Sobre la última novela de Jesús Bastante
Tengo un amigo que me hace pasar por unas penitencias deliciosas. Me presta el último libro publicado y firmado por Jesús Bastante. El título es: Y resucité de entre los muertos.
En la tarde de ayer lo acabé de leer. El esfuerzo literario del autor es para agradecérselo, y dedicarle este post.
Todo el libro es una novela de los días posteriores a la resurrección de Jesús de Nazaret. Noten, los amigos lectores, que he escrito resurrección con minúscula, porque nunca trata el autor de hacer teología sobre el Misterio Pascual de Cristo.
La novela es una reflexión en voz alta de cómo le gustaría a Jesús Bastante que se debería haber desarrollado la vida de Jesús tras su resurrección.
Lo que hace es proyectar sus maneras de pensar sobre Jesús en la actualidad realizando una relectura tan simplista que en bastantes momentos de la novela he reído a mandíbula batiente sin animo de ofender a su autor.
Existe un capitulo esencial cuando el escritor desea explicarse cómo las mujeres que rodearon a Jesús, tuvieron que quedarse sin ser elegidas “discípulas o apóstalas”. La razón que aduce es poner en la boca de Jesús: Perdonadme que lo haga así, pero es que tengo que asumir la rudeza de los apóstoles, quienes no verían con buenos ojos mi decisión. Así que llegarán tiempos mejores donde el hombre y la mujer series iguales en todo, y, entonces, los sucesores de los apóstoles os darán entrada en la iglesia por la puerta grande, donde series recibidas con todos los honores.
Este razonamiento, aunque sea dentro de una novela, no se lo cree absolutamente nadie, pues es pueril, infantil y me ha levantado la risa fuertemente.
Seguramente, el autor habrá leído otras historietas sobre Jesús, algunas de las que han sido malos guiones de películas sobre Jesús. Deja en el aire a un Jesús que no desea irse a los cielos, porque está muy a gusto con sus amistades, de manera singular con María Magdalena…..
He pasado un buen rato leyendo esta novela, que adolece de documentación rigurosa y geográfica, y sirve a su autor para poner por escrito la imagen de un Jesús tan excesivamente humano que se difumina mucho su naturaleza divina.
Si alguien se pierde esta lectura no se le va de las manos nada importante. Es una novela prescindible. Quien desee pasar un rato de sonrisa, y, en algún momento llegar a la risa o risotada la tiene asegurada.
A quien no recomiendo esta lectura es a las personas con mente inquisitorial, porque lo pasarían mal, y además no llegarían hasta el final.
He terminado la lectura de esta novela para escribir sobre ella, que es lo acabo de hacer firmando aquí debajo.
Tomás de la Torre Lendínez
14 comentarios
Yo espero no tener mente inquisitorial, pues no llego hasta el final de la lectura, y como he dicho, no lo compro.
Pues ¿de qué me sirve comprar un libro de literatura que la Iglesia Santa no aprueba? Pues con el mismo dinero, puedo comprar alguna obra del Santo Padre Benedicto XVI, por ejemplo, y así sí que llego hasta el final, y vuelvo a tomar notas en aquello que me toca, y en más de una ocasión, el Santo Padre, ha corregido algunos errores míos, que por ignorancia tenía.
Pero ciertamente, hay personas como usted, P. Tomás, que tienen una gran resistencia para leerlo y mantener la paz en su corazón y la alegría.
Salgo ganando leyendo hasta el final, las obras de los Santos: su vida y su doctrina. Lo recomiendo.
Pero que no se nos acuse de tener "mente inquisitorial", los que nos mantenemos en la misma linea de la caridad y de la fe de la Iglesia Católica. O al menos, nos esforzamos que nuestra caridad no sea fingida.
Ahora entiendo bien la imagen de la portada. La novela es árida y como una corona de espinas.
LF:
¿Podrías aclararnos qué es para ti una mente inquisitorial?
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Todo el que busque una novela sobre Teologia ortodoxa.
No me parece ético por parte del autor confundir a la gente, aunque él tb parece estar bastante desnortado.
No creo acertado que tache de tener mentes inquisitoriales, a los que no les resulte agradable el pastiche de este señor.Ciertas cosas no se leen ni regaladas.
Simplezas, elucubraciones, falta de rigor documental... pues ¡vaya modo de invitarnos a entrar en los onanismos del sr. Bastante! Lo siento, pero prefiero leer a Boris Izaguirre antes que a un sectario como Bastante.
Lo de la mente inquisitorial se entiende (o al menos así lo entiendo yo) en el sentido de un exceso de celo, antaño propio de algunos inquisidores, y ahora presente en adalides de lo políticamente correcto, feministas de género y otros colectivos semejantes.
Es como buscar amor por la Iglesia Católica en los artículos de César Vidal en Libertad Digital.
Lo he entendido como que si sufres mucho, mucho al ver los errores y superficialidades relativistas que escribe este personaje, pues mejor te ahorres leerlo y por eso no lo recomienda. Más bien como consejo para evitar cabreos.
Seería deseable que lo leyeramos con sentido del humor.
El problema viene con las gentes que puedan pensar que Nuestro Señor es tan pueril y cursilón como lo presentan. Vamos que ese Jesús que proclaman no enamora a nadie ni en su tiempo ni ahora...
De todas formas en este caso hay que alegrarse que se vendan pocos libros y que los compren los que ya están metidos en ese rollete. Esperemos que no confundan a nadie más....
Vamos, que es lógico que Jesús se asuste, por respetos humanos, ante el qué diran los apóstoles ya que en el Evangelio Jesús es un títere de Pedro y los demás, hace exclusivamente lo que ellos le mandan y está continuamente cediendo ante los apóstoles para no quedar mal con ellos.
Nada, nada, este Bastante merece un lugar al lado de de Ricciotti, de Papini y de los más grandes escritores de la vida de Jesús. No sé todavía cómo EDIBESA no le ha suplicado poder editar su ovbra
Imposible, y más en un tema tan importante, que Jesús actuase movido por respetos humanos. Además los Apóstoles tras Pentecostés fueron totalmente transformados en su rudeza y Cristo tampoco admitió a la mujer al orden apóstolico y ministerial sacerdotal aunque sí al discipular.
Es significativo que Jesús no eligiese a su misma Madre la Virgen María como piedra sobre la que fundar su Iglesia ni encomendase a la Virgen el ministerio sacerdotal ni apostólico. Decisiones misteriosas de Cristo que hemos de respetar aunque no alcanzemos a comprender totalmente su porqué.
Nuestra mente debe ser siempre inquisitorial, crítica,inquriendo sobre la ortodoxia y la conveniencia de las lecturas, discerniendo si lo que leemos es de Dios o del demonio, y si lo segundo, denunciando y advirtiendo a los hermanos del peligro, del error, maldad o todo junto.
Que Dios nos conceda el don de tener mentes bien inquisidoras para librarnos de todo mal. Como de estos libros cuasi blasfemos del tal Bastante.
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