Solo hay Uno que pervive de edad en edad
No deja Dios de maravillarme.
Así como la mayoría de católicos ni se dio cuenta qué clase de papa fue Benedicto o de prefecto el cardenal Müller; así van pasando la vida con el Papa Francisco, con monseñor Ladaria o el actual prefecto.
Las personas siguen su vida igual y Dios acompañando, iluminando, perdonando y confortando.
Dios sigue velando sobre los buenos sacerdotes y colocando a los suyos bajo su cuidado.
Dios sigue igual amando a buenos y malos.
Ha sucedido así desde hace 2000 años; y, aunque este hermoso edificio que es la Iglesia católica llegara a resquebrajarse, una vez más, la Divina Providencia seguirá viendo y gobernando.
Esa es nuestra fe y nuestra esperanza y el fundamento del amor que Dios nos da profesar a nuestros semejantes.
Muchas veces las autoridades han convertido la fe en ideología o instrumento de su soberbia, que es lo mismo; pero el Señor no los ha dejado perpetuarse, sin embargo, lo ha permitido para poner en su lugar lo que estaba torcido y fortalecer lo débil, o sea, a todos nosotros.
Porque esta es la oportunidad en la vida que Dios pone para que conozcamos, no solo del material que estamos hechos, sino también para que conozcamos más amplia y profundamente su forma de obrar en cada alma y en todos sus amados hijos.
Pidamos la gracia de una mirada pura para no perder detalle de la obra de Dios.
Cerca de donde vivo y con apenas 500 m de distancia entre ellos, tengo dos tipos de sacerdote, cada uno exponiendo la fe así como ha elegido comprenderla, al punto que -por contraste- dejan en evidencia donde yace la verdad.
Lo que es sobrenatural.
De ese modo, las personas, con auxilio de la gracia, pueden escoger donde estar.
Ayer mismo lo comprendí por boca de una persona sencilla que, sin instrucción y sin apenas practicar la fe por muchos años, me expresó que nota en que aspecto se falta a la verdad.
No puede ser más claro que el Espíritu Santo guía y dirige y que también permite la ceguera.
Dejemos en claro: la fe hecha ideología no pervive, ni tampoco quienes la profesan, ya que somos mortales.
Solo hay Uno que pervive de edad en edad.
Que nos sirva de lección para aprender humildad.
Amén
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Recomiendo la lectura de este título del padre Jose María Iraburu
Providencia Divina, alegres en la Esperanza.