El arzobispo castrense reivindica la necesidad de preservar la laicidad positiva de la Constitución

La laicidad positiva no este laicismo agrsivo que tenemos. Hace bien en reivindicarla este arzobispo. Una cosa es un estado aconfesional y otra el aniconfesional

Seguro que los curas modernistas como usted estarán encantados con estás afirmaciones que cimentan la ruina doctrinal de la Iglesia.

Nada más fácil que falsificar los conceptos para poder engañar. El ateísmo es una ideología más, como la religión, y ciertamente no tiene derecho a imponerse con las armas del Estado, como ha hecho algunas veces; muchas menos, por cierto, que las religiones. Pero la laicidad no es sino la democracia en el plano de las ideas, el respeto a todas las que respeten a los demás. Comprendo que los fanáticos, ateos o religiosos, no tengan -ni quieran tener- ni idea de eso, como este clérigo.

Para diego:

No existe ninguna forma de pensamiento "neutral", llámese ideología, religión, ateísmo, o como sea. Cualquier forma de pensamiento supone la asunción de una serie de valores o contravalores, virtudes o contravirtudes, etc.

A mi entender, sólo existen básicamente dos formas de entender la realidad:

 Una de ellas supone la existencia de una Verdad Absoluta, que normalmente viene dada por un Dios o varios dioses o seres transcendentes (es decir, es independiente de los hombres), y la asunción de que esta Verdad Absoluta es inmutable. Luego podemos entrar a discutir si esta Verdad Absoluta se encuentra en alguna de las religiones cristianas, en la musulmana, en el budismo, en alguna otra religión o secta, etc.

 La otra supone la no existencia de una Verdad Absoluta, sino la asunción de que la verdad es relativa y, por tanto, depende del momento histórico en el que nos encontramos, es decir, depende de la sociedad y de otras circunstancias. En este caso, la verdad vendrá definida bien por el conjunto de individuos, a través de sociedades más o menos democráticas o pseudo-democráticas, o bien por un solo individuo o por varios individuos (normalmente agrupados en algún partido político), en el caso de las dictaduras o tiranías. Es decir, en este caso, la verdad relativa viene definida por una serie de ideologías, es decir, no tiene nada que ver con un ser transcendente

Por diversos motivos que serían muy largos de explicar, me inclino por la primera opción, es decir, por la existencia de una Verdad Absoluta, y que esta Verdad Absoluta viene dada por un Dios uno y trino, que se encarnó y manifestó en su Hijo Jesucristo (el cual nos redimió del Pecado sufriendo, muriendo y resucitando por todos nosotros) hace algo más de 2000 años y que esta Verdad Absoluta se encuentra en la Iglesia católica. Hay muchas razones históricas y de otro tipo que permiten argumentar a favor de esta opción.

Por tanto, como puede usted ver, la religión, y menos la católica, no tiene nada que ver con las ideologías, sino con la fe en un Dios que vino a liberarnos del Pecado y de las ideologías.

Por otra parte, creo que se equivoca usted, al menos en el caso de la religión católica, cuando afirma que la Iglesia ha intentado imponer la religión católica por la fuerza a los demás. A mí no me consta que eso haya ocurrido jamás. Y, si alguna vez ha ocurrido, probablemente la Iglesia ya habrá pedido perdón. Por otra parte, el hecho de que la Iglesia católica haya cometido errores o existan pecadores dentro de ella (entre ellos, yo mismo, el primero) no significa que en ella no resida la Verdad de Dios.

Por otra parte, entiendo que a usted, como a otros muchos que no creen en la existencia de una Verdad Absoluta, les cueste creer en la existencia de una Ley Natural o en la recta razón, puesto que quien no cree en Dios es difícil que crea en la Ley Natural o en la recta razón, por lo que probablemente tampoco creerá en la existencia del Bien y del Mal. Pero los que sí creemos en Dios no podemos ni debemos, en ningún caso, admitir que todas las creencias son iguales, sino que existen cosas que son moralmente admisibles y otras que no lo son, sino que son más o menos pecaminosas.

Además, no sé si usted se ha dado cuenta, pero creo que ha identificado usted laicidad (cosa que sí defiende el Papa, si no me equivoco, en su versión positiva) con democracia, sin darse cuenta de que muchas veces la democracia puede estar corrompida por los poderes políticos o por las malas costumbres de una sociedad más o menos democrática o pseudodemocrática.

En todo caso, le pido y le recomiendo que, por favor, no califique usted de fanáticos a los que nos hemos molestado en buscar razones de nuestra fe y estamos convencidos de ella. Y, por favor, no descalifique usted a la Jerarquía de la Iglesia. Si no quiere usted creer en ella, no lo haga, pero no diga cosas que no son ciertas.

Por cierto, una última reflexión: quien dice categóricamente que no existe una Verdad Absoluta está enunciando, quizás sin darse cuenta, una Verdad Absoluta, ya que esa persona no puede saber, a ciencia cierta, si esa Verdad Absoluta existe o no. Dicho de otra manera, es imposible demostrar científicamente la no existencia de Dios, como tampoco es posible demostrar científicamente su existencia, pero sí pueden darse argumentos a favor de su existencia, por lo que, de alguna forma, podemos decir que sí es posible demostrar, con la razón, la existencia de Dios.