Escuelas concertadas: penitencia de un pecado anterior
Las patronales de la enseñanza privada llevan toda la razón para protestar contra la merma de pérdida económica, que está dentro del proyecto de ley de los presupuestos generales del Estado. Los actuales gobernantes desean reducir a la enseñanza privada, entre la cual se encuentran muchos colegios de instituciones eclesiales y de iniciativa social, a que algún día tengan que cerrar por falta de medios económicos.
En Andalucía se complica esta situación, como siempre, por ser esta tierra un régimen en el pleno sentido de la palabra. Aquí se pretende imponer a los colegios privados el número de matriculas que han de admitir, sean quienes sea los alumnos. Ya no es suficiente la “zonificación", es decir los niños vecinos del colegio. Ahora, se desea imponer que los alumnos deben ingresar según manden las autoridades ejecutivas de la Junta de Andalucía.
El decreto se apoya en que se pretende dar a los niños y sus familias el derecho de saber cual va a ser su colegio desde que nace hasta que termina sus estudios de primaria, secundaria y bachillerato. El dirigismo es total. Y la libertad de elección de centro es nula. Es una pura estatificación soviética de la enseñanza.
En cuanto al dinero de los módulos de la enseñanza concertada en Andalucía el problema es el mismo que en el resto de España. La rebaja es la misma en el proyecto de los presupuestos generales del Estado.
Mientras, los centros estatales disponen de todo el dinero posible para hacer obras en los centros, para pagar los gastos ordinarios, para subvencionar comidas colectivas del clautro, y hasta para comprar ordenadores personales a los profesores para que puedan utilizarlos en clase, por ejemplo, para colocar las faltas de los alumnos en tiempo real en la red educativa andaluza.
Los colegios privados están siendo atacados económicamente, porque es el punto flaco de su existencia y la de los docentes que en ellos trabajan. En el fondo estos colegios eclesiales o de iniciativa privada han sido los que aceptaron los contenidos de Educación para la ciudadanía sin mover una pestaña, sin sumarse a las objecciones de conciencia que movieron muchos padres, y sin oponerse nunca a las decisiones unilaterales de un gobierno central y regional en el campo educativo.
Quien se pliega una vez, como el caso de EpC, se pone en la hilera de que, algún día, deseen anularte desde el sistema de los módulos de la concertación económica. Esta es penitencia de un pecado anterior.
Tomás de la Torre Lendínez
12 comentarios
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Convendría que rectificara eso, sencillamente porque es FALSO.
Si por un casual conoce usted un claustro que haga comidas colectivas con dinero público debe, INMEDIATAMENTE, ponerlo en conocimiento de la administración que sea competente respecto a ese centro. Y, sabiéndolo seguro, decir el nombre concreto del centro en el que haya ocurrido tal cosa.
Y, si hubiera ocurrido, y lo huebiera usted denunciado con pruebas, aun así debería rectificar esa frase que da a entender que esa corruptela es algo generalizado.
Tampoco es cierto que se disponga de todo el dinero necesario para hacer obras en los centros. Ojalá lo fuera, porque sería lo justo. Pero no lo es.
Tampoco es cierto que se compren ordenadores personales a los profesores. Hay ordenadores, sí, y de ninguna manera hay uno por profesor en ningún lugar de España; y jamás de los jamases esos ordenadores "personales" son realmente personales.
Acusar así de malversar fondos públicos a bulto es gravísimo.
En Castilla-La Mancha se repartieron hace dos cursos académicos portátiles gratuitos a todos los profesores. Teóricamente era un préstamo por dos años, tras el cual podrían comprarse muy baratos o devolverse.
Yo, como profesor de religión, me negué públicamente a recibir ese ordenador, y me encargué de dejar bien claro lo vergonzoso que me parecía el que, al comenzar una crisis económica que ya estaba dejando en el paro a muchas familias del pueblo, los profesores se hiceran semejantes "regalitos".
Además estaba la inutilidad del regalo, pues todos los profesores tenían ya ordenador portátil.
Lo del tema de las comidas, en mi instituto no sucedía, pero en lo demás puedo suscribirlo sin dudas. Además, la tesis general del artículo me parece de lo más correcta.
Quienes han aceptado negociar los conciertos con los gobiernos se arriesgan a estas situaciones.
Y lo peor es que, tras plegarse al milímetro a las exigencias de la administración y machacarnos a los padres, se han llevado un palmo de narices.
Ah!, y seguirán a piñón fijo, erre que erre, tragando lo que tengan que tragar. Todo menos enfrentarse a la situación con un poco de coraje...
Las tragaderas de la enseñanza concertada
http://www.padreobjetor.com/2010/10/las-tragaderas-de-la-ensenanza-concertada/
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Bueno, pues tú lo has dicho: eso no es "portátiles de regalo a todos los profesores". Dígase que te parece una mala gestión. Eso se puede discutor. Mira que me extraña que "a todos" los profesores se les proporcione un ordenador a cada uno, pero concedamos ser cierta 100% la información. ¿Alguno se lo quedó par él personalmente? ¡¡¡Denúnciese, por Dios, con los nombres y apellidos de los chorizos!!!: pero nada de decir que el la pública se come gratis en comidas de claustro a costa del erario público, o que tenemos ordenadores personales gratis. ¿Sabes por qué? Porque es MENTIRA. Porque es atribuir en falso un acto delictivo. Vamos: porque es una calumnia.
Es decir, que la escuela con treinta años de servicios se nos viene abajo, no tenemos espacios, la masificación aumenta, los niños de infantil suben unas escalera espantosas. ¡Vamos una pena!.
La comida nos la pagamos del bolsillo, como todo currante. Ningún claustro recibe ordenadores para uso de profesorado, como mucho los ciclos sacan algo a las editoriales, pero no son de uso personal, pertenecen a la escuela.
Creo que ya está bien de falsear los datos sobre la escuela pública. A nosotros también nos han reducido los gastos, principalmente en nuestras nóminas, así que menos bulos.
De todas formas lo del dinero es una memez en la mayoría de las ocasiones. Cada vez hay más dinero - o lo ha habido hasta la crisis- y cada vez salen peores alumnos con peor educación y peores notas.
El problema es la clase profesoral, una hornada de maestros vedette que se han empeñado en no educar sino en pedir dinero, 3 meses de vacaciones al año, y hacer de los niños conejillos de indias de novedosas "innovaciones" progres.
El resultado es conocido.
Para trasmitir sano conocimiento, despertar inquietudes y habituar a los chicos en las virtudes del esfuerzo, discilpina, ánimo de mejorar las cosas, etc, etc. basta con las sillas, pupitres y pizarras de siempre. Y los maestros de siempre.
Lo primero es fácil, lo segundo habrá que esperar a una nueva generación, mientras tanto el padre que pueda y sea celoso que no deje a un niño entrar en ningún colegio público sin antes escudriñarlo bien, porque le van a dar veneno para su alma.
Y ni un solo maestro va a clamar contra ello para defender a los pequeñines, porque son parte del sistema en su mayor parte.
1.- Jamás se ha pagado mi cubierto en una comida colectiva con fondos del Estado. Me lo he pagado yo, siempre.
2.- Jamás me han regalado un ordenador, ni siquiera me han prestado uno para mi uso personal. Disponíamos de un ordenador para los trece profesores de mi Departamento, y de unos ocho o diez ordenadores para unso colectivo en la Sala de Profesores.
3.- El dinero para obras era el justo, nada de lujos, y todo bien aprovechado.
Por lo tanto, doy la razón a Yolanda y Carmen.
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