Los obispos votan a su manera eclesial
A partir de mañana lunes la Conferencia Episcopal Española entra en una plenaria muy importante. Habrá elecciones de la cúpula directiva, del comité ejecutivo y de la comisión permanente. Todo esto con ser importante para la Iglesia en España deja frío al pueblo llano, metido en la crisis económica y todas sus consecuencias.
Los medios informativos, solamente unos pocos, se preocupan de qué ocurrirá a lo largo de la semana en la sede de la calle Añastro. Cuando salgan los resultados de las votaciones unos medios estarán a favor, otros en contra, y el resto pasará de estos asuntos de la jurisdicción interna de la Iglesia que peregrina en España.
Los de siempre, sí, los de siempre están metiendo los criterios políticos en el interior del episcopado español. Son los que hablan de derecha, izquierda, centro o moderados. Esto es no conocer la Iglesia. Esto es gana de perder el tiempo poniendo dentro de la Iglesia unos tejemanejes inexistentes y unos cabildeos de compra venta de votos a cambio de no que se promesas de futuro.
Salvo sorpresas de última hora, saldrá elegido presidente de los obispos el cardenal Rouco, una persona con muchos amigos y enemigos, señal de que lo está haciendo muy bien como pastor de la diócesis de Madrid y en los años que lleva al frente de la Conferencia Episcopal.
En esta semana, dicen, los enemigos del cardenal es cuando se dibuja el futuro de la Conferencia de los obispos españoles. Esto es ganas de hacer futurología barata basada en meras conjeturas, que no entran en los cálculos de la jerarquía eclesial.
El tiempo, el Papa, el Espíritu Santo, único conductor de la Iglesia serán quienes digan lo que pase tras la etapa del cardenal Rouco como presidente de la Conferencia Episcopal.
Recuerdo un obispo contándome cómo él y sus hermanos en el episcopado se ríen de todos los cantamañanas que desde los medios de comunicación tratan de hacer de adivinos. Por lo tanto, termino, invitando a los lectores a que recen por el fruto de la reunión episcopal que se inicia mañana. Ponerse en la presencia de Dios y que sea lo que él quiera para bien del pueblo cristiano que peregrina en esta hora de España.
Tomás de la Torre Lendínez
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Lean, por favor: Pido oraciones por la salud de un buen obispo.
Blog del padre Tomás
http://hal2.blogcindario.com/2011/02/00028-pido-oraciones-por-la-salud-de-un-buen-obispo.html
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2 comentarios
La cuestión es: ¿está Dios por encima de la información?. Ya he dicho que no me responderé pero tomo lo que dice el bloguero. Se deduce que para él, Dios está por encima, también de la información, en este caso de la que afecta a las elecciones obispales. Y ya no hay más teología, ni siquiera infoteología porque ahora lo que toca es dar el cuadro de la información, lo mejor que pueda exponerlo a ver lo que queda por encima aunque yo, de teólogo, nada.
En las sociedades modernas la información es un hecho muy importante y, por el camino que vamos, terminará siendo el único hecho que cuente. Alrededor nuestro las diversas ciencias no encuentran más que módulos de información, está en los genes, en los procesos cerebrales, en el reconocimiento de los entes atómicos, en el tráfico económico. Por todos lados información, o bien se acumula, o se transmite, o anda por ahí, y cada vez más somos incapaces de entender nada que no sea información. Y la cosa está en el comienzo y queda mucho por ver, este es otro espejismo de información, lo mucho que hay y habrá, parece inagotable. Nosotros, los seres occidentales, estamos más que capacitados para manejar la información, es nuestra forma de vida. El torpe, descomunal y absurdo Sistema Educativo que nos forma para el futuro no mejora pero se va informatizando y así parece que evoluciona o lo que sea.
El tema de este blog tiene que ver con la información: el periodismo. Es una forma muy humanizada de mostrarnos ese mundo en el que vivimos. La información en el periodismo no es la más seria y fundamental pero es importante porque la vida política es inseparable del periodismo con cualquier forma de gobierno. La información real, física, existente no funciona como la del periodismo y eso es un problema porque esa información es independiente de nosotros, podemos descubrirla y manejarla pero se organiza por su cuenta y podría comportarse de forma muy diferente a como la concebimos y darnos una gran sorpresa. Para llegar a este punto hay que ir a los elementos más problemáticos de la ciencia física, no está al alcance de cualquiera, y ver lo que hacen los conceptos y los hechos físicos con la puñetera información que trata de domarlos. Comparado con esto, el periodismo es un sedante de información, o un laxante, o una charlatanería interminable pero tiene su importancia en el mundo humano porque nos hace creer que también tenemos nuestra información que podría ser una mera payasada.
El modelo de periodismo que tenemos apareció -como casi todo lo que vemos- en los años sesenta. Tiene su gran hecho histórico en la caída del presidente americano Richard Nixon; este periodismo es el canta con orgullo el pelmazo del gran Pedro J. (j de "journalist") y ha tenido su mejor versión en el gigante prisaico. Este periodismo pretende que puede hacernos saber lo que pasa en el punto más lejano del mundo y, a la vez, en la casa del vecino, cuando hay información que es una cosa decidida por los periodistas. A pesar que la caída de Nixon parece indicar que periodismo y política está separados y enfrentados, lo cierto es que están unidos y le damos un valor bífido, de doble fe, queremos que las cosas sean rumiadas por los periodistas para tener una garantía antes de hacerlas políticas. Pero este bifidez es falsa, es que no hay una fe sin la otra, el periodismo y la política son pasos de la misma fé, entre nosotros, pero es una fé de doble paso. El caso es que los periodistas se ha creído que su misión es vigilar las cosas para que no no engañen al conjunto de los hombres algún malvado "Nixon", un político terrible que trata en embrollarlo todo en su beneficio. Este símbolo político, Nixon, es de lo que nos protege el periodismo pero por atración lo que ha resultado es que no hay política sin periodismo; los periodistas lo ven por el lado bueno como que nos protegen pero no hace mucho que éllos son parte de ese supuesto Nixon que los parió y aún no se han enterado o no quieren entenderlo. Por motivos que vete a saber, en España hemos tenido la ocasión de presenciar un hecho muy importante del periodismo: el polanquismo, que puede aparecer o no en otras sociedades modernas, pero siempre existe. El polanquismo es la unión exitosa de periodismo y política en lo ideológico, comercial, social, cultural, etc. Deja que los periodistas se dediquen a su moralidad de profesionalismo e independencia, el mundo prisaico, y lo conecta con una realidad humana superior.
Si vemos lo que era el periodismo un momento antes de este periodismo actual postnixoniano, veremos que allí las aguas estaban tranquilas, las cosas que pasaban iban a sus secciones de forma ordenada: nacional, sociedad, deporte, obituarios, toros, religión, cultura, etc. Por ejemplo el odioso fútbol era una cosa para hombres limitada a los domingos. Los lunes, el periodismo descansaba. Era un periodismo ya medio imperialista que daba al lector la impresión de que era un tipo informado, que podía seguir las guerras de aquí y de allá, y tenía conocimiento actualizado de todo. Era una seguridad y una superioridad sobre los salvajes que no disponían a diario de esos datos, era una forma de ser civilizados y occidentales y que ha desembocado en nuestra forma de ser. Estas barreras de ordenación se perdieron hace muchos años, cada cosa se convirtió en un flujo de información cada vez más seguido de información y más flujo, así el maldito fútbol empezó a ocupar días y más días, y todo lo demás también y ahora hay canales de veinticuatro horas de fútbol o de lo que sea sin parar. Es un continuo de información que trata de reflejar incoscientemente el mundo, la realidad, de la información que está por todas partes en los llamados "hechos".
Así que tenemos la información de tipo científico y social, la información real, y tenemos al periodismo, un edificio hecho con ramas y barro pero es una enormidad. Una pequeñez comparado con lo otro que es en lo que tratamos de creer a nuestra manera.
Lo que dice el bloguero es que Dios queda por fuera de esos niveles de la información y que los obispos se ríen de los cantamañanas. No sé. ¿Sabe el bloguero lo que es la información?. El gigantesco periodismo produce un efecto idolátrico: que si uno es capaz de fijar sus ideas o lo que se le ocurre en el edificio del periodismo, con eso alcanza la información que pasa de verdad; es una chorrada que tiene la misma validez que la danza de la lluvia para atraer a las nubes pero funciona y cada día vemos millones de entradas en el periodismo que tratan de convencernos que, por ser periodismo, son información, es una ecuación ridícula pero funciona. La Iglesia, y otras instituciones, tratan de poner su marca temporal en el periodismo en lo que concierne a sus asuntos, es una carrera sin parar y encima es de estilo trágico porque el periodismo trata de afirmar incansablemente su verdad y es imposible, lo que afirma son sus crímenes. Hay periodistas ateos radicales que piden la marginación de la Iglesia en el periodismo porque no da verdadera información y hay otros periodistas radicales sin más que tratan de poner orden en lo que se publica para que sea periodismo de verdad, en general viven apresados por el sueño -que es el paraíso- prisaico, un paraíso concedido a los buenos periodistas. Ya digo que es algo trágico y es demasiado para mi alcance. Lo veo de lejos y, aún así, impresiona. En todo caso da igual, la Iglesia quiere tener su información como el resto de las cosas, y la tiene, y se esfuerza por quedar grabada en la inmensa estela del perodismo. Esta tarea de ser en la información está llegando a confluir con el apostolado. Gracias a la informática el periodismo se revitalizará, desgraciadamente, en cada individuo, es algo parecido a la Reforma luterana donde cada uno tiene acceso a la Biblia y pasa de intermediarios, que eran los periodistas. La información es demasiado importante para la mente humana y no va a quedar en manos de periodistas que ya sonaban a rancio y disputaban entre éllos y hacían muchas tonterías, pero su forma de entender el mundo ha pasado al tratamiento del contenido de la información social y a otras cosas peores y más preocupantes que ya vienen viciadas por el periodismo pero suenan y parecen normales porque el periodismo es una maquinaria de normalización y lo normal es una cosa muy mala, sea lo normal ser marica o sea lo contrario.
En definitiva que andamos metidos en un mundo de información. Como seres naturales, somos información, y como seres sociales, nos preparan para que distingamos únicamente la información. Por si faltase algo tenemos al engendro del periodismo postnixoniano. ¿Qué relación tiene Dios con todo esto que trato de describir?. Pues el bloguero sabrá. Yo me huelo algo pero me lo callo, por lo de la Teología que me da alergia, pero doctores hay que son muy sabios y éllos se las apañan muy bien. Pues que se asomen éllos a lo de la información que a mí me da la risa.
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