De la prensa a la música coral en el Sacromonte
En el marco de los actos organizados con motivo del IV Centenario de la Fundación de la Abadía del Sacromonte, de Granada hoy domingo 30 de mayo tendrá lugar un concierto de música sacra en la Abadía del Sacromonte, titulado “Espiritualidad sacromontana”.
El Coro litúrgico de la Abadía del Sacromonte, que dirige el sacerdote diocesano y canónigo D. Jesús Blanco Zuloaga, será el encargado de ofrecer este concierto, que tendrá lugar a las 12:30 horas, en la Iglesia Colegiata, tras la Eucaristía. La entrada es libre.
D. Jesús Blanco introducirá cada pieza musical con una explicación. El programa musical comprende: “Gaudeamus omnes” (gregoriano), Himno Laudes San Cecilio” y “María Magdalena” (J. Blanco), “Ave María” (Victoria), “Ecce panis” (J. A García), “O salutaris” (Ruiz Aznar), “Envía tu Espíritu” (A. Peinado), “Cielos lloved” (L. Deiss), “Cómo podría…” (con letra de F.R. Ratia y música de J. Blanco), “Un prodigio, pastores” (anónimo), “Miserere” (Otaño) y “Subir al Sacromonte” (con letra de A. Pérez Casanova y música de A. Peinado).
Hace unas semanas, aquí en El Olivo, dejé escrito que el señor Blanco Zuloaga era uno de mis maestros. En aquella fecha presentaba un libro con sus últimos artículos de prensa, a la que abandonaba por motivos de una afección ocular.
Hoy, es noticia porque hace la introducción a cada pieza musical del concierto de esta mañana en la abadía sacromontana. Admiro mucho a los curas que trabajan hasta el último suspiro. Son curas todoterreno. Se les cierra una puerta y abren otras tantas para seguir con las manos puestas en el arado sin poner la vista atrás, sin rendirse ante ninguna dificultad.
El sentido clásico de su formación le lleva a don Jesús Blanco a encontrar, ahora en la música y sus comentarios, el servicio pastoral e intelectual que lleva dentro.
Esperemos que el acto sea un éxito musical, pastoral y espiritual.
Tomás de la Torre Lendínez
1 comentario
Desmerece la obrita en lo melódico, en lo contrapuntístico y en lo estructural, además de ser fea de narices.
Ninguna edición contemporánea del autor la contiene, y además es desconocida hasta el siglo XIX.
Es cierto que hace unos diez años se hizo un extraordinario descubrimiento: los Salmos de Vísperas, obra hasta entonces desconocida y perfectamene auténtica, pero se encontró una fuente manuscrita y contemporánea.
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