Guadix, una diócesis para siempre
En el Sic encuentro esta escueta nota de prensa:
“En relación a informaciones publicadas en varios medios sobre la integración de la Diócesis Accitana en la Diócesis de Granada.
En relación a la información aparecida en una columna del periódico Ideal de Granada y en otros periódicos digitales y blogs, en la que se anuncia la posibilidad de que la diócesis de Guadix vaya a quedar integrada en la diócesis de Granada, el obispo de Guadix, Mons. Juan García-Santacruz, que se encuentra participando en la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española, quiere manifestar, a través de esta Oficina de Comunicación y de esta nota de prensa, que no es cierta la información que aparece en dichos medios.
En palabras textuales, el obispo manifiesta que “no es cierto que la diócesis de Guadix vaya a quedar integrada en la diócesis de Granada. De hecho, se espera que en poco tiempo se haga público el nombramiento del nuevo obispo de Guadix”.
Con este desmentido, el obispo de Guadix sale al paso de informaciones que no son ciertas y que crean confusión.”
Hace muy bien monseñor García-Santacruz en cortar las especulaciones sobre el futuro de una diócesis Guadix, que hunde sus raíces en la era apostólica, cuando San Pedro envió desde Roma a los Siete Varones Apostólicos para evangelizar el oriente de Hispania: Murcia, Almería, Guadix, Granada, Jaén y Málaga. Estos valientes llegaron a las costas murcianas y almerienses y se fueron adentrando hacia las diversas tierras que desconocían el evangelio de Cristo.
En Guadix, civitas romana, se quedó a predicar Torcuato, quien tras un largo y espléndido fruto evangelizador, llegó a ser el primer obispo de Acci, que era el nombre romano de la ciudad, y donde fue martirizado derramando su sangre para que fuera semilla de nuevos cristianos. Y así fue.
La diócesis accitana presentó a su obispo al concilio de Elvira, en tierras granadinas, en el año 303, donde aparece en la lista de los asistentes. Tras la paz constantiniana, el resurgir del cristianismo en aquellas tierras fue floreciente, llegando hasta la invasión árabe posterior al año 711. Durante ocho siglos las gentes de la tierra diocesana estarán dominadas por la religión islámica, sucediendose etapas de paz y otras de persecución de los cristianos. Guadix será conquistada por los Reyes Católicos camino de la liberación de Granada, última capital del reino nazarí.
Tras la Reconquista, en Guadix comienza a levantarse su sencilla pero bella catedral, con planta de tres naves, cortada la central con un coro con escaños tallados en madera, con un sencillo altar mayor bajo la bóveda principal. La girola, el crucero y las sucesivas capillas laterales le dan a la catedral accitana una gran majestuosidad. En este monumento trabajan arquitectos como Diego de Siloé.
El tesoro artístico de la catedral es abundante. En los últimos años se ha levantado un museo muy visitado donde se encuentra todo el acervo patrimonial. Es de destacar el archivo catedralicio cuyos fondos son fuentes del histórico pasado de la diócesis de Guadix.
En el episcopologio se encuentran obispos de fuste espiritual y pastoral. Cabe destacar, en los últimos años, del siglo XIX a don Maximiano Fernández del Rincón y Soto-Dávila, natural de Jaén y fundador de las Religiosas de la Presentación de Granada. A su vera se formará el sacerdote don Pedro Poveda Castroverde, fundador de la Institución Teresiana y gran servidor de los habitantes de las cuevas de Guadix. Hoy es San Pedro Poveda.
Durante la contienda civil, de 1936-39, la diócesis accitana sufrió mucho. Fueron fusilados el obispo don Manuel Medina Olmos, hoy beatificado por el Papa Juan Pablo II y bastantes sacerdotes, cuyos nombres están esculpidos en unas lápidas colocadas en el trascoro catedralicio.
La diócesis de Guadix por su propia historia eclesial no puede adherirse a Granada, aunque geográficamente estén en la misma provincia. La diócesis de Guadix lo que necesita de modo rápido es nombrar su nuevo obispo y pastor. Y seguirá caminando y evangelizando a los vecinos que le corresponde en su territorio diocesano, gente de buen carácter, afable, y de una profunda fe cristiana aprendida y heredada desde los tiempos del primer obispo y mártir San Torcuato.
Tomás de la Torre Lendínez
2 comentarios
Gracias por su articulo bien documentado.
Pienso que los habitantes de Guadix no desearian perder el obispado y unirse al de Granada.
Sería dar un paso atrás.
Una curiosidad: según la tradición, uno de los varones apostólicos llegaron a Andlucía Occidental. Uno de ellos, San Hiscio o Esiquio fundó la sede de Carteya, hoy campo de ruinas romanas en el fondo de la bahía de Algeciras, en el cortijo del Rocadillo.
Acabadas las persecuciones, la sede fue trasladada a un lugar más conveniente del interior, a Asido o Asidonia, la actual Medina Sidonia. Tras la reconquista, la sede fue trasladada de Medina Sidonia a Cádiz.
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