Llenazo en las tres misas en El Valle de los Caídos

El Valle de los Caídos tenía una liturgia relativamente escasa de personas participando. Los que iban tenían el apelativo que todos conocemos cuando uno no es del pensamiento único y exclusivo. Llegó un día el cierre de la Basílica al culto. Hubo una comunidad de benedictinos valientes.

Salieron a la calle. Ofrecieron la Santa Misa al pueblo que acudió en masa. Supieron separar el sacramento de cualquier connotación o polémica pública o de posición política. El resultado estuvo en las fotos que dábamos aquí días pasados. Ayer la Basílica se llenó en las tres misas que celebraron. Es lógico.

Cuando alguien prohíbe algo, dentro de la letanía de prohibiciones salidas de un gobierno desnortado, como es la libertad religiosa y de culto dentro de una Basílica abierta a los fieles desde hace más de cincuenta años, está poniendo las bases para que los cristianos, que antes no acudían a la liturgia al templo de El Valle de los Caídos, ahora lo inunden de forma masiva.

Tan grande ha sido el gentío que los amplios aparcamientos se han quedado pequeños. Y las fechas que se acercan de la Navidad y Año Nuevo y Reyes provocarán más oleadas humanas que irán a participar en la Misa en el templo abacial.

Sobre todo, cuando los cristianos ven que no existe manipulación de ningún bando político o social, más ganas le entran de, a pesar de las inclemencias del tiempo, acudir, poniéndose en carretera, a participar de la belleza de una escolanía que canta como los propios ángeles y de unas homilías sencillas, pero vivas y comprometidas.

Craso error de los que habían dicho que allí ya no se diría Misa nunca más. Grave decisión la tomada. Ahora, ante España entera y ante el mundo, la fe mueve montañas y demuestra que los que desean desterrarla del suelo español nunca lo conseguirán, pues desde hace más de dos mil años han sido muchos los que lo han pretendido y siempre ha vuelto la cordura ante la insensatez.

Ojalá aprendan la lección los responsables del desaguisado. Y dejen todo como está en El Valle de los Caídos, el monumento más visitado de toda España. Por algo será.

Tomás de la Torre Lendínez