Jóvenes en tromba en Madrid, jóvenes en comunidad en Valencia
Han pasado horas de la tragedia del suceso de Madrid Arena. Las jóvenes muertas están descansando en la paz del Señor. Fueron a una macrofiesta en torno a una mala imitación de costumbres anglosajonas. Una avalancha humana, asustada por una bengala, produjo la salida en bloque por un pasillo estrecho. La justicia tiene todo entre sus manos. Ya veremos lo que ocurre.
Otros jóvenes, más de dos mil, llegaron ayer a Valencia a participar en el Congreso de Pastoral Juvenil, organizado por la Conferencia Episcopal Española. El lema del encuentro es: También vosotros daréis testimonio.
Unos jóvenes mueren en una estampida humana. Otros viven y buscan vida junto al Señor Jesús, Camino, Verdad y Vida.
Estamos en una sociedad donde los jóvenes viven al día, en lo cotidiano, en lo instantáneo, porque el futuro que la sociedad en crisis de valores morales y monetarios les presenta es negrísimo. Muchos de ellos saben que su futuro laboral solamente está fuera de España. Otros no tienen más remedio que para medio existir quedarse dentro de la casa paterna donde, al menos, tienen plato, cama y techo.
Estamos en una sociedad donde los jóvenes carecen de referentes atractivos y moralmente exigentes. Solamente está de moda la ley del mínimo esfuerzo. Los mediocres intelectuales y morales son los que triunfan en concursos televisivos. Quien lucha con esfuerzo por abrirse un hueco honrado en la sociedad es tildado de todo menos de persona.
Estamos en una sociedad donde los jóvenes están hastiados de unos políticos sindicalistas corruptos, subvencionados hasta la cejas, inmovilizados hasta la hartura, motivados solamente para la gresca social y sindicalera como la huelga anunciada para los próximos días. La abstención electoral es una sombra que está entrando en la cabeza y en la voluntad de un grandísimo sector juvenil.
Estamos en una sociedad donde los jóvenes buscan pero no encuentran, llaman pero no se les abre, se cansan hasta el hastío, se aíslan hasta la propia depresión, deseando ver signos de esperanza en una larga noche que no tiene amanecida con la rapidez que el joven desearía. La fragmentación y la separación entre juventud y el resto de la sociedad demuestran con cifras y nombres aunque no salgan en las letras de molde de los medios de comunicación social.
Estamos en una sociedad donde los jóvenes tuvieron un reciente protagonismo en Madrid, con motivo de la JMJ cuando Benedicto XVI les orientó hacia la esperanza; les animó a la aventura de la propia santidad a la que estamos llamados desde nuestro Bautismo; les inyectó motivos para ser sal y luz en medio de una sociedad buscadora de las tinieblas antes que la luz, hacedora de la maldad más que la bondad; les presentó ante la cultura de la muerte desde el seno materno a Cristo, Camino, Verdad y Vida; les abrió las puertas de una Iglesia que peregrina en España deseosa de dar con la solución al abismo de separación entre Cristo y la Iglesia que suelen hacer los jóvenes españoles cuando se programa su “religión a la carta” y afirman taxativos que siguen a Jesús, pero pasan de la Iglesia y sus ministros.
Esta misma Iglesia Madre sufre ante la sangría de jóvenes que abandonan la práctica de la vida cristiana en cuanto reciben el sacramento de la Confirmación. Por esto nació la idea de la reunión de Valencia para formar a los jóvenes que desean y deben ser los primeros agentes de la pastoral con otros jóvenes.
El Congreso valenciano tendrá sus frutos para el futuro de los jóvenes dentro de la Iglesia Católica siguiendo a Jesús fundador de la institución sobre la roca de Pedro y sus sucesores. De esto estoy absolutamente seguro.
Lo que ya no tiene remedio es la tragedia de Madrid. Invito a los lectores a levantar una ferviente plegaria al Señor por el eterno descanso del alma de las jóvenes victima y por la recuperación de los heridos.
Para saber más hagan clic aquí.
Tomás de la Torre Lendínez
17 comentarios
Los jóvenes son un hermoso tesoro que debemos salvaguardar entre todos, pero son los jóvenes comprometidos los que deben dar testimonio a los demás jóvenes para hacer creible que Cristo es el amigo que no defrauda.
Recemos por esas jóvenes que en los albores de la vida han sido victimas de intereses ocultos, de la manipulación y el engaño, con promesas de felicidad terrena, perdiendo la vida. Su sacrificio ayude a los jóvenes a discernir que es lo que merece la pena de verdad.
Buen tema Dº tomás, un saludo.
¿Qué les ofrecemos como sociedad?. Pienso en mis hijos.Son mayores,29 y 24 años.Han recibido unos valores que hemos intentado transmitir viviéndolos con ellos,por ellos y también para ellos.
Es preciso regenerar a esta sociedad,quitarle el humo y que sienta el suelo bajo sus pies. Y en eso,el Evangelio tiene todo por decir.
Descansen en paz. Un abrazo,pater.
Me produce HARTAZGO cuando se empieza a hablar de que los jóvenes no están en la Iglesia, de que han perdido el sentido de esto o lo otro... HARTAZGO !
Vamos a ver, ESTA SOCIEDAD TIENE LOS NIÑOS, JOVENES, ADULTOS, MADUROS Y ANCIANOS que le es propia según su materialista entender de la vida. Los jóvenes son el fruto de los estilos que se destilan: el estilo de educar, el estilo de entendimiento de lo trascendente, el estilo de vida consumista: ELLOS SOLO SON EL FRUTO. No podemos querer tener una sociedad enferma y unos jovenes fantásticos, como parece que se pretende.
Ale !
"Él ha puesto ante tí el fuego y el agua,
extiende tu mano a lo que quieras.
Ante el hombre está la vida y la muerte
Y lo que quisiere le será dado" (Ecl. 15, 15-16)
Y sí, debemos rezar por ellos, y pedir que la misericordia de Dios se apiade de ellos.
Sinceramente, soy de los que dudo de los frutos de la JMJ. No sé muy bien como se miden los resultados a nivel de las diócesis, ¿acaso por ir a misa? Si es por esa vara de medir, tengo que decir que los frutos de la JMJ están siendo un estrepitoso fracaso (al menos en mi parroquia). Sin embargo, esos mismos jóvenes, que aunque vayan poco a misa, se plantean hacer experiencias de misión y trabajar seriamente en voluntariados. Yo ante esto, me siento descolocado e intuyo una falta de acompañamiento espiritual serio, e incluso otra intuición es que los jóvenes no encuentran espacios de silencio para encontrarse con el Resucitado.
Hace unas semanas, hablaba con un muchacho del que fui catequista no hace muchos años, él está inmerso en un grupo de estos del Youcat; me contaba que no se profundiza en la fe mientras la conversación acaba derivando en "la necesidad" del año de la fe. Se refería al citado catecismo, diciendo que no daba respuestas a las inquietudes de los jóvenes, y que ese grupo estaba perdiendo fuerza con el tiempo. Luego le preguntaba si iba a ir a lo de Valencia, y me dijo que económicamente no estaba la situación para gastarse el viaje y la estancia.
Me parece que las iniciativas son geniales, tanto la de los grupos de Youcat, como del Congreso de Valencia, y espero resultados, análisis serios de la situación y que se anime a los jóvenes en esta situación que les está tocando vivir, tarea, estoy seguro de todos.
En la Diócesis donde usted reside (D.Tomás) tengo entendido que se decidió hace un par de años rebajar la edad de confirmación. Sinceramente, ayuda poco o nada a los jóvenes. No sé que se pretende con la medida. ¿Se le está dando importancia a este sacramento cuando se ofrece a menores con una inmadurez manifiesta (por edad me refiero)? ¿Estamos sacrificando el auténtico sentido de la confirmación para que aumente el número de los que los reciben?
Hace algún tiempo, un amigo íntimo, miembro de la Obra, me decía que le hubiera gustado confirmarse con 20 años, porque su edad de maduración en la fe, fue mucho posterior a la edad en la que hizo la confirmación. Mi opinión es contraria a administrar este sacramento a muchachos que no tienen una madurez suficiente para el compromiso que supone.
Menos mal que existe otro tipo de juventud bastante menos descarriada que busca a Cristo y a la verdad cristiana de la vida. Esa es nuestra esperanza para salvar a España y al mundo.
Elevo una plegaria al Señor misericordioso, por el eterno descanso del alma de las jóvenes victimas y por la pronta recuperación de los heridos.
http://www.publico.es/internacional/426365/tres-muertos-en-avalanchas-en-la-despedida-del-papa-copto
Dios quiera que no pase nada en Valencia
Creo que es un gravísimo error, y además muy extendido, el no hablar de Cielo, Infierno y Purgatorio, dando por supuesto que todos van al Cielo. Esa no es la predicación de Jesús, que nos habló de los novísimos de forma mucho más clara. Incluso el Papa ha tenido que corregir la traducción errónea de la Consagración (pro multis en vez de pro omnibus) para evitar este error tan extendido de la "Salvación Universal".
Haré caso de su última invitación, que es lo más productivo, y rezaré por la salvación de estas niñas y su eterno descanso.
Y con la que está cayendo en la Iglesia católica: los obispos por lo general, salvo honrosas excepciones, lo que parecen manifestar -digo "parecen", no quisiera entrar a juzgar sus conciencias- no es tanto celo pastoral, fidelidad al Evangelio, al Magisterio, y sí más bien apego al cargo, al poder, al carrerismo eclesiástico, cuando no a los intereses -no siempre evangélicos- de la propia Iglesia como institución. Además, suelen ser paternalistas, y los más siguen practicando, acaso como forma de "combatir" la crisis, el nepotismo: por ejemplo, a la hora de de poner y quitar docentes de la asignatura de Religión católica para la escuela pública, o de fomentar los educadores de la escuela católica, desde luego, salvo honrosas excepciones, a quienes colocan son a los de mentalidad más antimilitante, burocrática, y menos testimonial de la fe. Basta con echar un vistazo a lo que hay: ¿Cuántos de todos esos "colocados a dedo a menudo por los obispos" son realmente militantes? ¿Cuántos de entre esos, de estar casados, manifiestan con hechos que están decididos a construir familias cristianas militantes, o sea, de talante misionero, evangelizador, abiertas generosamente a la vida (tener hijos)? ¡Pero si es que hoy día se sabe que hasta la inmensa mayoría de los seglares que dan clases en facultades teológicas pasan de la doctrina del Magisterio sobre sexualidad y control de la natalidad! No hay más que ver sus familias: casi nadie pasa de la parejita; por lo tanto, lo más probable es que usen de métodos anticonceptivos, pues lo normal, de no usarlos, es que una mujer se quede en estado más de dos veces.
Y todo esto los obispos lo saben. Y al menos yo no soy consciente de que hagan algo realmente para remediar la situación; miran para otro lado, hacen la vista gorda, lo tratan de justificar todo, acaso en nombre del diálogo con la cultura, la modernidad, o tal vez en nombre de garantizar la economía de la salvación... o venga usted a saber en nombre de qué.
De manera que a mí mismo me extrañaría encontrar entre los jóvenes católicos que se han apuntado a ese congreso de pastoral juvenil en Valencia, en abundancia a jóvenes realmente militantes, creyentes entusiasmados, fieles al Magisterio. Me extrañaría, pero ojalá los haya.
Habla vd. de frutos, que no los ve. ¿ No le parece a vd. pocos frutos que los jóvenes que están en la Iglesia continuen en ella y además nos animen a los poco menos jóvenes ?
Habla vd. de la edad temprana de administración del sacramento de la confirmación. ¿ Ha pensado vd. que es un gran paso, adelantando el sacramento de la Confirmación, que hasta la edad de 12 años, la edad de formación del caracter, haya puesto su impronta la Iglesia en los chavales ? ¿ Sabe vd. que en Oriente el sacramento se administra junto con el Bautismo ? Lo que no es tolerable, a mi modo de ver, es coger 'zagalones' con 14 años, que desde la comunión NO han oído hablar de Jesús, y que están totalmente maleados por el mundo y no tienen ni pizca de interés en las sesiones de catequesis. Además, los que van son los 'mejores' porque miríadas y miríadas de chavales se quedan sin confirmar porque no se les da la Confirmación como una 'continuación' del sacramento de la Comunión, es decir: hay que cogerlos a tiempo.
Saludos
Primero: valoro su reflexión, incluso está plenamente en la línea que marca el Catecismo, el cual dice que aunque sea conocido como "sacramento de la madurez cristiana", la edad adulta no debe ser confundida con el crecimiento natural.
Segundo: es en el mismo texto donde nos encontramos esto: "El candidato a la Confirmación que ya ha alcanzado el uso de razón debe profesar la fe, estar en estado de gracia, tener la intención de recibir el sacramento y estar preparado para asumir su papel de discípulo y testigo de Cristo, en la comunidad eclesial y en los asuntos temporales.
Ahora viene lo que yo pienso: "ha alcanzado el uso de razón", en mi opinión, (un poco jurídica si acaso), debe tener conciencia y voluntad. Dudo mucho que un "zagal" de 14 años como los que usted expone (de los cuales discrepo ampliamente, porque mi experiencia con jóvenes no es exactamente muchachos que no quieran estar en catequesis) tenga esa conciencia y voluntad; dudo mucho más si el muchacho/a de 12 años ha alcanzado el uso de razón.
Tercero: Dice usted: "Lo que no es tolerable, a mi modo de ver, es coger 'zagalones' con 14 años, que desde la comunión NO han oído hablar de Jesús, y que están totalmente maleados por el mundo y no tienen ni pizca de interés en las sesiones de catequesis". El problema es posible que esté en que no se está ofreciendo una catequesis que ayude a madurar en la fe desde la edad de la comunión hasta la edad adulta (en mi opinión 18 años al menos y todavía soy muy permisivo).
Lo que no creo que sea una solución es reducir la edad. Hay otras soluciones.
Le lanzo unas cuestiones:
¿entonces, la catequesis tal y como está fundamentada no llega al adolescente "maleado por el mundo"? (En caso de que la respuesta anterior sea afirmativa: ¿no habría que intervenir de alguna forma?)
¿qué planteamiento hay con el muchacho con doce años después de hacer la Confirmación que se va a "malear por el mundo"?
¿como muchos jóvenes se quedan sin confirmar, rebajamos la edad de confirmación?
¿se desentienden las parroquias de los jóvenes después de la confirmación? (espero que la respuesta sea no)
¿se desentienden los jóvenes de las parroquias después de la confirmación? (me gustaría que la respuesta fuera: NO)
¿está un muchacho de doce años "preparado para asumir su papel de testigo..."? (habrá algunos que sí, espero)
Por último, le invito a trasladar el fondo de su planteamiento al Matrimonio o al Orden, salvado las distancias enormes entre ambos. ¿Menuda barbaridad, no le parece?
Tercero. bis: ¿hay que cogerlos a tiempo? Suena fatal, pero entiendo el sentido. Después de la Comunión, lo que hay que ofrecer es una catequesis seria, con catequistas bien formados, que ayude al adolescente, que desembocará en lo que tiene que desembocar.
Cuarto: creo que es responsabilidad de todos cuidar el Sacramento de la Confirmación. Y en general, no solo el de la confirmación. Los que tienen relación con los jóvenes tienen una responsabilidad enorme, que no es justo que caiga exclusivamente sobre ellos.
(siento la pesadez del mensaje, estoy de puente y tengo algo de tiempo)
No nos podemos olvidar del efecto de la Gracia en el alma del niño: y que las virtudes sobrenaturales se APOYAN en las naturales. Por ello, la Gracia será más efectiva en el alma, en la medida que esta alma sea más inocente. Y no lo digo yo, lo dice la "Quam Singulari".
Lo del pasado miércoles fue una desgracia en una reunión de personas multitudinaria (amparada, por cierto, por el Ayuntamiento de Madrid, cuya cabeza es una señora que si no milita en los Legionarios de Cristo está muy próxima a ellos). Podría haber sucedido en un partido de fútbol, una manifestación o incluso en la JMJ.
No seré yo quien defienda las fiestas de Halloween, que me parecen una horterada comercial que justifica el deseo de la gente de disfrazarse de algo, y que no tienen nada que ver con la tradición celta. Pero de ahí a lo de "Satanás" y demás absurdeces va un abismo.
Una desgracia. NO es tema para un artículo de religión.
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