Buen director espiritual para el Seminario sevillano

El arzobispo de Sevilla monseñor Asenjo ha cambiado la cúpula del gobierno diocesano. Ha hecho muy bien. La situación de la Iglesia local lo estaba pidiendo a voces desde hace años. En un portal digital ha sentado muy mal el cambio, lo cual supone que el arzobispo sevillano lo ha hecho fenomenalmente.

Uno de los nombramientos esenciales ha sido el de director espiritual del Seminario metropolitano. La persona elegida es perfecta para el cargo, don Antonio Hiraldo Velasco, un sacerdote excelente, que hace años estuvo en las quinielas de alcanzar el episcopado.

Conocí a don Antonio en su etapa de delegado diocesano de enseñanza. Más tarde compartimos mesa de trabajo cuando llegó a ser secretario de la Asamblea de los Obispos del Sur de España. Siempre admiré su trato educado, su mano tendida de amigo de sus amigos, su capacidad organizativa, aunque la salud de creaba algún que otro problema.

Es canónigo de la catedral de la diócesis hispalense. Tiene su vida repartida por la Sevilla cofradiera, cuyo nombre es signo de buen pastor y amigo de todos.

Su firma como secretario de la Asamblea de los Obispos del Sur aparece en los diversos documentos surgidos de las diversas reuniones, que luego son publicados en los Boletines Oficiales de los obispados respectivos.

Ahora, toma la dirección espiritual del Seminario sevillano. Lo hará muy bien, porque es un cura que cree en la sería preparación espiritual de los futuros sacerdotes, apoyando la vida de los candidatos en los valores humanos, en la excelente formación intelectual, y en una probada y eficaz vida espiritual, que aleje a los futuros curas sevillanos del relativismo y de la secularización, siempre en comunión con el pastor diocesano.

Monseñor Asenjo ha tratado al señor Hiraldo Velasco desde su llegada a Andalucía. Ahora le confía la dirección espiritual de los seminaristas: un cargo de máxima confianza.

Nosotros le deseamos a don Antonio mucha suerte en este nuevo servicio eclesial. Lo hará bien como siempre. Que Dios le ayude en esta misión.

Tomás de la Torre Lendínez