Premio para un cura extremeño
El sacerdote pacense, párroco de Alange y escritor, Jesús Sánchez Adalid, ha sido premiado con la Medalla de Extremadura, que se entregará el 7 de septiembre en el Teatro Romano de Mérida en el acto conmemorativo previo al Día de Extremadura.
La “Medalla de Extremadura” tiene por objeto reconocer, distinguir y recompensar a aquellas personas y entidades, cualquiera que sea el ámbito de su actividad que, dentro o fuera de Extremadura, hayan destacado por sus méritos o por los servicios prestados a la Región.
En el caso de Sánchez Adalid el Consejo de Gobierno, al asignar las Medallas de Extremadura 2009, destacó “su sobresaliente y exitosa trayectoria como escritor, así como su amor y dedicación a la tierra extremeña”, que lo hace “merecedor del más importante premio que concede la región”.
Además, afirma que “al margen de su faceta como escritor, la trayectoria profesional de Sánchez Adalid destaca y sorprende, mostrando a una persona que no pone trabas a ampliar sus conocimientos y a la vez es capaz de renunciar a los progresos de una carrera laboral -en la que ejercía de juez- para convertirse en cura de pueblo, tan aplicado a sus quehaceres”.
Junto a Jesús Sánchez Adalid recibirán esta Medalla el dramaturgo Miguel Murillo autor de la obra La estrella de Hervás que anualmente se representa en un marco singular del pueblo hervasense, en el valle del río Ambroz, dentro de las fechas de Los conversos, durante las cuales se resalta la vida en común del pueblo judío y el cristiano; los periodistas Pepa Bueno, Tomás Pérez y Fernando Hernández, a título póstumo, el pueblo portugués de Barrancos, el Observatorio de Derechos Humanos del Colegio de Abogados de Badajoz, la socióloga Mª Ángeles Durán, la soprano Mª Coronada Herrera y Pablo Campos, investigador.
Del sacerdote Jesús Sánchez Adalid son conocidas sus novelas ambientadas en momentos decisivos de la historia, incluida la extremeña; además, los numerosos premios recbidos en el ámbito literario, le han convertido en un autor muy leido y fervorosamente seguido por miles de amigos.
En la fecha en que conocí a Jesús Sánchez Adalid estuvimos hablando un rato. Encontré un cura de pies a cabeza; una persona con una formación muy grande; un ciudadano muy observador de cuanto le rodea; un cristiano preocupado por la evangelización y el seguimiento de Cristo en su Iglesia; un juez metido a cura de pueblo por vocación; una pluma excelente que nunca utiliza como daga contra nadie. Desde aquí le felicitamos de corazón.
No son estos tiempos para premiar a los curas. Pero cuando se premia es necesario destacarlo y alegrarse con este hecho.
Tomás de la Torre Lendínez
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