La soberbia de los herejes: Pagola y Tamayo
A lo largo de la historia de la Iglesia los diversos herejes que han sido, siempre mostraron un grado de soberbia excesivo. Este orgullo les llevó hasta la tumba.
Los personajes actuales enlatados en el archivo de herejes les ocurre lo mismo: se consideran tan prepotentes, tan altaneros, que el desprecio a la jerarquía de la Iglesia Católica lo hacen patente en público, de forma especial en los medios de comunicación, que les bailan el agua.
Durante estos días hemos tenido dos ejemplos palpables: Pagola y Tamayo, que son tal para cual, dos iguales para hoy.
Pagola se ha confesado con Bedoya, experto en lanzar infundíos en el diario de Prisa, el más laicista de toda la prensa española.
La frase lapidaria salida de la boca de Pagola es:
«El peligro no soy yo, sino Jesús. A quien tienen miedo es a Jesús, no a Pagola».
La soberbia del hereje le lleva a despreciar de este modo al Magisterio de la Iglesia, que le sacó tarjeta roja al jugar con fuego y juego peligroso. El amonestado responde de esa guisa.
Tamayo, ha pasado por Burgos, donde ha hablado en el Caja Círculo. Se ha expresado y despachado a su gusto, con la soberbia del hereje que “asusta” al plumilla que firma la entrevista, quien de camino le coloca en un altar laicista. El periodista se llama Rodrigo Pérez Barredo, en el Diario de Burgos.
Desde su tribuna herética Tamayo escupe bilis contra la Iglesia Católica, y sigue con la venta de su libro donde no deja títere con cabeza. Contesta a las siguientes preguntas:
¿Tanto miedo tiene la jerarquía a quienes se salen del guión oficial?
Ese empecinamiento, ese anclamiento en el pasado, ese pensamiento único ¿no hace daño a la Iglesia?
¿Sería más necesario hoy que nunca un nuevo Vaticano II?
¿Qué podría plantearse?
¿Cómo es posible que se haya vivido una involución; que, lejos de avanzar con los tiempos, la Iglesia haya retrocedido y se haya hecho más conservadora? ¿O habría que decir neoconservadora?
Usted ha denunciado el papel humillante de la mujer en el seno de la Iglesia. ¿Cómo podría invertirse esa situación?
¿Pasa el futuro del Cristianismo por frenar ese éxodo y recuperar a la gente, por una Iglesia laical, que es la utopía que usted propugna?
El hereje contesta a esta última pregunta con la siguiente revolera:
“Claro. Sin laicos no hay Iglesia. La Iglesia clerical es una de las grandes traiciones contra el Evangelio de Jesús. El principio no fue la Iglesia, sino el movimiento igualitario de Jesús, movimiento de hombres y mujeres. La regeneración de la Iglesia debe hacerse a través de esa utopía de Iglesia laical, porque su base es el pueblo.”
Estos herejes son el centro de su iglesia con minúscula. Desprecian a toda la Iglesia Católica ciegos de soberbia, altanería y orgullo. Sus palmeros les mantienen en el candelabro de la actualidad.
Y los medios de comunicación social les dan cancha informativa. Y así ¿hasta cuando?.
Fuentes.
El asunto de Pagola está aquí.
http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=13004
Tamayo entrevistado en el Diario de Burgos
Tomás de la Torre Lendínez
24 comentarios
Un abrazo,don Tomás.
Coincido con Pagola, el peligro no es él; el peligro es no vivir como vivía Jesús; y ese peligro es común a todos, a los que se dicen conservadores y a los que progres.
Vicente: Si un sacerdote de la Iglesia escribe un libro y éste es criticado por la Iglesia, el sacerdote debe de aceptar la crítica y obedecer. Que no admita que él está equivocado y que él es portavoz de Jesús muestran su rebelión y sus errores doctrinales.
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Amigo Pedro:
Conozco esa ocultación a caso hecho del término Católico en los lugares que tú citas y muchos más que se podrían sacar aquí. Es una prueba más de la cobardía del católico de estos tiempos de desgracia y ausencia de compromiso cristiano.
Agradezco, también, la aclaración que le has hecho al comentarista Vicente.
Un saludo
Tomás de la Torre
Ya avisó el Cristo: " Mirad que os mando como corderos en medio de lobos ". Lo mejor es despreciarlos olímpicamente, ya que han sido suficientemente reconvenidos por la Santa Iglesia Católica.
Un hereje es el que difunde ideas que contradice el Magisterio de la Iglesia en contra de los Evangelios,textos sagrados,doctores de la Iglesia,Papas etc. Tiene que ser creyente para ser hereje.Y no aceptar la vuelta al seno de la Iglesia y su doctrina sino que se empecina en la propagación del error.
Generalmente es no aceptar las verdades del Credo.
Bueno; ahora en serio. Hay cosas que solamente se arreglan delante del Sagrario.
Instaurar la conciencia como guía absoluta del comportamiento individual no es católico. ¿Hicieron los discípulos lo que sus conciencias les dictaban o lo que les mandaba Jesús? San Pablo escribió que él predicaba porque se lo mandaba Dios, que si por él fuese no habría hecho todos esos viajes.
Me parece bien que alguien crea que él sabe más que la Iglesia (a la que Cristo entregó su carisma), como lo creyeron Arrio, Orígenes, Lutero, Calvino, Boff y tantos otros, pero entonces no es ni católico ni cristiano.
La definición de herejía está en el canon 751 del vigente Código de Derecho Canónico:
«Canon 751. Se llama herejía la negación pertinaz, después de recibido el bautismo, de una verdad que ha de creerse con fe divina y católica, o la duda pertinaz sobre la misma; apostasía es el rechazo total de la fe cristiana; cisma, el rechazo de la sujeción al Sumo Pontífice o de la comunión con los miembros de la Iglesia a él sometidos.»
¿Y cuáles son las verdades que se han de creer con fe divina y católica?
«Canon 750. § 1. Se ha de creer con fe divina y católica todo aquello que se contiene en la palabra de Dios escrita o transmitida por tradición, es decir, en el único depósito de la fe encomendado a la Iglesia, y que además es propuesto como revelado por Dios, ya sea por el magisterio solemne de la Iglesia, ya por su magisterio ordinario y universal, que se manifiesta en la común adhesión de los fieles bajo la guía del sagrado magisterio; por tanto, todos están obligados a evitar cualquier doctrina contraria.»
¿Qué consecuencias conlleva la herejía?
«Canon 1364 § 1. El apóstata de la fe, el hereje o el cismático incurren en excomunión latae sententiae, quedando firme lo prescrito en el c. 194 § 1, 2; el clérigo puede ser castigado además con las penas enumeradas en el c. 1336 § 1, 1 , 2 y 3.
§ 2. Si lo requiere la contumacia prolongada o la gravedad del escándalo, se pueden añadir otras penas, sin exceptuar la expulsión del estado clerical.»
Además, las Modificaciones a las Normas de los delitos más graves de 21 de mayo de 2010 en su art. 2º, establece que estos son los delitos más graves y están reservados a la Congregación para la Doctrina de la Fe.
La herejía, el cisma y la apostasía tienen otras consecuencias:
a) El can. 1184 § 1, 1 indica que se deben negar las exequias eclesiásticas “a los notoriamente apóstatas, herejes o cismáticos”, salvo que haya manifestado algún signo de arrepentimiento antes de morir.
b) Según el can. 1041, 2, son irregulares para recibir las órdenes sagradas “quien haya cometido el delito de apostasía, herejía o cisma”.
c) El can. 194 § 1, 2, establece que queda removido del oficio eclesiástico ipso iure “quien se ha apartado públicamente de la fe católica o de la comunión de la Iglesia”.
Vaya despropósito. Sólo lo puede formular uno que ya es hereje, al menos, en sus ideas, al separar a la Iglesia de Cristo.
Lea mejor la Biblia. Y léase un poco más el Catecismo.
Por su bien.
La primera (Cap. 3, pags. 63 y ss.) califica a Jesús como "buscador de Dios". Eso es una barbaridad, una herejía. Jesús no busca a Dios, porque Jesús -el verdadero Jesús, el Verbo de Dios, que nació, pasó haciendo el bien, murió y resucitó (de verdad y no de mentirijillas)- es Dios.
Segunda. Pag. 350. Textualmente: "Jesús no interpretó su muerte desde una perspectiva sacrificial". Eso es otra herejía mayúscula, que pretende destruir de raíz la misión de Cristo que vino "a servir y dar su vida en rescate por muchos" (Mc. 10,45)
¿Cómo este hombre, que es sacerdote, -y por lo tanto "presta" su cuerpo a Cristo durante el Sacrificio del Altar- puede decir tamaña falsedad?¿Qué hace, qué piensa este hombre -que es sacerdote, repito- mientras eleva el cáliz y dice que la Sangre de Jesús se derrama para el perdón de los pecados?
Es sencillamente increíble lo de este sacerdote.
Además hay una forma indirecta de concluir que la obra de un autor hay "gato encerrado", y es ver qué medios de comunicación, periodistas y personas conocidas la defienden...
Por cierto, sí he leído el libro, y descubro en él los errores que los expertos de sana doctrina le imputan.
Con todo, desde mi propia experiencia diré que los progreeclesiales son infatigables en sus críticas, en su labor de oposición sistemática al Magisterio. es como si en ello les fuera la vida, es decir, su razón de ser. No cejan, no cesan, no aflojan un punto.
La Iglesia es pecadora, obvio, la Iglesia universal: siempre necesitada de reforma. Pero ellos -muchos de ellos, la mayoría de ellos- quieren siempre ir más allá. Por ello, aunque el Magisterio de la Iglesia católica rechaza el aborto, la anticoncepción, la práctica de la homosexualidad y el acceso de la mujer al ministerio ordenado, si hay que dar espacio incluso a personajes como el muy liberal obispo episcopaliano John Shelby Spong, pues se le da.
No creo que yo mismo quiera aquí y ahora juzgar a los cristianos progresistas; más bien quiero expresar que no deja de sorprenderme esa pertinaz decisión de oponerse al Magisterio. Es lo que los define.
Y esto es triste, porque si te manifiestas ante ellos como que deseas, pese a todos los males, defectos y pecados de la Iglesia católica -que en definitiva son los de sus hijos e hijas-, ser dócil al Magisterio, lo que suele ocurrir es que acaban arremetiendo contra ti. A menudo con muy malos modos, la verdad.
Sin embargo, una crítica sí que me gustaría formular a la Iglesia como institución. No sé si dirigida a sus jerarcas, a sus sacerdotes, a todo el Pueblo de Dios... Y ella no es otra que la de poner el dedo en la llaga sobre la tremenda mediocridad que domina la vida de fe de la Iglesia católica en España. Es algo realmente patético. Y empero no se notan iniciativas conducentes a tratar de corregir esa apatía, ese burocratismo antimilitante, esa sosería de las masas.
«La aportación del autor no es sino una versión renovada del antiguo error arriano: negación de la divinidad de Jesucristo, presentación de Jesús como un mero hombre, negación del carácter histórico y real de la resurrección, y de ésta como dato fundamental de la fe cristiana. Las conclusiones a las que llega Don Juan José Tamayo Acosta son incompatibles con la fe católica.» (Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe, Nota a propósito del libro de Juan José Tamayo Acosta, Dios y Jesús.)
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