cuando aprendió griego, pudo leer el Nuevo Testamento en el idioma en que fue escrito. Fue entonces cuando se dio cuenta que esa secta manipulaba la Biblia en los versículos que sirven para demostrar la divinidad de Cristo. Fue entonces cuando dejó a los TJ y empezó el camino del libre examen de las Escrituras, que le llevó irremediablemente al protestantismo.
No sé la razón de ocultar ese dato de su pertenencia a los TJ, porque no tiene nada de vergonzoso. Uno no es lo que fue de adolescente o de joven, sino lo que es ahora.
Daniel ¿de verdad eres sacerdote?
Ni tanto, ni tan calvo. Te pasas un poquito. Yo también soy católico y liberal neocon. Nunca en la Iglesia (yo la escribo con mayúscula) me dijeron lo que tenía que pensar en el orden político. Te diré además que soy supernumerario del Opus Dei y voy a círculos (otro día te digo lo que es) con otros miembros que son del PP, del PSOE y que no son de nada. He estado en convivencias con gente independentista y con ministros de Franco, con administradores de empresas multinacionales y con jefes de sindicatos (no de CCOO). Siempre coincidimos y siempre nos reímos juntos, pues a lo que vamos no tiene que ver con la política sino con la Iglesia Católica. Lo que dices de FJL y CV no es justo y ofende, ¿que pasa porque sea liberal neocon? ¿lo hace peor persona? Lo de enano deforme de rostro cetrino, ¿es culpa de él? ¿Tu crees que Dios le va a obligar a ir a quirófano a arreglarse antes del juicio? ¿radicales y fanaticas las arengas de FJL? ¿Has leido las tuyas?
NO me parece justo que censures personalmente como lo haces a alguien por tener unas ideas distintas a las tuyas.
Nada que decir, por otro lado, a tus críticas cuando mencionas sus ataques a la Iglesia, mas por parte de CV que de FJL. Si bien los dos critican, FJL lo hace de forma sincera, pues es lo que piensa, mientras que CV no es sincero, miente abundantemente y oculta datos que otros conocemos y que él calla, incluso cuando se le mencionan. NO es trigo limpio, pero no por lo que piensa sino por lo que hace, por lo que yo puedo probar, no por lo que yo "imagino" o "creo", "me parece", "pienso", sino por lo que puedo probar, ver, comprobar.
Un saludo.
Los comentarios están cerrados para esta publicación.