Un sí a los monaguillos y monaguillas
Recibo la noticia que una monaguilla antigua, a quien casé y bauticé a su hijo, está atravesando una enfermedad cruel, que la tiene apartada de su gran vocación docente en la escuela. Rezo por ella.
A la vez, leo un artículo firmado por Giacomo Galeazzi, en Vatican Insider, titulado “Salvad a las monaguillas”, donde se hace eco de la campaña organizada por los jesuitas de Estados Unidos para preservar a las niñas que desean ayudar a la celebración de la Santa Misa, desde que en el año 1994, Juan Pablo II publicó un documento sobre este asunto favoreciendo que al mismo Papa en una visita a una parroquia romana el párroco le pusiera a unas monaguillas para auxiliarle, siendo el primer Sucesor de Pedro, que celebró la Eucaristía con monaguillas.
Con los aires actuales de reformar la reforma en el campo litúrgico, los jesuitas americanos han lanzado el grito: Salvad a las monaguillas.
Considero que este asunto tiene dos partes diferenciadas. Las expongo para que sirvan al debate de los comentarios a este post.
La primera, es que considero que deben existir dos grupos separados, niños que ayuden al altar, y niñas que hagan lo mismo. La formación de estos auxiliares de la celebración de la Eucaristía puede ser común en los aspectos de catequesis, de oración, y de ritos litúrgicos.
A la hora de salir en las celebraciones es mejor que estén separados. Son varios los motivos, pero existe uno importante: los chicos psicológicamente, llegado el momento, sienten vergüenza delante de las niñas dentro del mismo altar de la celebración.
En varias diócesis se potencia la acción pastoral con monaguillos solamente. En otras se hace de forma mixta. Opino que la separación es un beneficio psicológico para ellos y ellas y es un campo más hábil para la siembra vocacional hacia el sacerdocio o la vida religiosa.
La segunda, es que existen comunidades parroquiales donde no se labora en este campo, llegando a dar por difuntos, como una especie a extinguir, a los monaguillos y a las monaguillas. ¿Esto es bueno?. Creo que no. Se pierde una ocasión de enlazar a esos auxiliares del altar con la catequesis de la Confirmación, y después con la posible pastoral juvenil, tan inexistente en las parroquias de hoy.
No soy partidario de la anulación de las monaguillas, ni de los monaguillos, son como me decían cuando yo lo era: los ángeles del altar.
En la literatura eclesial costumbrista existía un refrán: Si quieres tener a un hijo pillo, mételo a monaguillo. Hoy esto es letra muerta, un arcaísmo histórico, porque en la actualidad se labora muy poco pastoralmente sobre este campo.
Y lo estamos pagando: los Seminarios Menores están medio vacíos.
Para saber más aquí está el enlace de Vatican Insider.
Tomás de la Torre Lendínez
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Adivinanza
Hoy acaban en Salamanca unas jornadas de pastoral en la carretera, organizadas por el organismo correspondiente de la Conferencia Episcopal Española. El lema escogido es “Caminos de encuentro. Valores evangélicos de la movilidad“. Han tomado parte personas de la Iglesia y de la Dirección General de Tráfico.
¿Han bajado el número de………… en las carreteras en últimos años en España?
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Lean, si les apetece:
VIII Semana del Cine Espiritual para el curso 2011-2012
Blog del padre Tomás
http://tomas-de.blogspot.com/2011/10/viii-semana-del-cine-espiritual-para-el.html
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29 comentarios
Y recién terminado la Santa Misa, forman corrillos de personas, incluso la niña, y da la espalda al Santísimo, y durante largos minutos, hablan y hablan de sus cosas personales, Cristo ya es olvidado, ya no le interesan.
Aparte de que los monaguillos deben conocer muy bien las partes que hay en la iglesia, necesitan crecer en la verdadera piedad, en el amor a Jesús, y en el respeto, en ser perseverantes, conocer los valores cristianos.
Pues hay muchos niños que conocen muy bien los nombres de los futbolistas por ejemplo, pero nada de nada de la cosas del Señor.
Hay niños (de catequesis) que saben cuándo ven la imagen de un crucificado, saben que es Jesús, pero ignoran la presencia real de Dios en el Sagrario,
El Santo Padre Benedicto XVI, responde a las preguntas de unos niños, en la que hay precisamente una monaguilla de 12 años:
http://es.catholic.net/familiayvida/154/295/articulo.php?id=42191
El que luego se admitieran niños no clérigos o que no se destinaban al servicio del altar siempre fué entendido como una tolerancia.
" los chicos psicológicamente, llegado el momento, sienten vergüenza delante de las niñas dentro del mismo altar de la celebración ".
¿ Sienten vergüenza de qué ?. ¿ Que psicología anticuada es esa ?. Uno niño, no debe tener jamás vergüenza de una niña y clara viceversa.
Naturalmente, si están correctamente formados y educados en la psico-pedagogía moderna infantil.
Las Mujeres y hombres, deben aprender desde pequeños a tratarse con igual respeto, igualdad y honor entre sí y las primeras con los segundos e identica viceversa.
Esta es la adecuada y correcta enseñanza psicológica.
Mis cinco hijos ( tres varones y dos hebras ) han ido a un colegio mixto ( Santa María de los Rosales, donde se educaba el Principe Felipe hijo del Rey de España ) y me confiesan que nunca jamás han tenido vergüenza de las niñas, ni estas de los niños.
Siempre se han educado en plan de absoluta, plena y sana igualdad.
Y en su momento hicieron de monaguillas y monaguillos en la Santa Misa y de manera mixta, en la estupenda formación religiosa católica que da el mencionado colegio.
¿ Vergüenza de qué ?. Verdaderamente no lo entiendo.
Esa " vergüenza ", me parece muy anticuada y decimonónica.
El Art. 14 de la Constitución dice que " Los españoles son iguales ante la ley " incluso por motivos de sexo y religión.
Lo que si entiendo, es que ante el altar de Dios y en la edad infantil, no debería haber nunca jamás diferenciación entre mujeres y hombres y ningún tipo de " vergüenza " posible entre ellos.
Naturalmente entre seres que son correctamente formados y educados en la deseable, imprescindible y necesaria igualdad pedagógica entre los diferentes sexos.
Y en cuanto a la frase, que naturalmente respeto:
" Opino que la separación es un beneficio psicológico para ellos y ellas y es un campo más hábil para la siembra vocacional hacia el sacerdocio o la vida religiosa ", debo decir que no estoy en absoluto de acuerdo con ella.La encuentro equivocada dentro de lo que es la moderna psico-pedagogía infantil y claramente anticonstitucional.
Y me parece además, que no tiene nada que ver la posible llamada vocacional de Dios, con la separación de los sexos que por princio constitucional deberian ser siempre identicamente iguales en responsabilidades y derechos.
Atentos respetuosos saludos.
Se han introducido las monaguillas con falsos pretextos para favorecer las presiones que éstas van a ejercer en orden a conseguir el sacerdocio femenino.
Primero se rompe con la Tradición imponiendo una concepción aberrante y nunca oída del estado clerical, luego se admiten monaguillas, y al final, como los anglicanos y por los mismos motivos ideológicos, acabaremos teniendo obispas. Y luego dicen que no son cismáticos ni herejes...
Le recuerdo el Catecismo de la Iglesia Católica.
III “Hombre y mujer los creó”.
Igualdad y diferencia queridas por Dios.
369. El hombre y la mujer son creados, es decir, son queridos por Dios: por una parte, en una perfecta igualdad en tanto que personas humanas, y por otra, en su ser respectivo de hombre y de mujer. "Ser hombre", "ser mujer" es una realidad buena y querida por Dios: el hombre y la mujer tienen una dignidad que nunca se pierde, que viene inmediatamente de Dios su creador (cf. Gn 2,7.22). El hombre y la mujer son, con la misma dignidad, "imagen de Dios". En su "ser-hombre" y su "ser-mujer" reflejan la sabiduría y la bondad del Creador.
370. Dios no es, en modo alguno, a imagen del hombre. No es ni hombre ni mujer. Dios es espíritu puro, en el cual no hay lugar para la diferencia de sexos. Pero las "perfecciones" del hombre y de la mujer reflejan algo de la infinita perfección de Dios: las de una madre (cf. Is 49,14-15; 66,13; Sal 131,2-3) y las de un padre y esposo (cf. Os 11,1-4; Jr 3,4-19).
“El uno para el otro”, “una unidad de dos”.
371. Creados a la vez, el hombre y la mujer son queridos por Dios el uno para el otro. La Palabra de Dios nos lo hace entender mediante diversos acentos del texto sagrado. "No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada" (Gn 2,18). Ninguno de los animales es "ayuda adecuada" para el hombre (Gn 2,19-20). La mujer, que Dios "forma" de la costilla del hombre y presenta a éste, despierta en él un grito de admiración, una exclamación de amor y de comunión: "Esta vez sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne" (Gn 2,23). El hombre descubre en la mujer como un otro "yo", de la misma humanidad.
372. El hombre y la mujer están hechos "el uno para el otro": no que Dios los haya hecho "a medias" e "incompletos"; los ha creado para una comunión de personas, en la que cada uno puede ser "ayuda" para el otro porque son a la vez iguales en cuanto personas ("hueso de mis huesos...") y complementarios en cuanto masculino y femenino (cf. Mulieris dignitatem, 7). En el matrimonio, Dios los une de manera que, formando "una sola carne" (Gn 2,24), puedan transmitir la vida humana: "Sed fecundos y multiplicaos y llenad la tierra" (Gn 1,28). Al trasmitir a sus descendientes la vida humana, el hombre y la mujer, como esposos y padres, cooperan de una manera única en la obra del Creador (cf. GS 50,1).
373. En el plan de Dios, el hombre y la mujer están llamados a "someter" la tierra (Gn 1,28) como "administradores" de Dios. Esta soberanía no debe ser un dominio arbitrario y destructor. A imagen del Creador, "que ama todo lo que existe" (Sb 11,24), el hombre y la mujer son llamados a participar en la providencia divina respecto a las otras cosas creadas. De ahí su responsabilidad frente al mundo que Dios les ha confiado".
Dios no hace discriminación de sexos.
Al crear al ser humano hombre y mujer, Dios confiere la dignidad personal de manera idéntica a uno y a otra. A cada uno, hombre y mujer, corresponde reconocer y aceptar su identidad sexual.
Y usted tampoco debería nunca discriminar por sexos.
Respetuosos saludos.
Lo de mencionar la constitución del 78 para defender las monaguillas es una broma espero. Su última frase, ¿quiere decir que está a favor de la ordenación de sacerdotisas? Sus opiniones basadas en la "psicología moderna" son muy interesantes, en ningún caso hay que permitir que la realidad eche a perder una buena teoría. Con la violencia y fracaso escolar de los chicos que aumentan sin cesar, sobre todo, no hay que preguntarse si la coeducación es un problema, si la realidad no sigue a la teoría, la culpa es de la realidad. ¿Sabe? no todo el mundo puede llevar a sus niños a colegios donde van miembros de la realeza.
"admitir a niñas al servicio del altar es una gravísima brecha en la Tradición divino-apostólica..."
Bendiciones!
Yo estoy siempre a favor y creo en todo lo que manda y obliga la Iglesia Católica; y también a favor de la Constitución de 1978, Carta magna que nos hace a todos iguales sin discriminación alguna por sexo o religión.
Yo envié a mis hijos a ese colegio por cercania muy próxima a mi domicilio y porque además era católico, mixto, bilingüe,y con acrisolada, competente y demostrada educación. Por nada más.
Y debe saber, que mi esposa y yo, nos hemos privado y dejado de disfrutar de muchísimas cosas y caprichos por dar a nuestros 5 hijos una buena educación.
Y por como han evolucionado de bien todos ellos, los dos pensamos que es la mejor inversión que hemos hecho en nuestra vida.
Le saludo muy atentamente.
http://www.youtube.com/watch?v=KWByiwHE4MY
Y los jesuitas deberian preocuparse mas por salvar la compañia que por salvar "las monaguillas" que no mas que una banalización de la Sagrada Liturgia.
¿Por qué? Porque así le ha parecido mejor.
El monaguillo suple al ejercer el acolitado el oficio propio de un clérigo (ahora de un acólito instituído), que está reservado a los hombres (también el ministerio laical del acolitado instituído), con lo que sólo puede ser ejercido por estos. Además, así se promueven las vocaciones al sacerdocio, haciendo nacer en los niños el deseo de subir al altar para ofrecer a Dios el Sacrificio Eucarístico.
Lo contrario rompe con la Tradición de la Iglesia.
Por otra parte, es cierto que la presencia de las llamadas "monaguillas" no se puede considerar un abuso donde está permitido. Léase: http://www.mscperu.org/teologia/1derecho/derSacram/eucarist/art009.html
Es como un gordo metido en una pastelería, que insiste en oler todos los bollos y pasteles, pero intenta mantenerse a régimen estricto.
Nunca han existido monaguillas y esta tontería de dejar niñas en el altar es como la otra de tener siempre mujeres haaciendo la lectura.
La Iglesia es como es por orden divino ancestral y este quiero-y-no-puedo forzado para hacerse simpáticos al feminismo reinante es infantil.
La dignidad de la mujer se defiende con profundidad teológica no haciendo el lila en cuestiones secundarias que además afectan al culto a Dios.
Por lo demás, veo un abigarrado galimatías de juicios inconexos en algunos comentaristas.
1) ¿Por qué motivo no puede haber monaguillas, si no se trata de ministerio, ni mucho menos de estado clerical? Aunque opino que deberían más bien promoverse para algo parecido al ostiariado.
2) ¿Los monaguillos son la fuente principal de las vocaciones sacerdotales? Hoy por hoy, lo pongo en franca duda. No entro en cómo se celebra en muchas Iglesias, porque más bien habría que esperar el efecto contrario. Y por todo eso no entiendo que se promuevan por ese motivo como si fuese el principal o el único. Que la cercanía al altar, y la catequesis aneja, ayude al sentido de la fe, y por eso, a la conciencia vocacional, lo admito. Pero si eso se hiciese con todos los niños, tendríamos ese mismo efecto multiplicadísimo. En resumen: ¿promovemos monaguillos para tener curas? ¿Es un pretexto?
3)Claro que la evolución de los niños es como indica el blogger... tal como están las cosas hoy, y considerando sólo el aspecto psicológico "espontáneo" (porque según qué educación, se podría propiciar otros comportamientos, no necesariamente determinados por la psicología genética). Por eso, el tenerlos juntos o separados no es una simple receta que solucione las cosas. Depende del modo en que son acompañados y educados por sus formadores.
En mi diocesis solo se permiten monaguillos y en el seminario hay mas de 150 candidatos al sacerdocio con un millon y medio de habitantes.
Pero nada, a seguir inventando el mundo como adanes postconciliares.
Esto es como la chorrada de poner conventos mixtos convencidos de que como éramos modernos y abiertos estábamos exentos de las fuerzas de la naturaleza.El experimento acabó como tenía que acabar...
Y el día que ningun hombre quiera ser sacerdote de PROFESIÓN, porque dudo de la "vocación" de la mayoría de curas que conozco, todos estos foreros criticones se nos hacen protestantes.
Como siempre las tres Marías al pie de la cruz y los Pedros negando a Cristo.
Y una cosa son niños y niñas y otra jóvenes. Los jóvenes son los que tienen problemas con la naturaleza y las hormonas, los niños solo piensan en darle un traguillo de vino de la botella de la sacristía cuando el cura no les vea.
Y por último, FORMACIÓN, así en mayúsculas, y no habrá ningun problema durante la celebración. Pero, ¿qué sacerdote está dispuesto a FORMAR a niños?
http://www.nytimes.com/2005/05/07/national/07catholic.html?pagewanted=all
Solo basta leer lo que escribio? escribieron? el o los editores de tal magazine.
Inevitably the issue of women’s roles in the church raises the question of women’s ordination to the priesthood. Recently a cardinal in Lisbon and some bishops in Brazil, among others, also raised the question; but since Pope Benedict XVI, despite continued AGITATION, has reaffirmed the POLICY of John Paul II to allow no discussion of the topic, the matter of altar servers must be considered a separate and independent issue.
http://www.americamagazine.org/content/article.cfm?article_id=13056
Para ello/as no es dotrina el sacerdocio ministerial de VARONES mas es una norma que se puede cambiar, por lo tanto por el momento se pueden utilizar a la nenas para ser monaguillas mas tarde para el sacerdocio.
Hasta un ciego puede ver a donde van tales personas.
Soy acolito en la parroquia de mi comunidad, debido a la falta de monaguillos al parroco se le ocurrio abrir convocatoria para un grupo de monaguillos mixto y me toco a mi publicitarlo y organizarlo. ¿Que paso? pues que los niños no quieren ser monaguillos porque creen que es cosa de niñas! no es para mas pues en las capillas de la paroquia la diferencia es de 10 monaguillas a 2 monaguillos en cada grupo,a cualquier niño en estos "modernos tiempos" le daría pena andar rodeado de niñas con una sotana roja y rodeado de encajes.
Estoy de acuerdo que no todos los monaguillos terminaran siendo sacerdotes, pero en el caso de mi parroquia un 90% de ellos ha llegado hasta el seminario.
Para mi ser coordinador del grupo ha sido muy dificil pues siepre trato de despertarles una vocación a los monaguillos ¿pero a las niñas? ¿toca darle falsas esperanzas? y para colmo cuando uno trata de convencer a los niños salen reclamando las catequistas los derechos de las niñas a ser monaguillas, y asi lo que era un grupo mixto al final siempre queda de monaguillas y despues el cuento de que "no hay niños voluntarios".
No necesitaba Ud. fatigarse tanto en probar lo que nadie discute: Que varones y hembras tienen una misma dignidad fundamental ante Dios. Donde falla su razonamiento, es en deducir de ahí que todos deban tener las mismas responsabilidades y por lo tanto,los mismos derechos. Dios mismo, autor de la vida natural como de la sobrenatural, ha destinado a hombres y mujeres a papeles diferentes y complementarios, y así como es imposible al hombre dar a luz, es imposible que una mujer sea no ya sacerdote,sino simple "clériga" tonsurada. Y lo mismo que el no parir no disminuye nuestra dignidad humana, tampoco lo hace la exclusión del clericato en las mujeres.
Su problema, y el de otros muchos, es que confunden los masónicos ideales de la Revolución francesa, absurdos ante el sano sentido común natural, y heréticos ante el sano sentido común sobrenatural, y como tales repetidísimamente condenados por la Iglesia, como una especie de nuevo Evangelio social que habría pasado desapercibido a sabios y santos católicos hasta su gloriosa revelación hace poco menos de 50 años.
Y por cierto que la malhadada Prost(digo) Constitución de 1978 prevé igualdad ante la ley civil, nada más, espero que no pretenda meterse también con la ley eclesiástica; (Ya empiezan en otros países).
Que en la palestina del siglo I fuera inadmisisble las apostolas es cierto, pero para la Iglesia lo seguira siendo pues Dios no cambia de parecer y Juan Pablo II ha dicho que la Iglesia no tiene el poder de ordenar mujeres, y esto bajo el magisterio infalible es caso cerrado.
Ojala y la pregunta ¿quienes llenan los seminarios? tenga siempre la misma respuesta que daríamos en este instante.
Roma locuta, causa finita.
En la "mesa" de una "cena fraternal", ciertamente, sí puedan, pero en la Santa Misa católica no.
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