Padres suspensos por no educar a sus hijos a ver la televisión
Los estudios sobre la influencia de la televisión sobre la educación de los niños tienen un amplio recorrido dentro del mundo de la investigación de los medios de comunicación sobre en los hogares de la presente sociedad.
Acaba de recibir un premio la profesora Teresa Torrecillas Lacave, del Ceu San Pablo, por su trabajo titulado: Los niños ante la televisión, prácticas y mediación familiar.
Con palabras rápidas y claras los padres suspenden en la educación de sus hijos para ver adecuadamente la televisión. Este suspenso está justificado en tres aspectos esenciales.
El primero, los padres son los primeros que colocan la televisión hasta en el dormitorio del niño, como si fuera el ídolo al que adorar desde pequeños. Otra pantalla compite con la anterior la del ordenador, que algunas regiones se los regalan en plena etapa de la educación primaria.
El segundo, los padres dejan a sus hijos crecer delante de un televisor para tenerlos tranquilos, molesten lo menos posible y no se dediquen a otras actividades recreativas y formativas.
El tercero, los padres no hacen una misión de colaboración en la educación positiva de los hijos ante lo que ven en la pantalla televisiva. Se dan dos casos:
Los padres, no están cuando el niño ve la televisión. Éste se traga todo por sus ojos y oídos y nadie les hace una selección de la moralidad de los contenidos que presenta el medio televisivo.
En los menos casos, los padres ven junto a sus hijos la televisión produciéndose una acción educativa activa y coherente, creando un clima de diálogo sobre lo que se ha visto y cuales pueden ser las conclusiones morales y cristianas que los hijos pueden meter en el zurrón de su educación presente y futura.
Los variados canales tampoco emiten productos aptos para los niños. Dicho en roman paladino no existe una programación infantil de gusto recreativo y formativo, como existía cuando había una sola cadena televisiva pagada por los bolsillos de todos los españoles. Ahora los canales temáticos con dibujos animados son los más socorridos para los padres que no saben cómo entretener a sus enanos en la casa en el largo fin de semana.
En el estudio presentado se muestra claramente que los padres suspenden en la educación sensata de sus hijos ante la televisión.
Un amplio conocimiento de este trabajo se encuentra haciendo clic aquí.
Tomás de la Torre Lendínez
6 comentarios
Ha habido - y todavía lo hay - una especie de "complejo de Inquisición" entre muchos clérigos y también en muchos católicos, que los lleva a abrir imprudentemente las puertas de las parroquias, de las escuelas y de los hogares a materiales no adecuadamente censurados, facilitando que se cuele el "humo de Satanás" en esos ámbitos.
La proliferación del mal en los medios es tan asfixiante, que pretender censurar (¡perdón! el "complejo de Inquisición" no me permite expresarme así, quise decir "controlar") los contenidos de los programas y de las películas, es ingenuo de ingenuidad supina. La única manera de mantener cierto control cuando hay niños y jóvenes en formación a nuestro cargo, es preocuparse por conseguirles material que podamos supervisar previamente, o bien que nos sea recomendado por personas de nuestra más absoluta confianza.
Claro que antes solo había 2 canales de televisión y ahora hay cientos.
Ciertamente, pienso que los sacerdotes, en sus parroquias, en reuniones pastorales deben informar de estos peligros a los padres cristianos, para que no se comporten como aquellos que no son creyentes, y que un día, su vida serán como un campo de batalla, porque no podrán convencer a sus hijos para que se calmen.
Los padres que son buenos cristianos, aman a sus hijos, por eso, en vez de la televisión, se reúnen para rezar el Santo Rosario, leer y comentar las Sagradas Escrituras, el Santo del día, y los buenos ejemplos de las obras de caridad, y el amor a la Iglesia Católica y al Papa, etc.
Y no solamente en la televisión, también hace que se aficionen a los entretenimientos del mundo, cosas que hacen una desgana para la vida de la verdadera oración.
El exceso de TV, ordenadores y juegos informáticos las más de las veces embrutece.
Todo en su justa medida y dosis, no puede hacer daño.
" La virtud es una disposición voluntaria adquirida, que consiste en un término medio entre dos extremos malos, el uno por exceso y el otro por defecto ".
(Aristóteles)
" Donde hay educación no hay distinción de clases ".
Confucio (551 AC-478 AC) Filósofo chino.
Los padres tienen el deber de aprobar esta importante asignatura, si quieren formar adecuadamente y correctamente a sus hijos.
Saludos.
Yo veo los informativos de las anticatólicas TV3 y TVE (públicas para más inri)junto a menores, pero en según qué informaciones les digo que los periodistas que las dan manipulan y mienten como bellacos porque sirven a sus amos, y que ellos mismos saquen sus conclusiones...
Los comentarios están cerrados para esta publicación.
