Manos Unidas
Artículo publicado hoy en el Diario Ideal, edición de Jaén, página 29.
La Iglesia como siempre se ha adelantado a las necesidades de los más pobres. Cuando nadie hacía nada contra el problema del hambre en el mundo, hace más de cincuenta años, nació Manos Unidas, una institución de la Iglesia Católica, formada por laicos, regida por laicos, que ha financiado más de 25,000 proyectos de desarrollo en todo el mundo, y que ahora ha recibido el premio Príncipe de Asturias a la Concordia.
El resultado económico del premio lo van a gastar en las necesidades de Haití, que tiene muchos sufrimientos tras el terremoto sufrido hace unos meses. Toda la Iglesia se ha alegrado. La cúpula de la Conferencia Episcopal Española ha emitido una nota demostrando esta alegría compartida por el premio otorgado.
Manos Unidas nació al calor de la Acción Católica, parte de cuyos miembros fueron los primeros voluntarios en colaborar en la campaña contra el hambre en el mundo, que siempre coincide con el segundo domingo de febrero, fecha que tiene previo una jornada de ayuno voluntario y las colectas realizadas en los templos entran a formar parte de la recaudación monetaria colectiva.
En Manos Unidas se trabaja de una forma muy concreta: cada ciudad o pueblo recibe la asignación de ayudar a un proyecto señalado de un punto equis de la geografía del hambre en el mundo. En algunos casos los voluntarios de Manos Unidas han ido en persona al lugar ha entregar el dinero para su proyecto de desarrollo.
De esta manera se evita que el dinero se pierda entre las manos de unos y otros; o sea requisado por el cacique local de la región determinada; o desaparezca entre la burocracia de otros grupos similares. El dinero de Manos Unidas es escrupulosamente manejado y administrado.
Por esto, la gente cree en Manos Unidas y en sus mensajes y obras. Cuando llega el momento de la colecta los cristianos son muy generosos, a pesar de la crisis económica que aún atravesamos. La solidaridad es un sello propio de la organización católica.
Cuando, ahora, ha recibido el Premio Príncipe de Asturias, Manos Unidas debe seguir manteniendo su fidelidad a los principios fundacionales, porque ante la comunidad internacional las credenciales de la organización han recibido un adhesión total, ya que su candidatura ha recibido más de 6,300 apoyos de todo el mundo.
Muchos cristianos tienen en Manos Unidas un cauce para dar salida a sus ansias de solidaridad con los más pobres y necesitados, sabiendo que lo que hagan con alguno de ellos no quedará sin recompensa, aunque sea favorecer la construcción de un pozo de agua, proyecto tan necesario para las personas en los pueblos hambrientos.
Nosotros felicitamos a Manos Unidas y a todos sus voluntarios. Son ellos los que recibirán de Dios otro premio superior al que ahora han conseguido.
Tomás de la Torre Lendínez
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