12.06.22

"Querido Chocoleta"

“Para que el futuro no sea un tiempo de desolación, sino de construcción y de esperanza”

Por leída esta frase comprendí que había sonado el largo tiempo esperado clic que serviría para decidirme a escribir (o no) sobre algún tema que me interesara.

El autor de la frase, tal como yo, fue invitado a escribir en un diario y de cierta forma que le despertaba temor; por esa razón (lo mismo que yo) lo postergó hasta no escuchar el clic

Que por haberlo escuchado, heme aquí, para mayor gloria de Dios.

Este encabezado estará presente en las publicaciones que haré en este estilo.
Tendrán solo fecha y estará dirigido a un personaje ficticio o no a quien mencionaré con su “querido apodo o nombre” al final.

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11.06.2022

No tenía idea de mi cuando te conocí así que, en una que va y otra que viene, sobre todo porque me lo había buscado, fuiste irrespetuoso y te pagué con crueldad.

Eras apenas un niño comparado con esta personita que recién estrenaba sus veinte años. 

Aquella era una buena edad para haber aprendido algunas cosas pero no, no había aprendido casi nada ni contaba con la inteligencia y tacto para hacer frente a la situación.

Desde aquel día dejamos de cruzar palabra. 

En retrospectiva, no se cuánto afecto hubo entre nosotros pero me parece que fue suficiente. De mi parte, suficiente como para no acercarme y, de tu parte, para  hacerlo.

Treinta años he tenido para entrenarme en el hábito de que, cuando te veía a lo lejos, disimular no haberte visto; no solo por pudor sino por vergüenza.

Hoy te vi caminando muy decidido en dirección a mi. 

“Cielo, bendito! Aquí viene después de tantos años! Qué tendrá para decir?”, pensé.

No recuerdo las palabras precisas pero como dicen los que saben que no aprendemos por lo que nos dicen sino por lo que nos hacen sentir. Debo decirte que fuiste un maestro y conservo un recuedo de bienestar. 

Tenías mucho que decir de tal forma que, con alguna dificultad, sostuve tu mirada hasta que diste por concluido el discurso. . 

Me di cuenta de inmediato que habías llegado a ser un señor inteligente de corazón sincero. De esos que tanto agradan. 

Caray! Fue espectacular escuchar cuanto habías reflexionado y la conclusión a la que llegaste por lo que, fue apoteósico, cuando arribaste a la parte donde me pediste perdón. 

Me pregunto ahora, durante cuántos años te habrás preparado? Cuántas veces me habrás visto por la calle e indeciso pasaste a mi lado, arrepentido y avergonzado, al igual que yo? Cuánto habrás tenido que examinarte y cuánto habrás tenido que corregir para llegar a este día? Estoy segura que no fue tanto por la cantidad de años sino por lo que tuvo que haber sido llorado y enmendado.

Quién en el mundo se toma el tiempo para elaborar un discurso con el que pedir perdón a una persona con la fue irrespetuoso cuando tenía 14 años?

En algún punto hablaste de Dios, dijiste haberte encontrado con El; debe haber sucedido ya que, no es común una historia como la nuestra; me corrijo, más bien, como la tuya de la que nunca sabremos cuándo y cómo fue que reanudó la vida tu corazón de carne; o de chocolate, debería decir. (Quién te habrá puesto así?)

Querido Chocoleta (*):

Aquel día acepté tus disculpas y te perdoné. Me disculpé y pedí perdón también ya que, durante tantos años, no fui capaz de sonreírte cuando pasabas a mi lado, tal como -de ahora en adelante- podré hacer.
Gracias. 

 

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(*) Chocoleta es un helado de vainilla con cubierta de chocolate.

1.06.22

La gracia, como el agua, todo lo sostiene

Las personas realizan pequeños gestos que, sin ellas saberlo, te cambian la vida.

A mí me la cambió el profesor que explicó al grupo la razón por la que tuve la calificación más alta. Nunca antes nadie me había hecho saber públicamente que consideraba valioso mi esfuerzo.
Otro que me la cambió fue un neo-sacerdote a quien tenía muchísimos años de no ver y el día de su ordenación, al saludarlo, recordaba mi nombre. Desde ese día valoré conocer el nombre de las personas.

Benedicto XVI también cambió mi vida por cuanto dijo e hizo con tanto significado.

De las primeras cosas suyas que recuerdo es una frase que me hizo llegar el profesor de teología un día al final de clase cuando nos repartió una estampida que decía “No somos el producto casual y sin sentido de la evolución. Cada uno de nosotros es el fruto de un pensamiento de Dios. Cada uno es querido. Cada uno es amado. Cada uno es necesario”

La cita fue extraída de un mensaje que diera el papa a los participantes del “Atrio de los gentiles”, una iniciativa suya, que se desarrollaría en Portugal en el año 2012.

El foro fue pensado para reunir a creyentes y no creyentes en diálogo sobre temas fundamentales y que, por largo tiempo estuvo a cargo del Cardenal Ravasi dando frutos -sin embargo- para aquél año el papa quiso ofrecer un poco de aire fresco a la conversación y, en ese tono, fue que redactó su intervención que vale la pena leer.

Allí dijo que el mundo de hoy es “casi como los edificios de cemento armado sin ventanas”; lo que me hizo recordar el Museo de la Nación en Lima y también, lamentablemente, el nuevo edificio de la Asamblea Legislativa en mi país, Costa Rica.

En Perú el edificio fue construido para que los altos mandos del ejército estuvieran a salvo y más tarde fue dedicado al arte (según me explicaron) pero, en un país sin ejército como el mío, para qué querría el segundo poder de la República “encerrarse” cuando estar en contacto con el exterior sería lo razonable? Pero, bien, eso fue lo que hicieron: un edificio sin ventanas.

Últimamente, se ve cada vez mayor cantidad de personas que prefieren aislarse; la pandemia lo hizo evidente y lo recrudeció. De tal modo que, si ya veníamos siendo “raros”,  a largo plazo, lo seremos todavía más.
Evitarán el delirio de hallar agradable el aislamiento aquellos que hayan podido rechazar ser comandados por la tecnología y los propios temores. Quienes hayan conservado su libertad en contacto con otras personas, con el aire libre, el arte, la música, la cultura, la agricultura y todo lo que nos había venido haciendo humanos desde que suponemos haberlo empezado a ser.

Por supuesto, muchos serán creyentes y, todavía mejor, católicos de “hueso colorado”, me aventuro a asegurar ya que habrán recibido la gracia de comprender de modo diferente y vivir confiadamente de manera singular, tal como coincide con quien se sabe amado, querido y necesario. Para ellos no habrá hecho falta más que saber de qué manera ama Dios sus propios pensamientos; tal como a María. Qué belleza de pensamiento es la persona de la Madre de Dios!

Si somos “fruto del pensamiento de Dios”, parece lógico afirmar que “somos pensamiento de Dios hecho materia”; pensamiento materializado (*) que posee alma o espíritu a semejanza de su Creador debido al que su pensamiento y el nuestro, por gracia, se comunican.

Pregunta san Cirilo de Jerusalén : “¿Por qué motivo [Dios] se sirvió del término agua, para denominar la gracia del Espíritu?” y responde: “Pues, porque el agua lo sostiene todo”

De ahí es que concluyo que el corazón de la Madre es el mayor yacimiento que gracia que cualquier criatura podría jamás poseer y que por esa razón, una vez en su corazón, partir se hace imposible. Y es de ahí, también, que sea tan sencillo hallar en el suyo al Corazón de Jesús y de paso, a mismísimo san José para, finalmente, hallarse como en familia. Todo es acción de la gracia cuyo yacimiento infinito es el corazón de María.

De ese modo, la gracia todo lo sostiene y a la manera del agua y, para que sea de mayor provecho, lo mejor es que sea encausada, por lo que el espíritu humano o alma, viene a ser ese cauce para el agua que da Dios y que san Cirilo describe como “una nueva clase de agua que corre y salta; pero que salta en los que son dignos de ella”.

Tal me parece que de toda la creación, su mejor parte, es el alma en las criaturas.

Por esa acción de la gracia es como “el pensamiento de Dios” que es cada uno de nosotros, cobra vida. Vida verdadera que habíamos perdido pero recuperamos por el sacrificio redentor de Cristo.

De ahí es que ahora vivimos en Cristo para Dios sostenidos por el agua que es la gracia del Santo Espíritu.   

Amen

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(*) “Pensamiento materializado”

Quisiera aclarar a qué me refiero cuando utilizo ese término.  

Me gusta la idea de concebirme como pensamiento de Dios materializado ya que se me facilita poner mi alma en sintonía con la suya, sobre todo en momentos que la realidad no es lo que esperaba o me hace sufrir. No encuentro que exista nada mejor para mi que, por ejemplo, sentir dolor y saberme amada, querida y necesaria debido a que mi vida, pensada por Dios y por gracia, circula por su mente como uno de sus pensamientos. Al final, seré la criatura que Dios pensó de mi al crearme.

5.05.22

"¿Cuántas perplejidades y aflicciones tendré que soportar?"

Algunas personas me escriben en busca de respuesta a la perplejidad que deriva de tanto que sucede en la Iglesia y en el mundo pero no tengo otra cosa que decir más  que lo leído al padre Iraburu (1) : “orar y confiar en la Divina Providencia” ya que, en intimidad con Dios somos regalados con la certeza de que en Jesús, nuestra Esperanza está viva.

El Santo Rosario es parte de tanta oración como la que tendríamos que hacer para que, realmente, “nuestra fe y nuestra esperanza se centren en Dios”

Y es que, ahí nos lleva la Resurrección ya que, no parece que tenga otra finalidad que llevarnos a la certeza de que nuestro centro es en Dios.

Así se nos vino revelando desde tiempos de los patriarcas en tanta figura que se nos fue presentando para que llegásemos a comprenderlas al momento llegado.

Y es que, no parece que sea fácil comprender; existe demasiado asunto que interponemos entre Dios y nosotros para abrirnos completamente a la confianza. Tantísimos, que no se si alguna vez, sin ayuda de Dios, la intercesión de María y todos los santos, lo conseguiremos antes de morir; probablemente será algo para obtener en el Purgatorio.

Ahora bien, digo que el Rosario es fundamental; lo digo porque, desde mi experiencia, se ha vuelto asunto vital.

No creo que pueda dejarlo y, si no pudiera rezarlo, dejaría encargado a la Madre de Dios que tome cada una de mis aspiraciones como un Avemaría; si fuera el caso de que, enferma, no lo pudiera rezar. Tanto así lo necesito y, aunque ahora no lo comprendo, espero confiada en que mis oraciones son, para mayor gloria de Dios, un servicio a las almas por manos de Santa María,

Hace unos días leí las promesas que ha hecho Nuestra Madre a quienes rezan el rosario a diario; son un montón y de una gran belleza y profunda generosidad.

Qué bueno que empecé a rezarlo sin conocerlas porque, es capaz, que lo habría hecho por interés. Qué vergüenza.

El caso es que no fue así y que, aunque ahora las he leído, también las he olvidado y no pienso buscarlas para recordarlo.

Solo quiero estar al servicio de la Señora tal como soy ya que, aunque he sido creada portentosamente también sumamente chirrisquitica. Casi invisible, según alguien quisiera buscarme dentro del universo. De alguno buscarme, yo sería algo así como un quantum del que solo se sabría que existe por sus manifestaciones.

El otro día un científico describió en un gráfico el universo de manera que parecía un fondo color negro con un patrón de pequeñas espirales que representaban las galaxias.

Ya sabemos que las galaxias son gigantescas y que para recorrerlas hacen faltan millones y millones de años. En la vastedad de una sola galaxia está la Vía Láctea y allí, como el más insignificante, el Sistema Solar y allá, todavía menos visible, el planeta Tierra, con todos nosotros dentro. 

“Opa! Te encontré, Maricruz!” podría haber dicho aquél que me buscaba. 

A esa distancia no sabemos si fue que ya existimos o sí apenas empezará el juego.

A esa distancia no sabe uno ni siquiera qué es el tiempo. Qué podría ser si ni siquiera nada parece moverse o ninguno de nosotros siquiera respirando?

Claro, el universo visto de esa forma lo hace a uno pensar que verdaderamente, siendo que somos tan chirrisquitos, nada debería inquietarnos ya que para existir o dejar de hacerlo, bastaría menos que un clic.  .

Por eso es que, tan solo existir ya es una maravilla de la que, en este universo infinito, solo Dios se da cuenta. El se da cuenta. 

Pueden creer que toda la atención de Dios, que bien se podría estar ocupando de muchos otros asuntos, está puesta sobre cada uno desde siempre y para siempre?

Por eso que, a quienes consultan sobre cómo enfrentar la perplejidad, les digo que “La enfrento como enseña el padre Iraburu, orando (y rezando el rosario) y, de paso, meditando sobre tantas cuestiones sobre las que Dios me da meditar”.

Les aseguro que la perplejidad se pasa rapidito y todo vuelve a ser alegría y paz, tanto como aquél tercer día de la primera Pascua.

Amen

Les dejo esta preciosa oración a San José.

Oh, San José, elegido para ser el castísimo esposo de María y padre del Niño Jesús, y elevado a condición de Patriarca de la Santa Iglesia. Vos, que sufristeis tremendas perplejidades, vedme por los mismos caminos que anduvisteis porque también estoy en esta tierra para ser probado.

¿Cuántas perplejidades y aflicciones tendré que soportar?

Por los méritos de la perfección con la que enfrentasteis todas las perplejidades y, en especial, la pérdida del Niño Jesús durante tres días, os pido: en mis aflicciones, dadme paz, la serenidad, la tranquilidad y la confianza en Dios que Vos tuvisteis en aquellos momentos.

Así sea.

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(1) El padre José María Iraburu, Director de este portal, ha escrito recientemente una serie titulada Alegres en la Esperanza, que he leído con avidez y ya rinde fruto por gracia de Dios. La recomiendo. 

31.03.22

Se aburrió de dar misa

Han corrido mares de tinta con lo de Will Smith asestándole un golpe al presentador de los Oscar; supongo que algo parecido sucedió cuando San Pedro le cortó la oreja al romano. Y no digo que haya corrido tinta pero, sin duda, habrá dado de qué hablar.

Así somos.

Fuera de que sea legítima la violencia para defender a un inocente, todo lo que se diga, sobra; como sobró acerca de san Pedro, por lo que los hagiógrafos solo mencionaron el hecho; como para que no quepa duda de que “pensamos como los hombres y no como Dios”.

Y sobrará casi todo lo que diré a continuación hasta poco antes del final.
Y para qué lo digo? Para explicarme.

Yo misma he tenido recientemente un impulso violento debido a abusos en la liturgia que mantienen mi alma en vilo durante la misa. Y como no dale una bofetada al sacerdote, decido hacerme violencia. En qué sentido? Lo sabrán hasta el final.

Si, uno se pregunta cómo asistir a misa en paz cuando del sacerdote no se entiende que abiertamente ofende las rúbricas del Misal Romano y la Instrucción General, además de cuanta otra cosa nos ha dejado Cristo en su Iglesia para mostrarnos cómo realizar el culto que Dios, Creador y Rey, exige y tiene derecho a recibir.

Todos lo sabemos, Yahvé dejó dicho Moisés,  dijo: “Yo soy” y “Yo soy, te ordena cumplir escrupulosamente con las normas del culto que te he dado, so pena de muerte”

Si, y de hecho, morimos; o, acaso no nos hace morir de a poco la perseverante rebelión en el incumplimiento del deber? Por supuesto!

“Morirás”, así lo dijo, justo así y así lo transmitieron de generación en generación hasta el día de hoy las autoridades; entre ellos, Benedicto XVI y, recientemente, Francisco con Traditiones Custodes, que -además de “regular” la forma extraordinaria del rito romano (al que, por cierto, ya no debemos llamar de ese modo)- se debe seguir al pie de la letra los libros litúrgicos, pero no… nadie logra convencerlos de que las normas existen para dar forma en nosotros a la fe, la esperanza y la caridad.

O es que, acaso no es cierto aquello de “celebras tal cual es tu fe”, tu esperanza, tu caridad? Pues si, uno lo verifica en la vida real: se sabe cómo es tu fe según celebras misa, ya seas sacerdote o seglar. 

Sin duda las letras rojas en el misal no solo contienen lo que, por miles de años se ha recopilado, reflexionado, ordenado, estructurado por orden del mismísimo Dios sino que constituyen el cincel que moldea.

No, no es tal como dijo hace poco un sacerdote que “la liturgia es invento de teólogos del Vaticano”, no, la Liturgia es cosa de Dios; o acaso no dice Sacrosanctum Concilium que Cristo en “la Liturgia es fuente y culmen de la vida de la Iglesia”? Por eso la Liturgia moldea y además, moldea según la figura de Cristo.

Hasta aquí pueden darse cuenta cuánto me apasiona el tema. Yo se que a muchos les sucede igual y hasta peor ya que, van más allá de la denuncia, pasan de ahí a la denuncia violenta y terminan en el sedevacantismo.  

El asunto es que, sin la gracia para gestionar los sentimientos y corregir algunos pensamientos erróneos, por guerrear contra los abusos litúrgicos, perdemos de vista la belleza del Misterio de la Santa Misa el que, no por causa del sacerdote, deja de existir.

Pero, entonces, para qué elijo prestar atención a lo visible cuando me hace perder de vista que, en lo invisible, el “sacerdote incumplidor de normas litúrgicas”, posee un alma tan bella como la mía, igualmente digna y amada?; Pero además, al igual que yo, se pone zancadillas a sí mismo en el tema de amar a Dios por sobre todas las cosas?Q ué parte del Misterio de Cristo se esfuma por causa de cualquier pecador?

En este punto nos damos cuenta que las exigencias del culto son camino de conversión ya que, por ejemplo, así como me tomo meses decidir comulgar de rodillas y en la boca, para unos religiosos habituados en desconocer las normas litúrgicas, entrar en familiaridad con ellas debido a que el deber lo exige, también será camino de conversión; en otras palabras, si fue camino de conversión para Leví y Aaron, por qué no para nosotros?

Se conoce el caso de religiosos que, por ejemplo, al ser asignados a una parroquia se han visto ante el imperativo moral de obedecer a la Iglesia o continuar en lo suyo. 

Mucho de esto quisiéramos que no sucediera, de hecho, preferiríamos que los sacerdotes se volvieran más y más amantes de la Liturgia pero a veces sucede lo contrario, y algunos improvisan, crean, modifican u omiten durante la misa; tal como si el Santo Sacrificio necesitara algo más de lo que contiene

Los obispos están llamados a poner orden, sin embargo, administran el orden en unas cosas pero no en otras aun cuando son del mismo tipo y, siempre por “razones” pastorales que no consiguen explicar en profundidad.

Efectivamente, podría ser que alguno llegara a sentir impulso violento al ver lo que sucede en el presbiterio pero, eso no toca. No toca violencia.

Toca mirar con los ojos del alma bella que el Señor se ha desgastado en formar.

Toca hacer violencia sí mismo para dejar caer la espada y cambiarla por el silencio ante Pilato.

Toca perdonar.

Toca orar.

Tocar hacer lo que nos hemos venido haciendo.

Por eso, si pareciera que el cura se aburrió de dar misa, esto es lo que toca.

Deo omnis gloria!

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Nota: Esto es lo que toca y quizá, según discernimiento, comentarlo al propio sacerdote u obispo.

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Post-post

Me parece que, sin proponérmelo, empecé a hablar de algo que estoy empezando a comprender gracias al padre Iraburu en su último artículo “La esperanza sana y eleva la memoria”

19.03.22

De cuando rezo el rosario (XI) "Ahí está su corazón"

“Nosotros amamos y razonamos porque Dios ama y razona y nos toma de la mano mientras lo hacemos” C.S. Lewis

 

Mucho de lo que siempre estuvo lejos de mi ahora está cerca, me refiero a que antes resultaba difícil tener cerca a vecinos hare-krishna pero ahora no, antes costaba muchísimo hallar mentirosos pero ahora no; antes, nuestros inquilinos eran familias, ahora son parejas en unión libre. Antes, los jóvenes con atracción por el mismo sexo, no se dejaban ver por el pueblo, pero ahora si y así con todo. Ahora está cerca la pobreza, la mentira, la ira, la soledad, pero también, muy mucho también y sobre todo, están cerca o se dejan ver con mayor claridad los dueños de un buen corazón, los vecinos solícitos, los amigos con ánimo de ayudar, los parientes amorosos y así con todo. O sea, si por un lado, al abrir la puerta nos encontramos con todo aquello que tuvimos lejos, también lo que no sabíamos que tuvimos cerca todo el tiempo y eso nos da tranquilidad, mucho consuelo y la mayor parte del tiempo, mucha alegría, cuando lo piensas bien.

Porque si, es pensarlo. No es fácil tener cerca toda aquella novedad y no entrar en estado de alarma, temer, dudar, sentir incertidumbre, etc. Una cosa nueva con qué batallar como si ya no fuera poco la pandemia y demás.

Es por eso que nos inclinamos a prestar mayor atención a lo que no teníamos cerca que a lo que siempre hemos tenido y que, gracias a toda esta trifulca, no habíamos notado o, no había florecido ya que, hasta eso, muchos han “florecido” por lo que -a veces- encontrarnos con ellos, es como entrar a un campo florido,literalmente.

Una joven psiquiatra española de nombre Marian Rojas Estapé, llama a todos esos que nos cautivan con su vibrante energía, “personas vitamina”. De hecho, ha escrito un libro al respecto y, aunque solo la he escuchado en algunas conferencias y entrevistas, me doy cuenta que razona y lo hace muy bien; por lo que ha de estar ayudando a muchos ya que, dice además que “lo hace por amor”.

Ella menciona los procesos mentales, tal como cuando entramos en estado de alarma y que debido a la activación del cortisol, dejamos de distinguir la realidad de la ficción, por tanto cometemos tremendos errores de razonamiento y tomamos pésimas decisiones; un ejemplo sería esos casos tan graciosos de personas que, ante la declaración de pandemia, salieron a comprar bolsas y más gigantescas bolsas de papel higiénico. Con todo así, unas veces serán cosas graciosas pero muchas no lo serán ya que, habiendo perdido capacidad para distinguir  lo falso de lo verdadero, muy fácilmente entramos en episodios de ira -por mencionar algo- que nunca tienen consecuencias positivas.

Recomiendo escuchar a esta médico para aprender aspectos científicos muy valiosos sobre nuestra persona y así, llevados de la mano de Dios, dar la cara a lo real con la mente y el corazón preparados y así reaccionar con amor. No es imposible porque es cosa de Dios que da el querer y el hacer.

Tendremos más aguzada la vista para descubrir lo bello, bueno y  verdadero; lo que - indefectiblemente- nos hará florecer, si es que no lo hemos hecho. Qué cosa bella sería que alguno, alguna vez dijera de nosotros que, recibir nuestro saludo, es como ver sonreír una flor! Qué tanta gracia, bien y verdad! No es cierto?

Es como ese precioso video que descubrí hoy y que vengo a mostrarles. Deben verlo para que comprendan lo que diré de seguido.

De seguido, diré que me conmovió muchísimo, pero no porque sea mamá sino porque soy hija.

Me puse en el lugar de los bebés y quise pensar cómo habría sido para mi en la barriga de mamá y, por supuesto que, de inmediato, habría el miedo desaparecido completamente.

¡Qué belleza, Señor, es la vida y de qué tantas maneras nos cuidas, fortaleces y consuelas!. Sobre todo cuando nos sabemos pequeños y vulnerables. 

Será por eso que Santa María, Madre de Dios y Madre mía -de cuando rezo el rosario- me hace escuchar el latido de su corazón. Todas las veces. Siempre. Aun cuando no lo estoy rezando. Solo detener mí rutina para rezar un Avemaría y, de inmediato: ¡Ahí está su corazón!