La daga florentina
Los primeros días del curso son propios para las sorpresas. En Veo 7 han hecho un pacto: cada día de la semana habrá un presentador del programa de las 22 horas. Uno de esos días, los martes estará Luís Herrero, quien en la fecha de la presentación pública del proyecto, lanzó una daga florentina al señor Ramírez, director de toda la orquesta.
Sin inmutarse, Luís comentó que el primer invitado a su programa sería Federico Jiménez Losantos, algo que desconocía el omnipresente Ramírez, quien se trabucó, tartamudeó, y atropelladamente salió como pudo del reto.
Las dagas florentinas han sido a lo largo de la historia una de las armas más finas, punzantes e inesperadas. La literatura está llena de estas escaramuzas con la daga en la mano. Unas veces se ven venir. Otras no.
Cuando la daga parte de uno de tu mismo oficio, quien no tiene la valentía de darte la cara, sino que envía a un sicario a realizar la faena, los resultados pueden volverse en contra del poderoso que manda y paga.
El uso de la daga florentina se han utilizado en las cortes de obispos, arzobispos, cardenales y del mismo Papa de Roma, cuando todos estos pastores tenían y eran más gobernantes de tierras y personas, que verdaderos sucesores de los apóstoles.
Cuando se ve el filo blanco del acero de la daga pasar por la espalda propia el escalofrío que recorre la espina dorsal es acusadísimo, salvo que el receptor de la puñalada esté acostumbrado desde niño a ver dagas florentinas pasar por delante y hasta el día de la fecha no haya caído victima de ninguna.
Dentro de la Iglesia, aún, existen cobardes que envían a otros a clavar la daga sin más razones que la envidia, los celos, la antipatía y todo envuelto en un halo de santidad farisaica, tan denostada por Jesús en la cara de los propios fariseos de su tiempo, especie humana que no se ha extinguido y que llegará hasta el final de los tiempos.
Personalmente, deseo el cara a cara, el cantar las cuarenta a quien sea por delante, sin caretas, sin emisarios. Pero para esto se necesita ser libres y valientes, algo que nunca tienen los que matan por la espalda con la daga florentina.
Por esta vez no lo han conseguido. Pero continuarán. Y nosotros lo contaremos.
Tomás de la Torre Lendínez
2 comentarios
De todos modos diré que para superflorentino del periodismo nadie es más que el gran Pedro J. Sus columnas, sus rollazos, sus líos, son monumentos florentinos para salvar la dignidad intelectual del periodismo en la Historia. El gran Pedro tiene la mayor colección de dagas hechas por propia mano. Su ideal del periodismo es reunir todas las dagas periodísticas, incluidas las de Prisa. Véase la idea de que cada daga de cada tendencia presente el programa más importante de su Veo7, su televisión. Veo7 tiene un problema y es que, según su publicidad, es "El Mundo" en televisión pero eso es mentira excepto en el programa "Yo Dona", una revista de progres y de moda de lujo que siempre nos sorprende metiendo o un discurso de Zerolo o un reportaje, uno más, sobre la Memoria Histórica suvencionada por ZP y nunca falta la alabanza más humillada al cine español que pagamos todos y nadie ve. El problema es que Prisa ha fracasado en su televisión generalista, "Cuatro", y el gran Pedro J. no tiene un modelo televisivo de Prisa al que imitar como ha hecho tantos años con "El País". Prisa se ha retirado a la televisión de pago y ha dejado en abierto un canal de información filtrada para progres con nombre norteamericano: CNN+ que ya tiene otro imitador; se trata de Intereconomía que cuenta una bonita y ridícula colección de monstruos de feria que hacen un periodismo machacador y desordenado. En fin, resulta que en el periodismo muchas dagas ni pinchan ni cortan pero escriben artículos larguísimos como monumentos del periodismo envueltos en sus ideas particulares, lo que hace el gran Pedro J . En el periodismo, el gran Pedro J. va quedando porque ZP lo ha querido. Tal vez porque, se dice, que "El Mundo" debilita a Prisa por el centro timorato mientras Mediapro lo hace por la izquierda desbocada, ZP ha concedido al gran Pedro J. un montón licencias digitales y de ahí los tejemanejes actuales del gran Pedro J, más por su posición en la parte empresarial de los medios que por su periodismo.
Como nota añadiré que la idea del periodismo del gran Pedro J. no es muy distinta de la que tiene Luis Herrero, probablemente tienen el mismo origen. Luis Herrero también juega, y muy mal, a todas las dagas que pilla por delante pero, al final, todo era en honor del periodismo al que reverencia como posibilidad suprema de su existencia. Ambos se creen encarnaciones de un cierto tipo de periodismo. El gran Pedro J imagina unos horizontes todavía más amplios que la barriga de Luis Herrero y lo malo es que no los ve a lo lejos como todo el mundo sino que está empeñado en narrarnos los detalles y la extensión del horizonte uno y otro día, lo mismo que hace el periodismo pero a la manera del gran Pedro J (J de "journalist") que no pudo ser Prisa pero que puede, en su cabeza, ser más periodista que Prisa. El periodismo es su horizonte pero quizás, un día de estos, el gran Pedro J. y el periodismo, quedarán detrás, en un horizonte pasado, porque estaremos viendo otro horizonte donde éllos ya no están. ¡Qué horrores nos esperan!, lo que viene después no es mejor, es como el mundo que el periodismo ha soñado pero no ha podido hacer con sus medios.
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