Santa María de Úbeda: cobrar o no cobrar, esta es la cuestión
Cuando se toman decisiones nuevas en la Iglesia Católica es necesario usar mucho la prudencia, el respeto y el buen sentido común. Estamos en unos tiempos donde gobernar por decreto tiene poca acogida. Si después se demuestra cierta endeblez en los argumentos aparentando echarse atrás ante lo que se viene encima organizado por la propia sociedad, entonces las decisiones pierden toda su fuerza.
El pueblo fiel, los ciudadanos, cristianos o no, saben que cuando van de viaje fuera de su terruño, se encuentran que para visitar catedrales deben pagar una cantidad estipulada, que tiene ciertas excepciones para grupos escolares, miembros de la tercera edad y similares.
Cuando ocurre, como en Úbeda, ciudad patrimonio de la Humanidad, donde se abrió hace un año al culto la iglesia colegial de Santa María de los Reales Alcazares, tras pasar 30 cerrada al culto por obras de restauración, se ha colocado una cuota por la entrada al templo, organizada por un empresa dedicada a estos menesteres; resulta que los vecinos de la ciudad de los Cerros han protestado con fuerza ante semejante novedad en su pueblo, donde existen magnificos templos donde no se cobra nada por acceder a ellos, excepto el Salvador, que está en manos del patronado de los duques de Medinaceli.
La división entre la ciudadanía ubetense está recogida por la prensa local. Algunos vecinos de la capital de las Lomas no aceptan esta decisión y han organizado una recogida de firmas.
Otros, por ejemplo, la asociación de comerciantes locales y la unión arciprestal de cofradías están de acuerdo con que se cobre una entrada para visitar la iglesia de Santa María.
¿Qué ocurre en Úbeda?
Nada nuevo que no sepamos. Es la misma línea que llega desde la catedral de Jaén, pasando por la catedral de Baeza, llega ahora a Úbeda.
¿Cual es esta línea?
Consiste en pensar antes en el visitante turista que en el pueblo cristiano. Consiste en una progresiva secularización poniendo el arte de los recintos sagrados al servicio de la acción cultural y reduciendo la misión cultual y litúgica a horas primerizas mañaneras o a las últimas vespertinas.
Se razona que así se puede entrelazar mejor los horarios de culto y visitas, sin que éstas interrumpan la liturgia; se argumenta que el dinero conseguido sirve para el mantenimiento del recinto sagrado.
Los vecinos de Úbeda tendrán que adaptarse a este esquema lo mismo que lo han hecho los de Jaén y Baeza.
¿Esta es la única solución?
Pienso que no. En Úbeda se ha debido hacer un sondeo previo a la imposición de una tasa monetaria para entrar en Santa María. La ciudadanía ubetense podría haber opinado en una forma a modo de referendum sencillo donde hubiera expresado un sí o un no. Se debía haber oído antes a las diversas asociaciones culturales y sociales existentes en el pueblo. Se debía haber dialogado antes que imponer una tasa dineraria, teniendo en cuenta que habría que hacer lo mismo en el resto de las iglesias ubetenses, porque todas albergan un patrimonio histórico y artístico de primera categoria. ¿Por qué solamente Santa María?.
Además, ¿se ha pensado que en tiempos de crisis económica y de valores humanos y cristianos es mejor cobrar por entrar en los templos, antes que tenerlos abiertos a una acción pastoral más caritativa y evangelizadora?.
El error está siendo contestado por el pueblo. El silencio personal de algunos es la muestra del miedo a pronunciarse en público sobre este espinoso asunto. Aunque de forma medio clandestina opinen que no están de acuerdo con pagar para entrar en Santa María.
¿Han pensado, quienes llevan esta línea, que el resto de templos históricos y artísticos de la provincia de Jaén, también, pueden sumarse a la lista de iglesias que haya que pagar antes de entrar en ellas?.
El asunto no es baladí. Aquí se esta jugando una manera de pensar y actuar bastante secularizante y peligrosa para la propia Iglesia Católica.
Para saber más hagan clic aquí.
Tomás de la Torre Lendínez
6 comentarios
Y los fieles católicos deben que atender siempre con sus limosnas o colectas, al debido y necesario mantenimiento de sus Iglesias. Y el Estado, según la Constitución, tiene el deber de COOPERAR y colaborar siempre con su imprencisdible ayuda, al sostenimieto de los bienes eclesiasticos que son generalemente de elevado interés nacional y Cultural.
Pagar entradas obligadas buscando dinero y negocio, es un claro e intolerable abuso, que además puede lamentablemente alejar al cristiano y a los no creyentes de la religión y de las Iglesias.
Y alejar al Turismo, que felizmente siempre ha sido una de nuestras principales fuentes de riqueza.
La frase cristiana "No sólo de pan vive el hombre" significa la necesidad de atender a lo material pero sin ser exclusiva y abusivamente materialista.
a) Por un lado, está la necesidad de recaudar dinero para mantener los templos. No es negocio, como dice Asclepio, pero sí es cierto que da muy mala imagen. Pero el dinero manda, aunque no nos guste es una necesidad.
b) Por otro lado, está el peligro real de que nuestros mejores templos se conviertan en museos a los cuales les damos horarios pequeños para actos religiosos. Y eso, a mi juicio, es muy negativo.
c) Y por otro lado, la visita de un templo artístico es una ocasión de evangelizar. Mucha gente (millones de personas, me parece) no entran jamás en una iglesia si no es en estos templos. Es una oportunidad que no se debe desperdiciar. Y a esos les damos una imagen pésima si cobramos.
No sé cuál es la solución, pero espero que estas ideas sirvan para reflexionar.
Los comentarios están cerrados para esta publicación.