Obispos alumnos y una ministra sin cortesía
Durante años he afirmado que los obispos, en líneas generales, no son personas que sepan comunicar y dar buena imagen ante un micro o ante una cámara de televisión. Unos se traban la lengua, otros creen estar predicando una homilía, y los más no saben salir de preguntas comprometidas lanzadas por los periodistas.
Ahora, parece que se está organizando un seminario práctico sobre comunicación, imagen, y opinión para obispos. Hasta la fecha están anotados 22 de toda España. Pocos me parecen. Los profesores de ese cursillo, que tendrá lugar en octubre, serán, entre otros el director del diario vaticano y el antiguo portavoz del Beato Juan Pablo II.
A veces, los obispos, antes de serlo, han tenido experiencias relacionadas con los medios de comunicación. Esto ya es un paso importante. O han nacido con dotes de saber comunicar bien con la palabra y con el silencio dosificado oportunamente.
Un caso singular ocurrió ayer cuando el cardenal Rouco soportó la salida de pata de banco de toda una señora ministra de cultura, cuando se estaba presentando el cuadro de El Descendimiento de Cristo de la Cruz, pintado por Caravaggio en los inicios del siglo XVII. El Papa Benedicto XVI ha deseado que esta obra salga del Vaticano para formar parte de una exposición en el Museo del Prado sobre la figura de Jesús de Nazaret en la pintura, con motivo de la JMJ. El cuadro estará durante dos meses en Madrid.
La señora ministra deseó dar la “nota” hablando de la real homosexualidad libertina del pintor maestro del tenebrismo barroco. Hizo el ridículo. El cardenal de Madrid y el Nuncio del Papa optaron por callar. Fue su manera de comunicar que el silencio denso es la mejor medicina a una ministra en evidente fuera de juego y de cortesía.
Las tablas públicas que tiene el cardenal Rouco y su retranca gallega, fueron claves para salir de allí la señora ministra encontrando un silencio ominoso y demostrativo de su salida por los cerros de la ciudad de Úbeda, que es el apellido de uno de los mejores profesionales conocedores del pintor italiano y que tuvo una disertación excelente.
Viene bien ese seminario sobre comunicación para los obispos españoles. Espero que aumente la matricula y vayan los más posibles, pues ser obispo no da la licencia para saber de todo, sin estudiar ni leer nada. Todo lo contrario, es cuando más se necesita ser el primero en todo para ser imitado por los sacerdotes, cooperadores necesarios en el ministerio pastoral.
Para saber más haga clic aquí y aquí.
Tomás de la Torre Lendínez
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Lean, si les apetece:
La tuna del Colegio Mayor Loyola de Granada cantará ante el Papa
Blog del padre Tomás
http://tomas-de.blogspot.com/2011/07/la-tuna-del-colegio-mayor-loyola-de.html
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2 comentarios
Esta es una asignatura que la Iglesia debe esforzadamente cuidar. Se dice que una imagen vale más que mil palabras, pero además, es que un obispo incompetente puede hasta hacer perder la fe a muchas personas sencillas.
Formación, lustre, personalidad, don de gentes, inteligencia y cultura son dones que todos los obispos deben en gran altura necesariamente poseer.
Un buen obispo, es un faro luminoso y brillante que arrastra a la multitud.
Y conocemos un buen número de ellos.
Pidamos por el éxito de este próximo e importante Seminario que felizmente se nos anuncia. Y para que TODOS los obispos de la Santa Iglesia Católica, estén a la altura que su alto puesto de trabajo religioso representa.
Saludos.
Creo que el silencio de Rouco, que en nivel intelectual le da mil vueltas a Sinde, fue más que una demostración de sus "tablas", un acto de caridad.
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