Dos mujeres: Carla en Cope, y Ana en…la calle
Estos días agosteños se cumplen ochenta años del nacimiento de Radio Moscú, aquella emisora que sus emisiones en español saludaba así: ‘Aquí Radio Moscú’.
La influencia de este medio de comunicación social ha sido impresionante: II Republica, Guerra Civil, II Guerra Mundial, Guerra Fría, Cuba, Chile…Sus métodos de trabajo han llegado hasta hoy. Las facultades de periodismo rezuman la ideología de aquella izquierda dictatorial, manipuladora, sectaria, dogmática, exclusivista y perdona vidas a los cuatro puntos cardinales.
Así, hoy, conocemos a grupos de comunicación cuya ideología izquierdista es aplastante hasta el hartazgo, y a profesionales que reparten cédulas de acreditación donde se lee: Quien no se pliegue a mis ideas, es mi enemigo hasta la muerte. Hasta la muerte civil, porque es a lo más que se atreven, para no verse entre rejas.
En el campo católico tenemos la cadena Cope, cuyo Ideario es tan vacuo, anticuado, caduco, pisado, que da igual ocho que ochenta, necesitando una puesta al día cuanto antes. Han comenzado a dar pasos.
En este campo de renovación y búsqueda de una “identidad diferenciada” dentro de Cope, los directivos de la empresa han colocado a una mujer, llamada Carla Díez de Rivera, quien tiene por delante un gran trabajo para largo tiempo, tras disponer de una amplia experiencia organizativa en la misma casa y en la nómina de gente que llevó el peso cultural de la JMJ.
Otra mujer, Ana Pastor ha sido descabalgada del tronío y empaque de la dirección de Los Desayunos de TVE, los cuales existían antes de su llegada a ellos, y seguirán existiendo sin ella en ellos.
El prototipo de una periodista de izquierdas a la que le cuadran todos los adjetivos calificativos, citados más arriba, ha sido esta señora que ahora está en la calle afirmando que la echan por hacer “periodismo”. Su “periodismo” querrá decir.
Cuando quien entrevista mirando al entrevistado por encima del hombro, creyéndose saber más que el entrevistado, buscándole los pies para zancadillearlo dialécticamente, instándole a que diga lo que no quiere decir, sonriéndole con sorna indicativa de que tú eres inferior a mí porque lo digo yo, si eso es periodismo profesional, es para salir con ganas de no volver más a ese interrogatorio propio del periodismo soviético de la emisora que ahora cumple ochenta años, aunque ya no funciona como lo ha hecho mientras existía el imperio marxista.
El trabajo de Carla en Cope es difícil, pero no imposible. Es necesario para actualizar un Ideario que ha de llegar a manos de la Conferencia Episcopal Española, para que lo ponga al día y le haga una nueva corrección, donde no se escapen los grandes valores de la comunicación social católica, a la luz del Magisterio de la Iglesia.
El no trabajo de Ana, se cambiará rápido, porque tiene dotes para encajar en cualquiera de los muchos canales que adoran la metodología de la comunicación de la izquierda de toda la vida. Seguro que sí se coloca pronto.
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Tomás de la Torre Lendínez
6 comentarios
Dicho lo cual, no comparto algunas de las afirmaciones del blogger. Ana Pastor ha dado sobradas muestras de trapío, de no achantarse ante ningún político, independientemente del partido que fuese. Estoy recordando ahora una entrevista que le hizo a Alfonso Guerra, que tuvo momentos muy tensos. Puede que le falte contención y en algunos momentos se sobrepase, pero no creo que lo haga por creerse más que el invitado, sino que es su manera incisiva de preguntar. Y en el caso de los políticos, está más que justificado que los periodistas, sólo por prurito profesional, se muestren incisivos. Luego Ana Pastor tiene sus ideas, y enfoca los temas de acuerdo a ellas, pero eso ya es harina de otro costal, y no por ello se ve mermada su profesionalidad.
Hablar de su "no trabajo" es criticarla sin fundamento, puesto que ha trabajado duramente y ha conseguido entrevistas incluso con el presidente de Irán, ante el que no se achantó.
Los desayunos existían antes que ella y quizás seguirán existiendo después de ella, pero este argumento, que D. Tomás ha copiado literalmente del PP, no quiere decir en realidad nada, pues a ver qué clase de desayunos seguirán ofreciendo. Lo que está claro es que es una mujer que ha dejado impronta y que, aunque usted lo ignore, es una mujer que callada y humildemente está ayudando a la Iglesia. Por discreción, no diré cómo.
Echar a Ana Pastor ha sido desperdiciar mucho talento.
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