Federico, César y Cristina pueden ser embargados
En España, sabemos que la justicia es lenta, pero llega, cuando menos se espera. En este caso se trata de un asunto con origen en 2005. En Prnoticias, en su sección de Prsalud aparece. Se puede leer toda la noticia pinchando aquí.
Tras la lectura, cada amigo que tiene sus ojos puestos en la pantalla de su ordenador u otro artilugio informático, tiene, como siempre, la libertad de escribir su comentario aquí en este blog.
Mi opinión personal es que no llegará la sangre al río. Pero saco una moraleja para quien tiene un ordenador, un micro, u otro medio de comunicación social: que difícil se hace defender la vida humana de seres indefensos desde el seno materno hasta llegar a un ingreso hospitalario y ser encamados.
Es la civilización de la vida contra la civilización de la muerte. ¿Quién gana?
Y, cómo se combina esto con la libertad de expresión del comunicador sin que pierda el derecho del oyente o del lector a conocer la verdad de las noticias.
Tomás de la Torre Lendínez
12 comentarios
"... desde la Cadena Cope Federico Jiménez Losantos, César Vidal y Cristina López Schichting le propinaron calificativos como ‘asesino’ y ‘líder de Sendero Luminoso’".
Estas acusaciones no equivalen exactamente a lo que se refiere D. Tomás con:
"... defender la vida humana de seres indefensos desde el seno materno hasta llegar a un ingreso hospitalario y ser encamados.
[...]
la libertad de expresión del comunicador sin que pierda el derecho del oyente o del lector a conocer la verdad de las noticias".
Dicho de otro modo: cuando en las noticias se cuenta que la policía detuvo a un asesino en la misma escena del crimen in flagrante delicto, se habla del "presunto asesino", por más que lingüísticamente pueda ser erróneo, para no atribuir una culpabilidad que civilmente sólo un juicio puede establecer.
El verdadero problema es que se tiene la sensación cada vez más clara de que el poder emplea la ley selectivamente para castigar a quienes le molestan, aun cuando estas actuaciones concretas de la administración de justicia sean ajustadas a derecho. Ciertamente, esto siempre ha tendido a ocurrir, pero en España hoy parece que hay impunidad casi total para incumplir la ley si eres amigo, mientras que vives bajo la espada de Damocles si eres enemigo.
Que Dios lo bendiga, D. Tomás.
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No podré seguir la discusión ni poner más comentarios.
Quien siembra vientos,recoge tempestades.
"Llegué el otro día a la terraza de un bar de mi pueblo, Griñón, en Madrid. Tengo un Audi A6, y con mi mujer, aparqué justo enfrente de las mesas y sillas y al lado de un enorme Mercedes 600 SEL V12 con matricula [...] O sea que, si no me equivoco, de 1992. A lo que vamos.
Nos sentamos justo enfrente de los dos coches mi mujer y yo. El dueño del Mercedes era un señor de cincuenta años que estaba tomando algo con su mujer a nuestro lado. En esto, llega un Peugeot 206 de un color inexplicable y todo reluciente, tuneado, feo, con el típico conductor de ventanillas bajadas y música a máxima potencia, que no dejaba de pegar acelerones para que se oyeran sus exagerados tubos de escape. El conductor del Peugeot aparcó en doble fila y detrás en gran parte del enormísimo Mercedes y una buena parte detrás de mi Audi. Entonces, del 206 se bajan dos chavales con los pelos despeinados (o peinados hacia arriba, quién sabe) y engominados hasta parecer acero y se quedaron mirando el Mercedes y mi A6.
Se sentaron los recién llegados en la mesa de al lado con otros tres chavales de características similares, que ya estaban en la terraza. Pero el caballero del Mercedes entonces, y muy educadamente, le dijo al chico que si podía quitarle el coche puesto que se disponía a marcharse ya.
El medio bakala, medio "neng", responde que sí, que ahora mismo, y entre risas con sus amigos comenta por lo bajini "que una mierda. Que mucho coche y mucha gaita, pero que le va a tocar esperar un ratito". Mientras se regocija con sus amiguitos de tan heroica gesta (tambien estos tronchándose de risa) el caballero del Mercedes lleva en el coche ya un rato, con el motor encendido. Harto, tras al menos cinco minutos, le toca el claxon y le dice que haga el favor de quitarle de una vez el coche de atrás. Pero el niñato no tiene otra que contestar que la que sigue: "que te esperes hombreeee, tanta prisa y tanta polla". No parece tener bulla, es más, sigue bebiéndose su caña con los amigos, que de fondo hacen los coros con risotadas cada vez mayores.
Pero ahora viene lo bueno. El señor del mercedes mete marcha atrás y acelera a tope con sus 408 caballos, metiéndole al 206 un estacazo de toma pan y moja que empotra toda la puerta del copiloto para adentro, medio metro por lo menos; todos los de allí nos encontramos, nos tuvimos que quedar pasmados, menos el crío del 206 que se quedó blanco.
Se abalanzan sobre el caballero todos los niñatos bakalas impidiéndoselo tres o cuatro de los que estábamos allí; el dueño del 206 le empieza a gritar al del Mercedes "que si está loco, que si tal..."
El cincuentón se baja tranquilamente (la mujer ni se menea, se queda sentadita en el lado del copiloto) y le dice al chaval que "creía que ya se lo había quitado porque no había visto el coche".
Pero ahora es cuando vino la frase del siglo. Atentos:
"MIRA HIJO: PARA SER CHULO EN ESTA VIDA HAY QUE TENER COJONES Y DINERO y ahora saca los papeles que hacemos el parte y no te preocupes que la culpa la he tenido yo, pero tu coche se va ha quedar un mesecito en el taller, un poco más de lo que tú me has hecho esperar a mí".
La gente empezó a aplaudir. El niñato no, claro, que no sabía dónde meterse y creo que no va ha olvidar esa frase en su vida, je, je.
Casi le pedimos autógrafo al del Mercedes que, por cierto, ni siquiera se abolló. Apenas unos rasguños y restos de la inexplicable pintura del otro, que sí que necesitó chapa y pintura."
http://laalacenadelasideas.blogspot.com/2008/11/una-frase-y-una-leccin-de-antologa.html
Tanto Federico Jiménez Losantos, como César Vidal Manzanares, gracias a Dios, andan bien de ambas cosas. Y, en cuanto a Cristina López Schlichting, como si de lo primero también lo fuera.
Un saludo.
Estoy seguro de que el tal pájaro estaría muy de acuerdo cuando Rufianes dijo aquello de "P... España". Seguro que aquello era libertad de expresión.
Esta gente mintió, machacó y satanizó a un profesional perseguido por motivos políticos, que ha sido absuelto por todos los tribunales de justicia por los que ha pasado. El Dr. Montes tiene ahora perfecto derecho a reclamarles lo que le plazca y sea acorde a derecho.
Y no entiendo a la Iglesia que sigue alineándose con esta clase de gente. Así se siguen quedando ustedes cada vez más solos y más rechazados, con su grupito de inasequibles al desaliento; pero luego lo achacarán a "campañas anticlericales".
PD: ¿Para cuando la canonización del Arzobispo Romero, asesinado por paramilitares por defender al pueblo mientras daba misa? Ah, no, que ese no...
Claaro...
Si a un médico se le mueren los pacientes como moscas y resulta que, antes de su muerte, ese mismo médico ha ordenado administrarles dosis objetivamente monstruosas, va y resulta que nadie es reponsable de que los pacientes se mueran.
Sin embargo, los periodistas sí que son responsables por describir los hechos.
Eso sí es lógica... pero lógica de carnicero (con todo mi respeto a los carniceros, honorabilísima profesión donde las haya).
Si existe una situación como la que usted describe, un periodista no sólo puede,sino que debe describir los hechos. El problemilla está en que el periodista, o los periodistas no se han limitado a describir,sino que han emitido opiniones injuriosas hacia su persona.
Si yo le llamo asesino a una persona,y luego esa persona sale inocente en los juicios que se hacen contra ella,esa persona puede emprender acciones legales contra la persona que ha hecho esas declaraciones.
Puede hacerlo,y si no se está de acuerdo con lo que los tribunales han decidido,se deberá criticar a los tribunales y sus decisiones,y no al acusado.
Y las denuncias del Dr. Montes contra los antiguos comentaristas de la COPE,creo que no se basan en la descripción de los hechos,sino de los insultos hacia su persona. Muchos otros periodistas describieron los hechos,sin que el médico los haya denunciado.
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